Aldo no sabe que hoy comeré con Pepe y Pepe no sabe que he hablado con Aldo. Cada uno de ellos me cuenta cosas del otro que ninguno de los dos sabe de sí mismo. El padre de Aldo era residente de la KGB en México, el país en que los padres de Pepe se conocieron. Cuando atamos cabos reconstruimos una curiosa historia. A media tarde, María me envía desde México D.F. un dossier sobre Sylvia Ageloff y, ya entrada la noche, Bea me cuenta desde París los libros políticos que Caridad Mercader tenía en una estantería. Antes de irme a dormir escribo la página 522 de mi libro. Hoy le he puesto título: "Fe, esperanza y Caridad". Mañana se lo cambiaré. Quizás no lo acabe nunca. Quizás no debiera acabarlo nunca, porque este libro no es un libro, sino una aventura y las emociones que me proporciona sobrepasan con mucho mi reducida capacidad literaria.
Los nombre son ficticios, pero las personas reales.
bueno, dicen que los libros y las obras de arte no se acaban, se abandonan, con tanta expectación que nos ha provocado no puede dejarlo inédito...
ResponderEliminarGracias, Julia. Igual le pido a mi editor que un día asalte mi casa.
Eliminarquizás los libros no deberían acabarse nunca, como los cuadros; por cierto que leí que estaban rodando en BCN una película sobre Mercader.
ResponderEliminarEfectivamente (a lo de la película).
EliminarÁnimo, más de 500 páginas lo merecen! estamos expectantes.
EliminarCreo que se trata de "El Elegido":
http://www.imcine.gob.mx/comunicacion-social/comunicados-y-noticias/inicia-rodaje-de-el-elegido-pelicula-sobre-el-asesinato-de-leon-trotsky
Según una entrevista a Leopoldo Padura hay algún guión bastante avanzado sobre su novela "El hombre que amaba a los perros".
La pionera en el cine de ficción histórica es la de Joseph Losey. También hay un cortometraje: "Mi nombre es Trotsky.
D, Gregorio, tu deseo de no acabar la travesía me ha evocado a Cavafis: "Cuando emprendas tu viaje a Itaca
ResponderEliminarpide que el camino sea largo...".
Espero que disfrutes el verano, allí, a la orilla del mediterráneo.
Un abrazo