miércoles, 31 de agosto de 2016

La amenaza azul


El ayuntamiento ha prohibido el baño en la playa de Ocata por la presencia de un grupo de tintoreras justo en la zona en que yo me baño cada mañana. Hoy mismo he estado nadando durante más de media hora... e, imagino, que mientras, agotado, me animaba a mí mismo a hacer cincuenta metros más, estaba siendo observado por el tiburón azul (prionace glauca).

Más información AQUÍ

B., me parece que ya se me ha acabado la temporada de playa.

Historia de los heterodoxos españoles


Me regaló mi señora para mi pasado cumpleaños la Historia de los heterodoxos españoles, de Menéndez Pelayo. Yo ya sabía que sus páginas, por las que había picoteado muchas veces, están llenas de sorpresas, pero no sospechaba que serían tantas. ¡Cómo estoy disfrutando! 

Don Marcelino escribe de maravilla, tiene toda la lengua castellana en la cabeza, domina todos los registros del humor fino, no evita mostrar su debilidad por algún "descarriado" y posee una erudición envolvente. No te sientes un mero lector más o menos erudito de las mil y una vicisitudes de un país tan generoso en heterodoxias como el nuestro, sino, en cierta manera, alguien que está escuchando al autor desgranar con voz bien timbrada toda su erudición junto al fuego. 

Acabo de leer las páginas que le dedica a Jorge Borrow (una delicia), a Ramón Monsalvatge (capuchino nacido en Olot, un carlistón de mucho cuidado que acabó intentando vender Biblias protestantes a los carlistas emigrados a Montpellier y a Lyón) y a Lorenzo Lucena. Este último personaje fue rector del seminario de San Pelagio de Córdoba y "huyó a Jibraltar [sic], propter genus foemineum, en una noche de venstisca." Refugiado en Inglaterra, escribió en inglés un panfleto titulado Roman Catholicism in Spain cuyos capítulos llevaban estos títulos: Propensiones amatorias unidas a la religión, - Barraganas.- Prácticas inmorales del clero.- Degradado carácter e impopularidad de los curas.- Descripción de la vida de las monjas.- Carácter feroz del amor en los claustros.- Asesinato de una joven por su confesor.- Horrible corrupción de los capuchinos de Cascante. 

En fin, que estoy inmerso en una orgía literaria, que es para lo que ya está uno.

Ya lo dijo Menéndez Pelayo

"¡Candor insigne creer que a los pueblos se les saca de su paso con prosopopeyas sexquipedales!"


Parlamento

"Cada vez que leo este y otros discursos de nuestro Parlamento, que parecen una lección de historia mal aprendida, amasijo de especies de nombres retumbantes recogidas la noche anterior en cualquier libro, me lleno de asombro al ver cuán desatinada idea tenemos en España de la elocuencia parlamentaria, y al considerar la risa inextinguible que tales temas de retórica provocarían en un parlamento británico."

- Menéndez Pelayo

martes, 30 de agosto de 2016

Lo bueno, si es breve...

Ritmos 21 reúne a una selección de escritores para que desgranen el término 'aforismo'.


De Jean Jaurès a Raoul Villain

Jean Jaurés, figura legendaria del socialismo francés, profundamente deprimido ante la inminencia de la primera guerra mundial, exclamó: “¿Pero es que el hombre estará perpetuamente  condenado a concebir realidades que no podrá realizar?”

Jaurès era un hombre caracterizado por su insaciable hambre de porvenir. Tanto es así que sus discursos, como le recriminaba uno de sus principales adversarios, Clemenceau, “se reconocen inmediatamente. Todos los verbos están en futuro”.

Pero el rumor de la guerra lo condenaba a imaginar un futuro imperfecto, cosa difícil de soportar para él.

Un día después de pronunciar aquellas palabras, el 31 de julio de 1914, jaurès fue asesinado por un desequilibrado, Raoul Villain. 

Tres días después, Francia entró en guerra.  

Visto cómo transcurre la historia humana, habrá que decir que, efectivamente, el destino del hombre es concebir realidades que nunca podrá realizar completamente. Los políticos deberían tener valor, al menos, para decirse esto a sí mismos, ya que, con toda probabilidad, no lo tendrán para decírselo a sus electores. 

El futuro siempre se reserva la última palabra. Y siempre tiene un punto amargo. Esto es aplicable incluso al asesino de Jaurès, Raoul Villain. El 29 de marzo de 1919, dado su estado mental, fue declarado no culpable y puesto en libertad. Poco tiempo después se exilió en Ibiza, donde era conocido con el nombre de “el loco del puerto”. Fue ejecutado en 1936 por unos milicianos republicanos.

Pero Villain quedó con un hilillo de vida y tardó dos días en morir, abandonado en la playa.

lunes, 29 de agosto de 2016

Un extraño para mí mismo

He ido esta tarde a Barcelona. Desde casa se me antojaba una tarea ardua, pero me he armado de valor y me he puesto en camino. Me gustaba es...