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martes, 30 de mayo de 2006

Valerie Solanas. Retazos.

Valerie Solanas le pegó un tiro a Andy Warhol el 3 de junio de 1968 porque había perdido su Up your Ass. Usó una 32. Andy levantó la mirada y vio a la muerte. La tenía Valerie entre las manos. Oyó tres disparos y notó el impacto de una bala que iba recorriendo un poco errática sus vísceras en busca de su vida. Valerie miró a ver si alguien más se merecía una bala.

Hay quien dice que a Valerie Solanas se le encasquilló el arma y que por eso no hubo ningún muerto. Otros aseguran que no parecía poner mucho interés en lo que hacía. Que bajó tranquilamente a la calle y se entregó a la policía. Alegó en su defensa que Andy tenía demasiado control sobe su vida. El New York Post le dedicó toda una página. Warhol estuvo clínicamente muerto durante unos segundos y nunca se restableció completamente de sus heridas. Tres días después asesinaron a Robert Kennedy.

Valerie fue condenada a una pena sorprendentemente leve: tres años. Warhol se negó a testificar en su contra. La noticia fue recogida con letras menores por el New York Times, al lado de un aviso dirigido a los residentes en Manhattan sobre el cambio de horario de recogida de basuras.

Un enfisema pulmonar arrojó a la tumba a Valerie Solanas en San Francisco en 1988, el mismo año en que murió Jean-Michel Basquiat y un año después de la muerte de Warhol. Tenía 52 años. Los últimos los malgastó trampeando un poco de futuro entre hospitales mentales y sórdidas callejuelas en las que ejercía la prostitución para costearse algún viaje por sus venas. Todos los periódicos del mundo se hicieron eco de la muerte de Warhol; los más importantes diarios de Nueva York recogieron con gran despliegue la de Basquiat; ningún periódico mencionó el fallecimiento de Valerie.

Jean-Michel Basquiat murió de una sobredosis con apenas 27 años, ahogado, rodeado de pirañas, confundió el oxígeno y la distancia con la heroína.

Valerie Jean Solanas nació el 9 de abril de 1936 en New Jersey. Con frecuencia Warhol la llama en sus diarios “Solanis”, pero lo cierto es que en su certificado de defunción pone “Solanas”. Tuvo un hijo, David, a los dieciséis años. Nació el 31 de marzo de 1953. En 1966, recién licenciada en psicología, andaba haciendo de puta por Greenwich Village, muerta de hambre. Escribió una obra titulada Up Your Ass y se la llevó a Warhol a principios de 1967. A Warhol le encantó el título, pero no creo que leyera el contenido. Acabó perdiendo la obra.

Andy Warhol: Finalmente tuve que reconocer ante Valerie que había perdido su “Up Your Ass”. Entonces comenzó a pedirme dinero. Me dijo que se alojaba en el Hotel Chelsea, y me aseguró que no tenía ni un céntimo para pagar su habitación. Una tarde de septiembre apareció cuando estábamos a medio rodar una secuencia de “I, a man” y le dije que se animara a participar y ganara así 25 dólares en vez de irme dando la lata. Aceptó encantada y filmamos con ella una escena corta realmente divertida. Y eso fue todo.

El 3 de junio 1968, casi un año después de haber aparecido en I, a man, Valerie se presentó en The Factory dispuesta a vengarse. Pero Andy había salido en busca de una receta de Obetrol. Lo prefería al “speed” que consumían sus amigos. A partir de aquel día se pasó al Dexamyl. Cuando regresó a The Factory lo acompañaba Jed Johnson que acababa de comprar un montón de tubos fluorescentes. Valerie se unió a los dos en el ascensor. Andy notó algo raro en ella: llevaba maquillaje. Mario Amaya, el editor de Art & Artist, estaba esperándolo para discutir algunas cuestiones relativas a una eminente retrospectiva en Londres. También andaba por ahí Paul Morrissey. Cuando salieron del ascensor sonó el teléfono. Era Viva, que llamaba desde el Kenneth's Hair Salon, donde se estaba tiñendo el pelo de rojo para participar en Midnight Cowboy. Después de varios minutos de conversación, Warhol le pasó el teléfono a Fred Hughes. Entonces Valerie sacó su 32 y comenzó a disparar. Andy cayó al suelo e intentó protegerse bajo un escritorio, pero no pudo esquivar la tercera bala. Después confesó a sus amigos: "Me dolió tanto que deseé morirme”. Valerie se fijó entonces en Mario Amaya. Le disparó, falló y le disparó de nuevo, rozándole la cadera. Finalmente se dio media vuelta y apretó el botón del ascensor. Súbitamente se volvió y apretó de nuevo el gatillo. Como se le encasquilló, sacó una pistola del calibre 22 que llevaba de reserva en una bolsa de papel. Finalmente entró en el ascensor.

Louis Firbank, más conocido como Lou Reed nació en Nueva York o, más precisamente, en Long Island el 2 de marzo de 1942. Junto al galés John Cale fundó la mítica Velvvet Underground, cuyo nombre extrajeron del título de un libro de sadomasoquismo de Michael Leigh. Andy Warhol los conoció en el Café Bizarre y decidió que eran la banda de rock perfecta para The Factory. Lou Red y John Cale le dedicaron como homenaje el hermoso Songs for Drella.

La ambulancia llegó 30 minutos más tarde. Mario y Andy fueron llevados al Columbus Hospital. El conductor de la ambulancia les aseguró que hacer sonar la sirena costaba cinco dólares extra. Mario le rogó que no escatimara en gastos.

Andy cita 11 veces a Valerie en su diario. Y casi siempre con temor. Por ejemplo el domingo 18 de agosto de 1985, a su regreso de Los Ángeles, cuando desciende de la “limo” que lo ha traído hasta su casa, en la calle 66, una chica le grita: ¡Andy! ¡Yur mother is a whore!. Inmediatamente piensa en Valerie.

Cuando yo llegué a Barcelona, a principios de los años setenta, las feministas emergentes repartían folletos con el Scum Manifesto de Valerie Solanas. Lo devoré absolutamente perplejo. ¡Qué mezcla explosiva y genial de brillantez literaria, paranoia ideológica y soledad existencial!

Valerie sostiene en el Scum Manifesto que vivir en esta sociedad significa, con suerte, morir de aburrimiento, puesto que nada concierne a las mujeres. Por eso a las mujeres dotadas de una mente cívica, de sentido de la responsabilidad y de capacidad para las emociones intensas les queda una – sólo una única – posibilidad: destruir el gobierno, eliminar el sistema monetario, instaurar la automatización total y destruir al sexo masculino.

Para Valerie Solanas el macho es un accidente biológico, una mujer inacabada, un aborto ambulante, un deficiente con la sensibilidad limitada. Atrapado a medio camino en esta zona crepuscular extendida entre los seres humanos y los simios, su posición es mucho más precaria que la de los simios: al contrario de éstos, presenta un conjunto de sentimientos negativos – odio, celos, desprecio, asco, culpa, vergüenza, duda – y, lo que es peor: plena consciencia de lo que es y no es.

6 comentarios:

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  5. Excelente. He comenzado a buscar sobre Solanas tras comprar un disco de Matmos donde le es dedicada una canción: Tract fot Valerie Solanas.

    Me ha gustado el estilo del texto y los enlaces son muy buenos -sobre todo la versión en español del manifiesto SCUM-

    Saludos

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  6. Buena nota, es interesante y educativa. No sabía de esta Valerie. Tengo el disco de Matmos y nunca me había preguntado de que trataba el tema.
    Bueno gracias por la info
    Saludos desde Argentina
    Pablo.

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