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viernes, 6 de junio de 2025

Los trovadores

I

Hoy en el tren un marroquí me ha cedido su asiento, el agareno, rodeado de cristianos no ha permitido que le rechazara la oferta. Dios se lo pague. Yo solo he podido compensarlo con la calderilla de mi agradecimiento.

II

Por la mañana, conferencia a los alumnos de magisterio de la Universidad de Barcelona. Sus caras son el reflejo de nuestro futuro. Les he contado por qué esta mañana estaba intentando aprenderme de memoria un soneto nada fácil de Quevedo.

III

Para celebrar los 50 años de la edición del libro Los trovadores de Martín de Riquer ha tenido lugar un acto en un lugar emblemático de Cataluña: la Academia de las Buenas Letras. He quedado prendado, como era previsible, de la maestría de Victoria Cirlot, he saludado a Victoria Camps ("te cito en mi próximo libro", me ha dicho) y he pasado un rato muy agradable hablando de lo divino y de lo humano con el grandísimo Jaume Pòrtulas. Pero, por encima de todo, he aplaudido con ganas la intervención de Francisco Martínez, mi socio en Rosamerón. 

IV 

Un libro al que le vengo dando vueltas:


V

Intercambio de mails con Manuel Oriol, de Encuentro. Tengo que tomar decisiones y como que disfruto postergándolas.

VI

Comida con mis dos socios. Tengo mucha suerte de contar con ellos. Saben más que yo, son mejores que yo y se han echado a la espalda la editorial. Les agradezco mucho que me hayan cedido el noble y frívolo papel de diletante.

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