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martes, 24 de octubre de 2017

La aventura en la puerta de casa


Comento en el Elogio de las familias sensatamente imperfectas que ya no existen espacios aventureros para los niños, esos lugares en los que puedan tomar iniciativas, no exentas de riesgos, pero reales, fuera de la supervisión constante de los adultos. Me alegra comprobar que no en todos los países económicamente desarrollados es así. Véase este parque infantil vedado a los padres, donde los niños pueden correr el riesgo de romperse un brazo, ciertamente. ¿Pero un niño que no ha corrido nunca este riesgo, ha tenido infancia?

La piel de la culebra

I  No nos podemos bañar dos veces en el mismo río, decía Heráclito. II Todo cambia y nosotros con ello. Pero el ritmo del cambio se manifies...