Esos momentos en que todo ocupa su justo sitio y uno va escuchando el tercer movimiento de la sexta sinfonía de Shostakovich y todo se acompasa... y es imposible desear nada que no se tenga ya en la mano...
Así es, Lola. Alrededor de las 8 de la tarde se decreta la paz universal en las playas de Ocata... dura lo que duran las hipérboles... cosa de veinte minutos. Pero han sido nuestros.
Y lo agradecida que me siento entonces a este pequeño rincón del mundo en donde vivimos. Ya vendrá luego la pena por el ruído y la furia.
ResponderEliminarAsí es, Lola. Alrededor de las 8 de la tarde se decreta la paz universal en las playas de Ocata... dura lo que duran las hipérboles... cosa de veinte minutos. Pero han sido nuestros.
EliminarPues como el combate el día de San Crispín, nadie os los arrebatará...
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