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sábado, 28 de mayo de 2022

Pemán

Leo las Cartas a un escéptico en materia de formas de gobierno, de Pemán (en la segunda edición, de 1937). El título, sin duda, es un guiño a las Cartas a un escéptico en materia de religión, de Balmes y, en cierta forma, es una reivindicación de la claridad conceptual de Balmes. Pemán tiene algo de Balmes de Cádiz; es decir, de un Balmes con más sol, más alegría y más voluntad de estilo.

Pemán es valiente y claro y ambas cosas se agradecen, porque te permiten señalar con nitidez las zonas de acuerdo y de desacuerdo y, al mismo tiempo, te fuerzan a interrogarte sobre tus propias convicciones. En este sentido es un analista terapéutico.

El texto tenía un destinatario claro. Y este no es un lector intemporal, sino el lector de El Debate y de quienes, tras la proclamación de la segunda república, se habían declarado  indiferentes a las formas de gobierno. Pemán argumenta que en política la forma es el contenido y que nadie puede considerarse escéptico con respecto al contenido, porque el régimen político tiene repercusiones directas en la manera de concebirse a sí mismo del ciudadano. Pero al leerlo es imposible ignorar nuestra actualidad e interrogarnos por esta monarquía con formas republicanas que es nuestra forma de gobierno.

jueves, 26 de mayo de 2022

Dolor

Viene una madre a pedirme un consejo que no le puedo dar. No puedo caer en la frivolidad de improvisar un diagnóstico simplemente por quedar bien. Así que le digo que su caso ha de ser analizado despacio por un especialista. Me responde soltándome la retahíla de especialistas a los que ha acudido. Es obvio que está desorientada y muy cansada y yo no tengo para ella una sincera palabra de consuelo. Poco antes de despedirnos me asegura que ya no puede más, que dimite; se ha quedado sin fuerzas. Su hijo tiene un trastorno caracterial grave que se manifiesta esporádicamente con conductas muy violentas. Me alejo de ella empapado de su tristeza, comprendiendo su cansancio y dejándola con su dolor.

lunes, 23 de mayo de 2022

Felices...

El pasado día 19 tuve el honor de ejercer de padrino de la promoción de alumnos de bachillerato de los colegios CEU de Madrid. Les desgrané una serie de "bienaventuranzas" entre las que estaban las siguientes:
 
Felices los que saben no tomarse demasiado en serio cuando alcanzan metas importantes, porque siempre tendrán motivos para divertirse y serán apreciados por quienes los rodean.
 
Felices los que saben distinguir una montaña de una piedrecita, porque una china en el zapato no les impedirá conquistar cimas.  
 
Felices los que saben descansar, dormir y madrugar sin buscar excusas porque ya son casi sabios.  
 
Felices los que saben escuchar y callar, porque siempre aprenderán cosas nuevas.  
 
Felices los que están atentos a las necesidades de los demás, sin sentirse indispensables, porque serán distribuidores de alegría.  
 
Felices los que agradecen las ayudas, pero no se la exigen a nadie, porque están en camino de la serenidad. 
 
Felices los que saben apreciar una sonrisa y olvidar un desprecio, porque su camino estará lleno de luz. 
 
Felices los que descubran pronto que el mundo no está muy preocupado por su autoestima, porque aprenderán a lograr sus objetivos independientemente de que se sientan bien o mal con ellos mismos.
 
Felices los que saben cuánto cuesta ganar un euro, porque no se decepcionarán cuando descubran que no ganarás 5.000 euros mensuales nada más salir de la Universidad. 
 
Felices los que han pasado por el aula de un profesor exigente, porque están bien preparados para exigirse a sí mismos. 
 
Felices los que saben que no hay que esperar a que te venga a visitar el interés para ponerte a trabajar, porque no se molestarán cuando sus jefes no se muestren muy interesados en resolverles sus problemas emotivos. De eso tendrán que ocuparse ellos en su tiempo libre. 
 
Felices los que saben ser amables con los empollones, porque hay muchas probabilidades de que terminen trabajando para uno de ellos. 
 
Felices los que saben que donde no se puede amar, hay que pasar de largo, porque se ahorrarán muchas amarguras y frustraciones. 
 
Felices los que, cuando van al mercado, nunca se olvidan de volver con un amigo, porque conocen la diferencia entre valor y precio. 
 
Felices los que no se inquietan porque haya personas más inteligentes que ellos, pero están empeñados en que no haya nadie más trabajador. 
 
Felices los que han descubierto que en un diálogo gana el que lo pierde, porque es el que ha aprendido algo nuevo. 
 
Y felices, también, los que os habéis distraído a lo largo de estas bienaventuranzas, porque, como en una ocasión similar a esta dijo George Bush, presidente de los Estados Unidos, “también vosotros podéis llegar a ser presidentes de los Estados Unidos”… o , al menos -y esto lo digo yo- a ministros del gobierno de España.

viernes, 20 de mayo de 2022

Madrid y Sevilla

Dos días divertidos en Madrid y Sevilla. Ayer, a las 11:00, cita con Toni Cantó en la Oficina del Español. No lo conocía personalmente y me cayó muy bien. Fui a entregarle El eje del mundo. A las 12:30, encuentro con el enormísimo Emilio del Río en el Círculo de Bellas Artes (qué fácil es todo con este hombre, elegante, generoso, inteligente, divertido y.,.. por si fuera poco, riojano. ¡Cuánto lo admiro! A las 15:30, conferencia en el Aquinas College, después emocionante ceremonia de graduación de los alumnos de bachilleratto de los colegios del CEU-San Pablo, a los que apadrinaba. Les hice un discurso emotivo que creo que les gustó en el que les canté las bienaventuranzas y terminé dándoles dos consejos. El primero, que cuiden sus relaciones con el empollón de la clase en la universidad, porque quizás tengan que acudir a él en el futuro para pedirle trabajo; la segunda, que si sacan malas notas, no todo está perdido, porque pueden llegar a ministros en el gobierno de España. A las 21:00, cena con Diotima pero, de camino, parada a saludar a Marcos Obregón, que presentaba Contra el diagnóstico -editado por Rosamerón- en la librería Machado. Hoy a las 8: AVE a Sevilla. En la estación de Atocha he comprado El Mundo porque en el suplemento cultural -La Lectura- aparece una entrevista que me hace Julio Valdeón. A las 13:00 conferencia, comida cordialísima y salida a la intemperie: 41 grados. Me he encerrado en la habitación del hotel, ducha y siesta. Me he despertado hace poco, cena en el mismo hotel y vuelta a la habitación. Sigo muerto de sueño. Mañana, a las 8:00, vuelta a casa.

jueves, 19 de mayo de 2022

Un ángel negro en Madrid

 

 
 

Iba yo ayer por la tarde caminando tranquilamente, aunque cargado de libros, por una calle de Madrid, cuando vi a un ángel negro hablando con la dependienta de una tienda. Me paré y él se volvió y me sonrió. Así que ya he amortizado el viaje.

miércoles, 18 de mayo de 2022

En Madrid, de nuevo

He llegado este mediodía a Madrid, donde ya se asoma el verano a la dureza del asfalto. Madrid en verano es un barco a la deriva sobre un mar de asfalto encendido. He dejado en el hotel mis cuatro cosas (una, en realidad) y me he dirigido en metro a la Universidad CEU-San Pablo, donde me esperaban a las 13:30. Lo que no esperaba yo era encontrarme entre los oyente a personas a las que aprecio mucho, como Pablo Velasco, Jaume Vives o Manuel Oriol. Como decía aquel, ¡qué agustico se está entre amigos! Tras una exposición por mi parte del tema que nos traíamos entre manos (la familia y la corrección política), ha habido debate y comida, todo al mismo tiempo. Mi conclusión es que conviene debatir con una lata de cerveza en la mano, porque al sujetar la lata te desembarazas inmediatamente de academicismos, retóricas escolásticas y pedanterías, y estás en condiciones de llamar al pan, pan, y al vino, vino,

Vivo con tanta intensidad estos encuentros que al acabarlos me siento agotado. He vuelto caminando al hotel y me he echado una siesta antes de ir a la Librería Berceo, una librería de viejo, a gastar dinero en vicios impostergables. 

Por el camino he recibido un mensaje de Aurora Nacarino, la entrañable editora de Deusto, que me publicará mi próximo ensayo, el más ambicioso que he escrito hasta ahora. A medida que lo iba escribiendo, iba también modificando mis ideas iniciales, y a medida que lo reescribía para recoger las modificaciones, iba remodificándolas. Así que ha sido este un largo diálogo conmigo mismo que, previsiblemente verá la luz a finales de año. 

Mi mujer me ha llamado para decirme que nos ha llegado el último libro de García-Máiquez, un poeta que pasará a los libros de texto. Lo ha devorado y me ha hablado maravillas de su contenido. 


 Mañana me espera un día intenso y, a priori, emocionante.


viernes, 13 de mayo de 2022

Remedio contra el aojamiento

“Vino una mujer de aspecto aburguesado, trayendo en brazos a su hijo, atrozmente escuálido, que llevaba prendidas por todas partes manitas labradas en azabache o en barro.  Pregunté a la madre su significación y me dijo ser ellas el único remedio contra el aojamiento” 

 

- Del "Viaje a Madrid de la Condesa d’Aulnoy".


domingo, 8 de mayo de 2022

Viaje a Madrid

Tres días intensos en un Madrid radiante, haciendo de editor, de conferenciante, de amigo, de entrevistado y de invitado. Y, además en el Paseo de Recoletos, la feria del libro viejo. O sea, un festín. Lo peor, la vuelta en el AVLO. Tenía en el asiento de mi derecha, en el lado de la ventanilla, un joven con tanto sobrepeso que no podía impedir que la mitad de su humanidad se desparramara sobre mí. Iba yo encogido y orillado, al borde del pasillo, hasta que me he atrevido a pedirle al revisor, discretamente, un cambio de asiento. No le echo la culpa a mi vecino, sino a RENFE que debiera prever situaciones como esta.

Madrid, luminoso, cálido, cordial, primaveral. Nada más poner los pies en Atocha comenzó la vorágine. Todo debiera haber comenzado con la presentación de "El poder", de Pedro Baños, en el espacio Betelsmann, pero tuvo que suspenderse por enfermedad del autor. Eso me permitió adelantar mi encuentro con varios periodistas y amigos. Y gastarme un dineral en libros.

A la mañana siguiente tenía, a primera hora, una entrevista en la radio y, a partir de aquí, un no parar. Encuentros con amigos, comida con el director de un medio con el que comenzaré a colaborar pronto, participación en el Primer encuentro iberoamericano de profesores de religión, en concreto, en una "conversación de filósofos" con Carmen Pellicer, J.M. Torralba y Miguel García-Baró (moderados por Jordi Cabanes). Por la noche, cena en casa de Diotima, con Diego S. Garrocho, Juan Claudio de Ramón y Victoria Carvajal. ¡Cuánto aprendí!

Pero lo más importante, desde un punto de vista estrictamente profesional, es que parece que hemos conseguido pergueñar un nuevo libro con un importante autor que nos ayudará a definir bien lo que queremos ser en Rosamerón.

En la vuelta me encontré con mi mujer en la estación de Sants. Comimos juntos y nos despedimos. Ella iba para Pamplona y yo volví a nuestra casa, vacía. 

Vehemencia

 I Tras tres días sin poder separarme de Benjamin Labatut y su Maniac , pero ya he cerrado la última página. Y como suele ocurrir cuando has...