Muy bueno. Me recuerda al profesor de piano de mis hijos. El mayor, de 8 años, interpretando a Mozart, rompió a llorar tras una corrección del músico:-¿Pero por qué lloras, J.?-¡No me gusta cómo me hablas!-¡Quién va a defender si no a Mozart de lo que le haces?
¡¡Buenísimo!!
ResponderEliminarPobre chaval... ¡Pero qué gracia me ha hecho!
En nuestro sistema educativo de éxito, sin embargo, ante la queja de que no les gusta la sangre que corrige el ejercicio para que entre la justa expresión (y a ser posible bella), han decidido obligar a corregir en verde (y me imagino que no agraz, me temo...).
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