Soy partidario de los deberes, sin duda alguna. Me parece más que razonable que los niños aprendan a trabajar fuera del colegio, a organizar su tiempo y a disciplinarse desde su propia autonomía. Además, así se refuerzan y amplían los conocimientos impartidos en el aula. Soy contrario al exceso de deberes y al desorden en su asignación, también sin duda alguna. No es aceptable que la pereza o la incompetencia de demasiados docentes se traduzcan en una carga inasumible (que sean las 21'00 h. y el niño todavía no haya podido acabar los deberes, incluso con la ayuda de los padres y que suceda con frecuencia, no es normal); tampoco es aceptable la descoordinación entre profesores, de forma que cada uno acaba poniendo la carga de deberes que le parece. Así mismo, algún día habrá que hablar en España de la cantidad de asignaturas y del grosor de los temarios, imposibles de impartir en el aula en un curso académico. Y, sin ánimo de ofender, también tendríamos que empezar a hablar en serio del nivel de conocimientos de nuestros maestros de primaria, que suele ser muy bajo. Da vértigo, en ocasiones, hablar con algún maestro en ejercicio, de verdad, es que...es horroroso el nivel cultural que evidencian. Ya sé que es injusto generalizar, pero es que es demasiado grave el problema que tenemos con el magisterio. Pedro
¿La culpa no serà de quién y cómo forma a los maestros? Digo yo, vamos. Creo que cuanto más se sube en la escala educativa más ineptos se pueden encontrar, mis últimas experiencias universitarias dan para mucho, como dijo un amigo maestro, ya jubilado como yo, afortunadamente, así no te implicas tanto al leer tonterías: 'al menos nosotros estamos allí'.
Sra. Júlia No estoy del todo de acuerdo con de lo de "cuanto más se sube en la escala educativa más ineptos se pueden encontrar, mis últimas experiencias universitarias dan para mucho", pero sí parcialmente. En la universidad hay de todo, pero creo que en los últimos 15 años -por dar un marco temporal aproximado- la capacidad docente del profesorado se ha descuidado mucho, a lo que hay que añadir la fiebre de la "piblicacionitis" que ha conducido al desprecio hacia la actividad docente, percibida cada vez más como una molestia que hay que eludir como sea (por ejemplo, fusilando un manual en clase para no perder el tiempo preparando una asignatura como es debido). Por otro lado, las sucesivas reformas de los planes de estudio, en lo que a los estudios de magisterio hace referencia, han ido en la dirección de aumentar exponencialmente la presencia de materias de pedagogía, de psicología, de métodos de aprendizaje, etc. en detrimento de las materias de conocimientos como Matemáticas, Historia, Ciencias Naturales, Lengua...y lo están pagando los maestros así formados y, sobre todo, sus alumnos de primaria. No es de recibo que esté ¿enseñando? personas que no tienen ni remota idea de la geografía española, que se ven en un aprieto si se les pregunta por alguna obra de Calderón (si es que no lo confunden con un estadio de fútbol) o de Pérez Galdós, que no saben hacer una regla de tres ni calcular el área de una circunferencia, que Maratón les suena a prueba deportiva. Si goza ya de la jubilación pertenece usted a otra generación de maestros, mejor formados. ¿De verdad que no es usted consciente del nivelazo de los maestros de, digamos, cuarenta-cincuenta años para abajo? Pedro
Buenas tardes a todos. Estoy leyendo un libro que ha llegado a mis manos, "EL COLECTIVO DIMITIDO, ANÁLISIS PARA ENTENDER EL DECLIVE DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA ESPAÑOLA". Habla, justamente, de varias cosas que mencionan los intervinientes de este blog: la formación de maestros y profesores, el debate sobre las tareas, y un largo etc. Realista, valiente, bien documentado y "políticamente incorrecto"... sin duda la formación de nuestros maestros (y profesores) es uno de nuestros problemas educativos. El informe internacional TEDS-M IEA (mencionado en dicho libro) pone claramente de manifiesto lo que uds. están contando: ya no se enseñan contenidos en Magisterio, solo "pedagogía", "métodos" e ideologización hacia las llamadas "nuevas pedagogías". El hijo de un conocido, que está estudiando Magisterio, así me lo ha confirmado. Al parecer el otro día, en una clase, un profesor de esa facultad dijo "Que un maestro ponga deberes es anticonstitucional, porque atenta contra la igualdad de oportunidades". A ver, que se racionalicen las tareas me parece bien si realmente hay un exceso o son inadecuadas, pero de ahí a decir EN UN AULA DE MAGISTERIO semejante disparate...¿Anticonstitucionales??? El libro que les menciono, precisamente, desmonta con datos y estudios ese argumento, y muchos otros argumentos ideológicos de la educación actual. Muy recomendable (Por cierto, menciona al Sr. Luri en un par de ocasiones). Saludos. Lucía
Tuve el honor de leer el manuscrito. Es un magnífico libro. Incluso hice lo posible porque lo publicara alguna editorial de Barcelona. No tuve éxito y lo lamento. Insisto: es un gran libro.
Soy partidario de los deberes, sin duda alguna. Me parece más que razonable que los niños aprendan a trabajar fuera del colegio, a organizar su tiempo y a disciplinarse desde su propia autonomía. Además, así se refuerzan y amplían los conocimientos impartidos en el aula.
ResponderEliminarSoy contrario al exceso de deberes y al desorden en su asignación, también sin duda alguna. No es aceptable que la pereza o la incompetencia de demasiados docentes se traduzcan en una carga inasumible (que sean las 21'00 h. y el niño todavía no haya podido acabar los deberes, incluso con la ayuda de los padres y que suceda con frecuencia, no es normal); tampoco es aceptable la descoordinación entre profesores, de forma que cada uno acaba poniendo la carga de deberes que le parece.
Así mismo, algún día habrá que hablar en España de la cantidad de asignaturas y del grosor de los temarios, imposibles de impartir en el aula en un curso académico.
Y, sin ánimo de ofender, también tendríamos que empezar a hablar en serio del nivel de conocimientos de nuestros maestros de primaria, que suele ser muy bajo. Da vértigo, en ocasiones, hablar con algún maestro en ejercicio, de verdad, es que...es horroroso el nivel cultural que evidencian. Ya sé que es injusto generalizar, pero es que es demasiado grave el problema que tenemos con el magisterio.
Pedro
No sólo no ofende, sino que comparto su inquietud.
Eliminar¿La culpa no serà de quién y cómo forma a los maestros? Digo yo, vamos. Creo que cuanto más se sube en la escala educativa más ineptos se pueden encontrar, mis últimas experiencias universitarias dan para mucho, como dijo un amigo maestro, ya jubilado como yo, afortunadamente, así no te implicas tanto al leer tonterías: 'al menos nosotros estamos allí'.
ResponderEliminarSra. Júlia
EliminarNo estoy del todo de acuerdo con de lo de "cuanto más se sube en la escala educativa más ineptos se pueden encontrar, mis últimas experiencias universitarias dan para mucho", pero sí parcialmente. En la universidad hay de todo, pero creo que en los últimos 15 años -por dar un marco temporal aproximado- la capacidad docente del profesorado se ha descuidado mucho, a lo que hay que añadir la fiebre de la "piblicacionitis" que ha conducido al desprecio hacia la actividad docente, percibida cada vez más como una molestia que hay que eludir como sea (por ejemplo, fusilando un manual en clase para no perder el tiempo preparando una asignatura como es debido).
Por otro lado, las sucesivas reformas de los planes de estudio, en lo que a los estudios de magisterio hace referencia, han ido en la dirección de aumentar exponencialmente la presencia de materias de pedagogía, de psicología, de métodos de aprendizaje, etc. en detrimento de las materias de conocimientos como Matemáticas, Historia, Ciencias Naturales, Lengua...y lo están pagando los maestros así formados y, sobre todo, sus alumnos de primaria.
No es de recibo que esté ¿enseñando? personas que no tienen ni remota idea de la geografía española, que se ven en un aprieto si se les pregunta por alguna obra de Calderón (si es que no lo confunden con un estadio de fútbol) o de Pérez Galdós, que no saben hacer una regla de tres ni calcular el área de una circunferencia, que Maratón les suena a prueba deportiva.
Si goza ya de la jubilación pertenece usted a otra generación de maestros, mejor formados. ¿De verdad que no es usted consciente del nivelazo de los maestros de, digamos, cuarenta-cincuenta años para abajo?
Pedro
Buenas tardes a todos.
ResponderEliminarEstoy leyendo un libro que ha llegado a mis manos, "EL COLECTIVO DIMITIDO, ANÁLISIS PARA ENTENDER EL DECLIVE DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA ESPAÑOLA". Habla, justamente, de varias cosas que mencionan los intervinientes de este blog: la formación de maestros y profesores, el debate sobre las tareas, y un largo etc. Realista, valiente, bien documentado y "políticamente incorrecto"... sin duda la formación de nuestros maestros (y profesores) es uno de nuestros problemas educativos. El informe internacional TEDS-M IEA (mencionado en dicho libro) pone claramente de manifiesto lo que uds. están contando: ya no se enseñan contenidos en Magisterio, solo "pedagogía", "métodos" e ideologización hacia las llamadas "nuevas pedagogías". El hijo de un conocido, que está estudiando Magisterio, así me lo ha confirmado. Al parecer el otro día, en una clase, un profesor de esa facultad dijo "Que un maestro ponga deberes es anticonstitucional, porque atenta contra la igualdad de oportunidades". A ver, que se racionalicen las tareas me parece bien si realmente hay un exceso o son inadecuadas, pero de ahí a decir EN UN AULA DE MAGISTERIO semejante disparate...¿Anticonstitucionales??? El libro que les menciono, precisamente, desmonta con datos y estudios ese argumento, y muchos otros argumentos ideológicos de la educación actual. Muy recomendable (Por cierto, menciona al Sr. Luri en un par de ocasiones).
Saludos.
Lucía
Tuve el honor de leer el manuscrito. Es un magnífico libro. Incluso hice lo posible porque lo publicara alguna editorial de Barcelona. No tuve éxito y lo lamento.
EliminarInsisto: es un gran libro.
Un gran libro y avalado por usted no consigue ser publicado... (?)
ResponderEliminar¡Tenemos un problema!
José