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lunes, 23 de mayo de 2022

Felices...

El pasado día 19 tuve el honor de ejercer de padrino de la promoción de alumnos de bachillerato de los colegios CEU de Madrid. Les desgrané una serie de "bienaventuranzas" entre las que estaban las siguientes:
 
Felices los que saben no tomarse demasiado en serio cuando alcanzan metas importantes, porque siempre tendrán motivos para divertirse y serán apreciados por quienes los rodean.
 
Felices los que saben distinguir una montaña de una piedrecita, porque una china en el zapato no les impedirá conquistar cimas.  
 
Felices los que saben descansar, dormir y madrugar sin buscar excusas porque ya son casi sabios.  
 
Felices los que saben escuchar y callar, porque siempre aprenderán cosas nuevas.  
 
Felices los que están atentos a las necesidades de los demás, sin sentirse indispensables, porque serán distribuidores de alegría.  
 
Felices los que agradecen las ayudas, pero no se la exigen a nadie, porque están en camino de la serenidad. 
 
Felices los que saben apreciar una sonrisa y olvidar un desprecio, porque su camino estará lleno de luz. 
 
Felices los que descubran pronto que el mundo no está muy preocupado por su autoestima, porque aprenderán a lograr sus objetivos independientemente de que se sientan bien o mal con ellos mismos.
 
Felices los que saben cuánto cuesta ganar un euro, porque no se decepcionarán cuando descubran que no ganarás 5.000 euros mensuales nada más salir de la Universidad. 
 
Felices los que han pasado por el aula de un profesor exigente, porque están bien preparados para exigirse a sí mismos. 
 
Felices los que saben que no hay que esperar a que te venga a visitar el interés para ponerte a trabajar, porque no se molestarán cuando sus jefes no se muestren muy interesados en resolverles sus problemas emotivos. De eso tendrán que ocuparse ellos en su tiempo libre. 
 
Felices los que saben ser amables con los empollones, porque hay muchas probabilidades de que terminen trabajando para uno de ellos. 
 
Felices los que saben que donde no se puede amar, hay que pasar de largo, porque se ahorrarán muchas amarguras y frustraciones. 
 
Felices los que, cuando van al mercado, nunca se olvidan de volver con un amigo, porque conocen la diferencia entre valor y precio. 
 
Felices los que no se inquietan porque haya personas más inteligentes que ellos, pero están empeñados en que no haya nadie más trabajador. 
 
Felices los que han descubierto que en un diálogo gana el que lo pierde, porque es el que ha aprendido algo nuevo. 
 
Y felices, también, los que os habéis distraído a lo largo de estas bienaventuranzas, porque, como en una ocasión similar a esta dijo George Bush, presidente de los Estados Unidos, “también vosotros podéis llegar a ser presidentes de los Estados Unidos”… o , al menos -y esto lo digo yo- a ministros del gobierno de España.

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