"...murió dos años después, no por caducidad irremediable, sino a causa de un hartazgo de higos chumbos" Otra vez los higos, que opilan el hígado y el bazo, ahora como instrumento de la parca. La sicología necesita quien la eleve a ciencia, como merece.
Yo pensé lo mismo, Bacon Pero no osé a srñalarlo,no me pareció conveniente, publicitar aprovechando la circunstancia-de-mí-yo,sacar a relucir mi neura por la sykoficcatum...parece que con su comentario se me enquistará si cabe más mí neurop-sykósis. HdL
Frutos que en realidad son flores vueltas del revés, cuya fecundación requiere engañar y atrapar a un insecto, que queda preso y muere en su interior. No hay criatura más filosófica.
Dios! Si fuera un monje de los descritos por Umberto Eco, en El nombre de la Rosa, exclamaría ante tal fotograma: "el diablo, con el ojo de Alà! PerrodeGeryon
Recuerden ustedes también que cuenta Diógenes Laercio que el estoico Crisipo murió de risa al ver a un burro comiendo higos y, según Valerio Máximo, también el filósofo Filemón murió de esta manera.
Y, al menos filológicamente, están en el origen de los sicofantas, uno de los fenómenos que más claramente hacen ver que cada vez que en la vida política se arregla algo, somos capaces de coneguir que la solución genere un problema mayor. Esas muertes por hartura ponen de manifiesto la necesidad de la moderación. Por ambos hechos no temo proclamar que inducen al conservadurismo.
"...murió dos años después, no por caducidad irremediable, sino a causa de un hartazgo de higos chumbos"
ResponderEliminarOtra vez los higos, que opilan el hígado y el bazo, ahora como instrumento de la parca. La sicología necesita quien la eleve a ciencia, como merece.
Yo pensé lo mismo, Bacon
ResponderEliminarPero no osé a srñalarlo,no me pareció conveniente, publicitar aprovechando la circunstancia-de-mí-yo,sacar a relucir mi neura por la sykoficcatum...parece que con su comentario se me enquistará si cabe más mí neurop-sykósis.
HdL
Frutos que en realidad son flores vueltas del revés, cuya fecundación requiere engañar y atrapar a un insecto, que queda preso y muere en su interior. No hay criatura más filosófica.
EliminarDios! Si fuera un monje de los descritos por Umberto Eco, en El nombre de la Rosa, exclamaría ante tal fotograma: "el diablo, con el ojo de Alà!
ResponderEliminarPerrodeGeryon
Recuerden ustedes también que cuenta Diógenes Laercio que el estoico Crisipo murió de risa al ver a un burro comiendo higos y, según Valerio Máximo, también el filósofo Filemón murió de esta manera.
ResponderEliminarY, al menos filológicamente, están en el origen de los sicofantas, uno de los fenómenos que más claramente hacen ver que cada vez que en la vida política se arregla algo, somos capaces de coneguir que la solución genere un problema mayor.
ResponderEliminarEsas muertes por hartura ponen de manifiesto la necesidad de la moderación.
Por ambos hechos no temo proclamar que inducen al conservadurismo.
Yo más bien lo veo.... lo veo... ¡bueno, véanlo ustedes!: https://youtu.be/3XZX0LlRYe4
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