lunes, 8 de febrero de 2021

Familias

Suena el teléfono.

Me llaman de México. Contesto impaciente.

Es mi querida Yolanza Lazo que se disculpa amablemente porque no ha sabido encontrar respuesta para una pregunta que le hice. Tiene a sus hijos repartidos por el mundo y hablamos, claro, de ellos y, después, de la desastrosa situación sanitaria de México, un país en el que no es posible el confinamiento total, porque miles de personas no tienen otro lugar para confinarse que no sea la calle. Como lo que me cuenta es triste, volvemos a los hijos.

Estos días estoy escribiendo un artículo sobre la familia. Ando dándole vueltas a la idea de que la pareja padre-madre (o cualquiera de sus variantes) no es el centro de la familia. El centro verdaderamente nuclear es el lazo de amor indeleble de los padres a los hijos.

Intentaré explicarme en pocas líneas:

1. Lo que une a los padres es Eros. No solamente Eros, es cierto; pero si Eros falla, la relación de pareja quiebra.

2. Lo que une a los padres con los hijos es algo que puede denominarse, pensando en el cristianismo, como "ágape": un amor que perdura sea o no correspondido. A nuestra pareja le exigimos que corresponda a nuestra amor e intuimos que hay ciertas líneas (frecuentemente relacionadas con Eros) que no se pueden traspasar sin que la relación se arruine.

3. Nuentra mujer puede dejar de serlo si nos divorciamos. Un hijo, siempre será nuestro hijo, aunque le cerremos las puertas de casa.

4. Por lo tanto, los lazos de la pareja son potencialmente provisionales, mientras que los de los hijos son definitivos.

5. La conclusión, entonces, es que un matrimonio sin hijos no sería exactamente una familia; mientras que un padre y un hijo, sí lo es. 

No sé si estarán ustedes de acuerdo.



18 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Y los sigues queriendo. De hecho los educas para que puedan irse.

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  2. En líneas generales estaría de acuerdo con todo el juego ágape /eros que maneja. Seguro que a su amigo Brague le encantaría .Pero el punto 5 - la conclusión dice usted- no lo tengo tan claro.

    Habría que pedir el principio de que lo que los antropólogos estructural-funcionalistas llamaban la "familia nuclear" o "elemental" y la filiación estarían en el centro de los sistemas de parentesco, y aún aceptando esto la presencia de parentela colateral hace que la definición de familia según la sociedad de referencia varíe.

    O sea que hay un sesgo. Y en los tiempos que corren el principio de caridad en la interpretación no se lleva. Así que , además de explicar lo de ágape y eros, reconozca su condición de hombre blanco, etc,etc. Y prepárese para oir a alguien entre el público hablar de su necesaria reeducación.

    Es broma. Espero.

    Con retraso y referencia a otra entrada : Es usted muy duro con Sandel, a mí me parece una paloma .

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    1. Yo tampoco tengo tan clara la conclusión. Pero, al menos por ahora, no tengo nada mejor. Por eso ando dándole vueltas.
      Respecto a Sandel, lo que me scandaliza no son sus tesis (nada originales, mal sustentadas, peor concluidas), ni la ideología del resentimiento que rezuma, sino que eso sea lo que la izquierda actual considera pensamiento crítico.

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  3. Hay razones para llegar a esa conclusión pero no son razones bastantes....uno puede plantearse si un progenitor que daña de forma reiterada o no pero grave a su hijo es "estrictamente familia" o si dos personas unidas por el amor y la biografía, aunque quizá no por la descendencia, al final de una vida en común pueden haber sido algo menos que "estrictamente familia"....quizá lo humano no se deje categorizar tan rotundamente. Un abrazo

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    1. Lo humano y la geometría no se llevan muy bien, es cierto; además la familia ha estado en continua transformación a lo largo de la historia. Pero para eso pensamos, para poner diques conceptuales al flujo que nos permitan pensar el mismo flujo. No sólo admito, sino que solicito críticas.

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  4. Tengo que andar más lista en presentar mi opinión antes que el contertuliano Joaquín.
    No sólo me admira el que tan a menudo coincida con lo que pienso, sino el que siempre lo exprese de manera tan dulce.
    Convengo con todos en que el término familia es difícil de definir.
    Quizás podría entenderse como una unidad de vida basada en algún tipo de lazo de amor, siendo una de las orejas de conejo del lazo, ciertamente la del amor hacia los hijos, en la mayoría de los casos que no en todos, mayor que la otra.

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  5. Gracias Airámana, me hace ilusión que me hayas mencionado y es cierto que solemos coincidir aunque en lo referente a expresarlo de forma dulce evidentemente me aventajas y me alegro de ello, como me alegro de haber encontrado esta bitácora y tener la ocasión de leer a Luri en estas reflexiones y artículos suyos.
    Un gran abrazo

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  6. Recuerden que hoy hablamos de "familias monoparentales" y de la expresión española "tener familia".

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  7. Su último punto quizás podría sustentarse en la Biología.
    El vínculo entre padres e hijos es más fuerte porque el hijo es una prolongación de nuestro ser, una manera de conservar y hacer perdurar nuestros genes.
    En este sentido, la relación de pareja sólo serviría como apoyo a tal finalidad.
    Una pareja, si encima está bien avenida, conseguirá que la prole complete su desarrollo y alcance su máximo potencial con mayor facilidad.
    En tal caso, una pareja sin hijos, biológicamente hablando, podría considerarse un fracaso.
    No sé si se referirá usted a esto. Considerando lo anterior,la expresión española "tener familia" sí sería un sinónimo de tener descendencia.

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  8. Estimado Sr. Luri,

    En los últimos días, el World Socialist Web Site publicó un serie de artículos intitulada, “Sylvia Ageloff y el asesinato de León Trotsky.” Soy el autor. La comparto en inglés, pero está siendo traducida ahora:

    https://www.wsws.org/en/articles/2021/02/06/sylv-f06.html

    Me puede dar su correo electronico?

    Sinceramente,

    Eric London

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  9. Una vez más, gracias por sus escritos...

    José

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  10. No sé cómo entender o expresar un hecho: el sentimiento de orfandad, de estar solo en el mundo y condenado a la libertad, que afecta a quien ha perdido a sus padres, dentro del orden natural de las cosas. No sé si esa experiencia de orfandad será común en la forma de vivirla. Pero en todo caso apuntaría a la posibilidad de que el "sentido" de la familia sí que está en los descendientes, en el amor (básicamente preocupación por ellos), pero que es algo desgarrador y sin reglas ni asideros si entendemos que la familia verdadera es de la que se viene, no a lo que se va o dejamos "en herencia", con más o menos fortuna.

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  11. Hablo de una experiencia particular. Mis padres fallecieron con 80, cuando yo estaba por los 30 y tantos, y lo curioso es que la vivencia de soledad y de ahí lo llevas y apañatelas como puedas era la misma para una persona de 60 y tantos. En cuanto a lo del sentido de la familia lo entrecomillo, evidentemente.

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    1. Te eniendo muy bien, Martín. Me quedé huérfano de padre cuando tenía 5 años y siempre he llevado el vacío de su ausencia conmigo, imposible de llenr por muy cargado que vayas de experiencias acumuladas posteriormente. Mi madre se murió, ya anciana, en mis brazos en un amanecer de junio. Y su mirada de despedida sigue viviendo diáfana en mí. Creo que has tocado algo esencial. Gracias.

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  12. Hoy en clase, una alumna de 18 años me ha enseñado un tatuaje que se acababa de hacer en el brazo.
    El tatuaje rezaba así: "A mi familia".
    En vistas al tema que nos traemos entre manos, le he preguntado para ver a quiénes iba dedicado el tatuaje exactamente.
    Su contestación:"Mis padres, hermanos, tíos, abuelos, primos..."
    Por sus gestos he intuido que el listado se alargaba hasta el infinito y más allá.
    No sé si esto le servirá de ayuda.

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