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martes, 18 de julio de 2017

Diálogo (o casi) con C.

- Los filósofos, Luri, sois desesperantes, siempre andáis buscando en las profundidades y por eso no veis la superficie.
- ¿Siempre?
- Es vuestro sino, padecéis el "síndrome abisal de la verdad". Para vosotros el talud continental ya es doxa.
- ¿Y eso a dónde nos lleva? 
Aclaro al lector que estábamos discutiendo sobre el fundamento de la cultura humana.
- ¡A lo obvio que vosotros no veis!
- ¿Y qué es eso tan obvio que nosotros no vemos?
- La longitud del brazo humano.
Vuelvo a aclarar: previamente habíamos estado resaltando la estructura visual del hombre, la bipedestación, la falta de pelo, el animal de mejillas coloradas, etc. Y también de la capacidad de llevar a los niños en brazos.
- Ya hemos hablado de eso.
- Pero no de lo fundamental...
- Que es lo que tú ahora me vas a decir...
- ... que es que la medida del brazo del hombre es la justa para que pueda limpiarse el culo.
Me echo a reír.
- Ríete si quieres, pero ahí está todo el misterio. Un palmo más corto, y nos hubiésemos quedado sin cultura humana. 

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