Lola, me está pasando una cosa bien curiosa: intento escribir un artículo poniendo a caldo a Hannah Arendt por su Eichmann en Jerusalén. El motivo inmediato es, claro está, la película de Margarethe von Trotta; pero la razón que me impulsa a escribirlo es la exhibición que Arendt hace de sí misma como una especie de mártir de la verdad (y no solamente en la película). Y cada vez que escribo una frase un poco fuerte, pienso en ti y la suavizo. Y me parece bien, porque yo no quiero ser mártir de la verdad, sino comer sardinas con mis amigos en la playa de Ocata. Usted ya me entiende.
Qué bueno. No me enfadaré, lo prometo. Cuándo quedamos? Después de las sardinas, pasamoa a los licores, eh.
ResponderEliminarA ver su cuando vuelva de Murcia puedo poner mi agenda en orden...
EliminarYa lo dijo Arendt, "no hay pueblos sino amigos"
ResponderEliminarHay pueblos y verdades, defender las dos cosas pone en peligro toda vida cómoda...Glober trotter
ResponderEliminarA mi me interesó mucho lo que dice Arcadi Espada sobre la película (¡y Arendt!): http://www.arcadiespada.es/2013/06/22/cada-uno-de-nosotros/
ResponderEliminarNo ho he llegit, Teresa, per no pagar-li els 15 euros. Però m'interessa, ja veuré.
ResponderEliminarAixò dels 15 euros/any també em feia ràbia, però què vols, en algunes coses és la persona de per aquí que hi toca més, encara que en segons què no hi estiguis d'acord. M'agrada quan dóna la volta als tòpics periodístics, etc., aparentment 'intel·ligents'. T'envio c/e.
EliminarEm sembla que hauria-ho de llegir que va dir I Berlin. de la Arendt
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