Comentario de Balmes sobre una intervención de Donoso Cortés en un debate del Congreso sobre la devolución de los bienes desamortizados al clero. Abril de 1845.
"Tomó también parte en la discusión el Señor Donoso Cortés, pronunciando uno de aquellos discursos que, si no convencen el entendimiento cautivan siempre la atención (...). Cuando el Señor Donoso habla, todas las conversaciones cesan, todos los oídos se aplican, porque sus discursos no se parecen a nada que no sea ellos mismos (...). Sus palabras no son nunca vacías; siempre envuelven un pensamiento; la lástima está en que a veces este pensamiento envuelto en la palabra, no es más que una imagen hermosa o la brillante chispa que broya de un contraste. Las imágenes y los contrastes son una necesidad para el talento del Señor Donoso (...). Es tal la afición que tiene a la magnificencia y esplendor de las formas, que con frecuencia se olvida del fondo (...). Por lo que toca a contrastes, los encuentra tan originales, tan bellos y deslumbradores, que se hace disculpar la falta de naturalidad en gracia del ingenio. El Sr. Donoso no sabe qué hacerse con una idea, por grande que se la suponga, si está sola; necesita otra que contraste con simetría. (...)
Los discursos del Sr. Donoso nadie los escucha para convencerse, sino para recrearse en su belleza, en su originalidad, a veces algo extraña. No pertenece propiamente al sistema parlamentario, es un orador excepcional, excéntrico."
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