Echar salsa de tomate es al menos inocuo, publicidad gratuita sin perjuicio real. Estúpido sí, pero eficaz en la mente de los perpetradores. Vivimos en un mundo lleno de mundos: niños soldado y viejos aniñados, personas sin infancia obligados a madurar antes de tiempo y personas enclavadas en una adolescencia perpetua con añoranza de la infancia a la que quieren volver.
Echar salsa de tomate es al menos inocuo, publicidad gratuita sin perjuicio real. Estúpido sí, pero eficaz en la mente de los perpetradores. Vivimos en un mundo lleno de mundos: niños soldado y viejos aniñados, personas sin infancia obligados a madurar antes de tiempo y personas enclavadas en una adolescencia perpetua con añoranza de la infancia a la que quieren volver.
ResponderEliminarExcelente, don Gregorio. Por el fondo y por la forma.
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