No hay unanimidad sobre la utilidad de los deberes. Mientras unos aseguran que son perjudiciales, otros dicen lo contrario, pero nosotros hemos decidido ignorar a los segundos. The Telegraph publicaba el pasado 15 de diciembre un estudio del británico Boarding School Beak en el que, a partir de datos de la OCDE, señalaba que «los deberes son buenos para los niños, como hemos sabido desde siempre» y añadía que los adolescentes británicos no estaban haciendo suficientes deberes. Ni uno solo de nuestros medios le prestó atención.
Si somos sinceros, hemos de empezar reconociendo que la teoría educativa en general, y la que hace referencia a los deberes en particular, es condenadamente difícil de evaluar de forma científica. Las variables que intervienen son tantas que pocas veces estamos seguros de estar evaluando exactamente lo que queremos evaluar. Así, para saber si los deberes son benéficos o perjudiciales, deberíamos tener claro previamente qué entendemos por deberes.
Los niños siempre están haciendo deberes, porque siempre están aprendiendo cosas fuera de la escuela, el problema es que lo hacen a ritmos muy diversos según sea su nivel socioeconómico. Fijémonos en el lenguaje familiar. Entre las familias de un nivel sociocultural alto, un niño escucha de promedio 2.150 palabras por hora, incluyendo 32 afirmaciones y 5 prohibiciones. Entre las de clase trabajadora, el promedio es de 1.250, con 12 afirmaciones y 7 prohibiciones. Entre las familias sin recursos, apenas se alcanzan las 620 palabras. De ellas, 5 son afirmaciones y 11, prohibiciones. Estas diferencias se manifiestan también en la utilización de subordinadas, conectivas lógicas, condicionales, un vocabulario sofisticado, etcétera.
Obviamente, el dominio lingüístico de la familia tiene una traducción directa en el progreso escolar del niño, porque cuanto más complejo es su lenguaje, mejor comprende a los adultos y más rápidamente progresa. ¿Cuál ha de ser aquí el papel de la escuela? ¿No ha de intentar compensar estas diferencias? Si, como yo creo, la respuesta es afirmativa, no tiene más que una alternativa: incrementar el tiempo escolar de calidad de los más pobres, porque lo que no aprendan en la escuela, no lo aprenderán en ningún otro lugar.
Hay otros muchos factores a considerar en relación con los deberes, pero me detendré en las llamadas academias, sean de repaso o de idiomas. Recientemente el director de un centro se jactaba ante mí de que su claustro había eliminado los deberes. Sin embargo, a dos pasos del centro hay dos academias de idiomas para niños. Existe todo un sistema educativo paralelo al escolar que mueve una gran cantidad de dinero sin ninguna supervisión de calidad y que crece utilizando las palabras que muchas escuelas no se atreven a emplear.
Paso con frecuencia frente a una academia que se presenta a sí misma como «centro educativo complementario» y que se anuncia sin subterfugios de esta forma: «Nuestro objetivo es conseguir el éxito escolar». Cuando hablamos de deberes deberíamos preguntarnos por qué hay tantos padres que necesitan recurrir a estos centros.
Dos apuntes para terminar. El primero: mi más absoluto rechazo a los malos deberes, a los ejercicios mecánicos, aburridos o incomprensibles que muchas veces ni son corregidos. No es que sean discriminatorios, son algo peor: fomentan los peores vicios intelectuales. El segundo: pienso seguir yendo con mi nieto Bruno a las sesiones del Petit Liceu, porque las considero una manera magnífica de hacer deberes.
Los educan (los "progres") para que multipliquen derechos...
ResponderEliminarPor otro lado, lo del dominio lingüístico puede (y debe, a mi juicio) entenderse como una buena andanada al monolingüismo patriótico del sistema catalán...
Tiene delito, o es la consecuencia de una profunda ignorancia, que le hablen de monolingüismo a los catalanes. ¡por Dios!, esto es ya un desbarre.
EliminarLa inflación en las tareas escolares que los niños, pobres, tienen que hacer en casa tiene una explicación: si la nota se decide en un examen tradicional, el número de suspensos es insoportablemente elevado, por lo que los trabajos y tareas pasan a ser un instrumento, no para el aprendizaje, sino para compensar y complementar aquellos malhadados exámenes. El resultado es que aquellos alumnos que antaño hacían bien los exámenes ahora soportan todo el peso de las tareas, de muchas asignaturas, sin coordinación entre ellas, y los que hacían mal los exámenes o bien no hacen las tareas, o se las quitan de en medio de la forma más cómoda que encuentran.
ResponderEliminarI jo que creia que el "monolongüismo patriótico" (Si eres español, habla como Franco) l'havien imposat les tropes faccioses el 1939...
ResponderEliminarHa llegit l'entrevista al degà de la facultat d'educació de Helsinki? http://www.lavanguardia.com/vida/20150220/54426341224/jari-lavonen-nino-cuatro-anos-necesita-jugar-escuela.html
ResponderEliminarCom a docent i asidu lector del seu blog, m'agradaria molt saber la seva opinió. Moltes gràcies
Los fineses no dicen toda la verdad. Se callan que ellos también tienen un sistema de academias privadas, eso sí de muy buena calidad, y que muchos niños van a ellas al salir de la escuela. Se callan también que muchas madres -yo diría que la mayoría- enseñan a sus niños a leer y a escribir en casa. Por último, no dicen nada de las quejas de las universidades por la baja formación matemática de los alumnos. ¡Claro que los niños tienen que jugar! ¿Pero a qué juegos? ¿Qué lenguaje están oyendo mientras juegan?
EliminarEn referencia al sistema finés, me llamó la atención la selección que hacen para acceder a la universidad. Examen de entrada a la facultad escogida, un examen que los aspirantes deben preparar con numerosas lecturas previas. 3000 aspirantes y 120 plazas.
ResponderEliminarLos estudios universitarios són gratuitos pero el sistema de selección es duro.
Me pregunto si todos los defensores del sistema de educación finés estarian de acuerdo con este sistema de selección de los futuros estudiantes universitarios, seguramente lo tacharian de clasista y antidemocrático.
A mi me parece genial, seleccionar bien y a continuación facilitar el estudio a los mejor preparadios.
Lo indudable es que los fineses han encontrado el sistema que satisface sus aspiraciones. Lo que deberíamos hacer nosotros es buscar el nuestro.
EliminarLa qüestió és si veritablement existeix algun sistema que sigui educatiu. És més: em temo que sistema educatiu no sigui un oxímoron, al menys en el nostre país. Porto treballant més de 10 anys en un centre que ara en diuen de molta complexitat. Cregui'm si li dic que més que cap altra cosa, el tema educatiu hauria d'estar al centre del debat polític. Em sembla d'urgència nacional.
EliminarI tant que el crec! Jo ho he dit sovint això mateix i he emprat les mateixes paraules, "urgència nacional".
EliminarDoncs a mi em sembla més d'"urgència nocional"...
EliminarTotalmente de acuerdo; es más, creo que, con las enormidades de robos y delitos que estamos viendo, la cuestión educativa ha quedado enmascarada, pero me parece que está más relacionada de lo que se cree con el bajón que ha pegado el país (que tiene mucho que ver con el abandono de principios como la honradez, la coherencia o la responsabilidad, principios cuya transmisión se ha puesto muy difícil en la escuela) y con la corrupción: en la escuela no ha habido tarjetas black, preferentes, ERES o Terras Míticas, pero también ha habido mucha corrupción, porque sostener un sistema ineficaz solo por los intereses de facciones políticas y chupópteros es corrrupción.
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