Heinrich Heine visitó con un amigo la sobrecogedora catedral de Amiens. Mientras admiraban la imponente fachada, el amigo le preguntó: "¿Por qué ya no construimos cosas como ésta?"
Heine le respondió: "Querido Alphonse, los hombres en aquellos días tenían convicciones; nosotros, los modernos, tenemos opiniones, y se requiere algo más que una opinión para construir una catedral gótica".
Ante las grandes convicciones equivocadas, prefiero las opiniones líquidas.
ResponderEliminarEl nihilisme blando se jacta, sí, de que no mata, pero no alcanza a ver que no deja vivir.
Eliminar¡Qué bueno! ¡Y qué cierto!
EliminarEstamos en el tiempo de la vasectomía. Ni levantamos catedrales ni alumbramos niños. La "generación mejor preparada de la Historia" no sabe para qué está preparada.
(Sabe que leo todo. Y alguna cosa la releo por puro gusto, pero no comento por pudor. Gracias).
Una convicción que crea una catedral gótica no puede ser del todo equivocada.
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