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miércoles, 8 de septiembre de 2021

De ayer a hoy

Volver de Castilla, tan llena de espacio, a Barcelona, tan llena de coches... Volver del calor seco que busca el amparo de la sombra, a esta humedad  tan densa, mefítica, para la que no hay otro amparo que la ducha. Volver del día que se va haciendo paso a paso, al día gestionado por tu agenda.

Ayer fue un día de mucho trabajo acumulado y sobrevenido, interrumpido continuamente por llamadas telefónicas y flashes de los lugares vividos estos días. Terminé el epílogo para la edición rusa de El cielo prometido y aún me quedó tiempo para leer un poco a las 2 de la mañana, hora en la que se podía respirar.

Hoy me había prometido a mí mismo hacer lo menos posible, dedicar el día a la descompresión. Pero acabo de quedar a las 12:30 para una entrevista en una radio andaluza. A los periodistas que te tratan bien hay que corresponderles tratándolos bien.

Mi nieto mayor comienza hoy la ESO. Los nietos, y esto es de una evidencia irrefutable, crecen muchísimo más rápido que los hijos.


4 comentarios:

  1. "Los nietos, y esto es de una evidencia irrefutable, crecen muchísimo más rápido que los hijos."

    Excelente aforismo.

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  2. Y los niños en la casa del vecino, también crecen rapidísimo.
    Ya está el epílogo, que no es para inleses, es para rusos. Flores de tinta para Siberia. Aquí seguiremos en el secarral. Ya se sabe: bochorno seco o bochorno húmedo. Paciencia. Si le invitan a la presntación del libro sea cuidadoso con la fecha. Cuando se ponen tiesos por allí, aquello es más serio que Burgos o el puerto de Pajares.

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    Respuestas
    1. Pues no pienso morirme sin visitar las Islas Solovetsky.

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    2. No creo que hagan ahí la presentación de El cielo prometido. Pero vuelvo a recomendarle tiento, porque algún antiguo coronel del KGB le ofrecería muy a gusto alguno de las celdas del monasterio para residencia prolongada antes de trasladarle más al este como a los primeros encarcelados; Kolimá, por ejemplo, que es donde para él debían de estar todos que denigran la figura del Padrecito Stalin. Reconocerá que es usted un buen candidato.
      Por cierto, ¿Tiene a mano el nombre de la editorial?

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