La educación pública está tan degradada que la única esperanza de los padres (sea el "progenitor A", sea el "progenitor B") es que se generalice la "escuela en casa". De hecho, todo lo que saben nuestros dos hijos lo han aprendido A PESAR del sistema escolar, a base de lo que les explicábamos en casa y de las clases particulares que pagábamos: en la escuela, en el mejor de los casos, sólo perdían el tiempo (cuando no aprendían conceptos equivocados). Y conste que nosotros somos los dos profesores en el sistema público, y por eso sabemos muy bien cómo están las cosas: nos vemos obligados a "trabajar" (que no a "enseñar") en un sistema de de ninguna manera querríamos para nuestros hijos.
Quizás este sea, en el fondo, el plan de las élites para perpetuarse: hacer que la escuela pública se degrade hasta lo más grotesco, con la excusa de una pedagogía supuestamente progresista, para asegurarse de que una formación sólido sólo estará al alcance de quienes puedan educarse fuera del sistema.
Es una combinación de miedo al futuro y propaganda de la diversión presente que difícilmente saldrá bien. Hay una editorial bien conocida que promociona sus libros de Secundaria diciendo "En este festival de emociones, de proyectos,de desafíos compartidos... la alegría tiene un papel protagonista, es el eje vertebrador de este proyecto, y pretende dar sentido a tu trabajo y al de tu alumnado".
Espectacular. No hay palabras (bueno, sí, hay muchas). Enhorabuena.
ResponderEliminarOpino lo mismo
EliminarLa educación pública está tan degradada que la única esperanza de los padres (sea el "progenitor A", sea el "progenitor B") es que se generalice la "escuela en casa". De hecho, todo lo que saben nuestros dos hijos lo han aprendido A PESAR del sistema escolar, a base de lo que les explicábamos en casa y de las clases particulares que pagábamos: en la escuela, en el mejor de los casos, sólo perdían el tiempo (cuando no aprendían conceptos equivocados). Y conste que nosotros somos los dos profesores en el sistema público, y por eso sabemos muy bien cómo están las cosas: nos vemos obligados a "trabajar" (que no a "enseñar") en un sistema de de ninguna manera querríamos para nuestros hijos.
ResponderEliminarQuizás este sea, en el fondo, el plan de las élites para perpetuarse: hacer que la escuela pública se degrade hasta lo más grotesco, con la excusa de una pedagogía supuestamente progresista, para asegurarse de que una formación sólido sólo estará al alcance de quienes puedan educarse fuera del sistema.
Es una combinación de miedo al futuro y propaganda de la diversión presente que difícilmente saldrá bien. Hay una editorial bien conocida que promociona sus libros de Secundaria diciendo "En este festival de emociones, de proyectos,de desafíos compartidos... la alegría tiene un papel protagonista, es el eje vertebrador de este proyecto, y pretende dar sentido a tu trabajo y al de tu alumnado".
ResponderEliminar