jueves, 25 de diciembre de 2014

Oscar Wilde, "La decadencia de la mentira"

I
El arte es nuestra protesta entusiasta, nuestro osado intento de enseñarle a la Naturaleza cuál es su sitio.

II
Si la Naturaleza hubiera sido confortable, la humanidad no hubiera inventado nunca la arquitectura.

III
La indignación moral que Monsieur Zola provoca en nuestra época no nos inspira ninguna simpatía: es simplemente la indignación de Tartufo al verse desenmascarado.

IV
Si no podemos disfrutar leyendo un libro una y otra vez, hubiera valido más no haberlo leído nunca.

V
Goethe dice en algún lugar que: "Es trabajando dentro de unos límites como el maestro se revela a sí mismo", y la limitación, condición inherente a cualquier tipo de arte, es el estilo.

VI
La Naturaleza, a los ojos del Arte, es caótica e irregular.

VII
La vida imita al arte mucho más que lo que el arte imita a la vida.

VIII
Un gran artista inventa un modelo y la Vida intenta copiarlo, intenta reproducirlo en un formato popular, como un editor emprendedor.

IX
... el instinto de imitación de la vida.

X
El nihilista, este curioso mártir carente de fe que va a la hoguera sin entusiasmo y que muere por un principio en el que no cree, es un producto puramente literario. Lo inventó Turgueniev y Dostoievski lo completó.

XI
Robespierre salió de la páginas de Rousseau.

XII
Ningún gran artista ha visto las cosas tal como son en realidad.

XIII
Un hombre puede creer lo que es imposible, pero nunca creerá lo que es improbable.

XIV
En la hora del crepúsculo, la Naturaleza se convierte en un efecto maravilloso, sugerente y lleno de belleza, aunque su utilidad principal sea ilustrar citas de poetas.

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