En estos tiempos, cualquier desacomplejado con un cursillo de escasas horas se te presenta como especialista en neuroeducación, mindfulness, psicodiagnóstico, inteligencias múltiples, educación consciente, disciplina positiva, pedagogía de la luz... o educación emocional. Conozco a varios de estos últimos que bien podrían comenzar a educar sus propias emociones, para dar ejemplo. En cualquier caso, frente a la mermelada emocional dominante, suelo plantearles este dilema:
Las emociones o atienden o no atienden a razones. Si no atienden, no hay educación emocional; si atienden, eduquemos la razón.
En mis tiempos en los CV de un profesor lo que se resaltaba era algo tan propio de su oficio como "especialista en matemáticas" o "educación física".
Cuando leo sobre estos expertos, siempre me viene a la memoria los crecepelos milagrosos, los buhoneros medievales que llegaba a un pueblo y vendían remedios para todo, el bálsamo de fierabrás, los arbitristas y por supuesto el cuento del traje nuevo del emperador
ResponderEliminarLas emociones atienden parcialmente a las razones. Lo que sí puede con ellas es una emoción más fuerte, acaso razonable. Paco Fuentes.
ResponderEliminarQue comentario más extraño el de Anónimo (Paco Fuentes) ...
ResponderEliminarTe falta la tilde en "qué comentario...".
EliminarLo importante es lo importante
ResponderEliminarhttps://reason.com/2022/09/30/mandated-diversity-statement-drives-jonathan-haidt-to-quit-academic-society/
¿Alguien conoce el nombre del nuevo tipo de letra?
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