I
No tengo abandonado este café. Ha ocurrido que, ocupado en asuntos muy serios, el tiempo se me ha ido en otras direcciones y, a decir verdad, tampoco andaba con la mente lo suficientemente despejada como para pararme a comentar frivolidades. Poco a poco parece que Cronos, el Dios tiempo, va resituando las cosas.
II
No han sido días de brazos cruzados estos que he andado por ahí. Han sido días graves que, sin embargo, me han proporcionado sorpresas muy agradables, como el encuentro con los jóvenes de It's time to think en Pamplona, con los profesores y padres del colegio de las Jesuitinas de Pamplona o con la magnífica gente de la asociación navarra Elpida.
III
El viaje a Pamplona ha tenido sus momentos entrañables en las dos librerías de viejo de la ciudad y sus momentos de frustración al empeñarme en recorrer los sitios en los que fui razonablemente feliz y comprobar -de nuevo- que ellos no se acuerdan de mí y que han seguido con su azarosa vida, adaptándose a los usos y abusos de los tiempos.
IV
Pero la sorpresa más agradable, sin duda, ha sido esta:
razonablemente feliz,
ResponderEliminarsiento que así como la infelicidad es bastante razonable, sin embargo la felicidad es irrazonable o no es.
E(R/S)