Esta tarde en vez de seguir la playa hacia el norte, en dirección a Mataró, como suelo hacer habitualmente, me he dirigido hacia el sur, hacia Mongat. Me gusta más la primera alternativa porque al tener el suelo de tierra se camina por él, creo yo, de manera más blanda y descansada. El paseo que bordea el mar en dirección a Montgat está adoquinado y me resulta más duro.
Ya les he comentado alguna vez que a mi lo que me gustaría ser es inspector de nubes. ¡Cuantas veces me sacan de mi estudio, en casa, y me empujan hasta la playa, para verlas mejor!
Playa de Ocata, al fondo, Montjuic.
Probablemente el nombre de Ocata proceda del griego Écate, la diosa de la media luna. Esta es la forma que tiene la costa desde Ocata a Montgat (es decir, el Monte de Écate), como puede verse en esta foto:
El reclamo del horizonte...
He vuelto a casa cuando ya anochecía, volviendo a cada paso la mirada hacia atrás, hacia el esplendor de la tarde declinante.
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