La dificultad no resuelta es ésta: usted, como otros escépticos antes y ahora, no cree que Dios exista. Y sin embargo no desea por ello entregarse a la violencia. Su temor es la desconfianza en el resto de la especie humana. De los otros, "ellos", muchos no sabría comportarse como sabría yo. Necesitamos el temor de Dios por causa de esos otros. No de mí y unos pocos cofrades más como yo, iluminados. Y nos reconocemos, irredentos, por los mutuos espaldarazos a nuestra premisa.
Le agradezco que ande usted huroneando en mis presupuestos... siempre es bueno mantener encendida una sospecha crítica sobre los mismos, pero no me acabo de reconocer en lo que usted dice. Lo que a mí me preocupa es pensar, de verdad, la muerte de Dios. Matar a un Dios para poner otro, es decir, trasladar la fe de un lugar a otro, por ejemplo del Dios Bíblico a la Historia o a cualquier otra forma de Providencia, es algo tan común que, por eso mismo, debe de tener algún sentido. Pero la búsqueda de sentido es una última manifestación de Dios (pienso en Nietzsche). ¿Qué nos muestra el mundo si le eliminamos cualquier forma de providencia? Le cuento esto para que vea que no me preocupa mucho lo que harán "ellos", porqué sé muy bien que continuarán creyendo en uno u otro Dios. Respecto al temor de Dios, dos apuntes: 1. Me interesa más la piedad como sentimiento prefilosófico, prereligioso y preético. De la piedad no se deriva necesariamente el miedo. Puede derivarse también la admiración. 2. No hay que sobrevalorar al diablo. No creo que tenga más poder que el que ya tenemos nosotros para pervertirnos a nosotros mismos.
Pero usted se siente a salvo de incurrir en la Adoración a otro Dios, verdad? Esto es a lo que yo voy. El riesgo que usted corre es por culpa de los demás, que sin duda son mayoría. Si el elefante se sostiene en una tortuga y la tortuga reposa encima de una serpiente... nuestras instituciones deben sostenerse en el temor de un Dios. Salvo para unos pocos lúcidos. O cómo es?
No me importa que ahora "huronee" usted en mi mirada. La tengo desprejuiciada y le interpreto sin la menor dificultad. Lo que había que decir quedó dicho. Feliz Domingo de Resurrección.
Aclaro una cosa: Con la imagen del post no pretendo sugerir que es lo que pasará si se deja de creer en Dios, sino lo que siempre nos escandalizará, porque nunca dejaremos de creer en Dios. Posiblemente debería haber añadido esto a la imagen.
Quintano yD Gregorio dos de las mejores personas que conozco sin conocerlas salmonetes es mi primera pàgina del ordenador no me olvido de Gòmez Izquierdo y Marquez la persona que màs sabe de toros del mundo saludos desde Castilla La Vieja de un cincuentòn desengañado Juan Viejo
La dificultad no resuelta es ésta: usted, como otros escépticos antes y ahora, no cree que Dios exista. Y sin embargo no desea por ello entregarse a la violencia.
ResponderEliminarSu temor es la desconfianza en el resto de la especie humana.
De los otros, "ellos", muchos no sabría comportarse como sabría yo.
Necesitamos el temor de Dios por causa de esos otros. No de mí y unos pocos cofrades más como yo, iluminados.
Y nos reconocemos, irredentos, por los mutuos espaldarazos a nuestra premisa.
Le agradezco que ande usted huroneando en mis presupuestos... siempre es bueno mantener encendida una sospecha crítica sobre los mismos, pero no me acabo de reconocer en lo que usted dice. Lo que a mí me preocupa es pensar, de verdad, la muerte de Dios. Matar a un Dios para poner otro, es decir, trasladar la fe de un lugar a otro, por ejemplo del Dios Bíblico a la Historia o a cualquier otra forma de Providencia, es algo tan común que, por eso mismo, debe de tener algún sentido. Pero la búsqueda de sentido es una última manifestación de Dios (pienso en Nietzsche). ¿Qué nos muestra el mundo si le eliminamos cualquier forma de providencia?
EliminarLe cuento esto para que vea que no me preocupa mucho lo que harán "ellos", porqué sé muy bien que continuarán creyendo en uno u otro Dios.
Respecto al temor de Dios, dos apuntes:
1. Me interesa más la piedad como sentimiento prefilosófico, prereligioso y preético. De la piedad no se deriva necesariamente el miedo. Puede derivarse también la admiración.
2. No hay que sobrevalorar al diablo. No creo que tenga más poder que el que ya tenemos nosotros para pervertirnos a nosotros mismos.
Pero usted se siente a salvo de incurrir en la Adoración a otro Dios, verdad?
EliminarEsto es a lo que yo voy. El riesgo que usted corre es por culpa de los demás, que sin duda son mayoría.
Si el elefante se sostiene en una tortuga y la tortuga reposa encima de una serpiente... nuestras instituciones deben sostenerse en el temor de un Dios. Salvo para unos pocos lúcidos. O cómo es?
Pues creo, efectivamente, que hay una respuesta a ese "¿O cómo es?" que le animo a usted a considerar con una mirada desarmada.
EliminarNo me importa que ahora "huronee" usted en mi mirada. La tengo desprejuiciada y le interpreto sin la menor dificultad. Lo que había que decir quedó dicho.
EliminarFeliz Domingo de Resurrección.
Aclaro una cosa: Con la imagen del post no pretendo sugerir que es lo que pasará si se deja de creer en Dios, sino lo que siempre nos escandalizará, porque nunca dejaremos de creer en Dios. Posiblemente debería haber añadido esto a la imagen.
ResponderEliminarEs que las apariencias a menudo engañan.
EliminarQuintano yD Gregorio dos de las mejores personas que conozco sin conocerlas salmonetes es mi primera pàgina del ordenador no me olvido de Gòmez Izquierdo y Marquez la persona que màs sabe de toros del mundo saludos desde Castilla La Vieja de un cincuentòn desengañado Juan Viejo
ResponderEliminarDon Juan, un abrazo.
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