Me entrevista un periodista interesado por mi reciente viaje por Hornachuelos y Sierra Morena. Está escribiendo un reportaje sobre lo que él llama "turismo espiritual", que cree que va en alza, y alguien le ha hablado de mí.
Yo me quedo con el turismo acontecimental de la vida. ¡Hay que ver qué manera tan caprichosa tenen las cosas de emparejarse! Ahora, además, con las redes sociales, no tenemos manera de saber qué repercusiones tendrá algo que escribimos sin otras pretensiones que las de dar rienda suelta a nuestra indiscreción. Al periodista le he contado que el mío era, en todo caso, un turismo sereno.
Criticaba Bernardo de Chartres a Pedro Abelardo -el de Eloísa- por ser un hombre diferente de sí mismo (homo sibi dissimilis), pero a mi me parece un lujo poder disfrutar de mi disimilitud serena contigo mismo por unos días.
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