Comentaba el otro día por aquí que estoy leyendo a autores muy, muy de derechas. Como mi amiga B. ha entendido que me estoy volviendo cada vez más de derechas, quiero tranquilizarla. Los autores que leo son gente que, como Pemán, Latapie, Sainz Rodríguez o Vigón, nada tienen que ver con apologistas de la raza o de venenosas simplezas de ese tipo. Los leo porque me interesa seguir la evolución de las derechas españolas, entender cómo ciertas corrientes extremas -especialmente las del integrismo monárquico- acaban en vías muertas por su incapacidad para renovarse y, también, porque a veces me encuentro con afirmaciones cuyo sentido me parece que si no eres conservador, simplemente, ya no se entiende, como esta de Pemán: “La civilización consiste siempre en ‘ponerse’ algo sobre lo
elemental y primario. ‘Ponerse’ la corbata, la ley hipotecaria, el reglamento
de circulación…”.
Añado una anécdota que transmite Sainz Rodríguez: A don Santiago Ramón y Cajal lo invitaron a visitar a Alfonso XIII. Se negó alegando que no le apetecía vestirse de esmoquin. La mujer encargada de cursar las invitaciones habló entonces con la esposa del ilustre científico, que le dijo:
-Esté usted tranquila que Santiago irá.
Y, por supuesto, don Santiago fue.
Un amigo muy de derechas, me dijo una vez, allá por los 90: nos tienen mucho miedo y no saben que solo tenemos el ABC...; es curioso que alguien pueda identificar ser de derechas con ideas racistas...
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