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viernes, 30 de mayo de 2025

Viajar

I

Digamos la verdad: hoy viajar resulta económico; pero viajar bien sigue siendo muy caro. Por viajar bien entiendo no llegar completamente agotado a tu hotel, es decir, al inicio del viaje, y viajar en asientos en los que te quepan las piernas... y que no sea necesario poner mucha ilusión en cada lugar que visitas para poder hacerlo justificable.

II

Hay dos tipos de cansancio: el del joven y el del viejo. El joven está siempre energéticamente cansado, pero hay en él como un fondo de reservas de energía al que siempre puede recurrir para hacer un esfuerzo más. Ese fondo comienza a recargarse en el mismo momento en que un joven se sienta a descansar. El viejo se cansa porque se vacía pronto y la recarga requiere su tiempo. Más tiempo del que dispone. La vejez es la edad de la energía disipativa. A estas alturas de mi vida me imagino un buen viaje como una estancia tranquila en una ciudad hermosa y de tamaño mediano, en la que todo lo que tenga que hacer es ir pausadamente de plaza en plaza, sentarme en cada una en una terraza y pedir un café o una cerveza y ver pasar la vida por delante, bajo un cielo acogedor y junto a un edifico memorable, aunque a veces con un riachuelo y un puente basta.

miércoles, 28 de mayo de 2025

Primeras cosas

 I

Esta tarde me he bebido la primera mala horchata del año. Hay cosas que debieran, por ley, estar a la altura de nuestras expectativas: La primera horchata del año, las primeras castañas del otoño, el cortado de media mañana, el primer beso, claro...

II

En la sala de espera del otorrino, la enfermera se desgañita pronunciando un nombre… finalmente comprendo que es el mío (entre otras cosas porque estoy solo en la sala de espera). Me mira con cara enfurruñada. “No debiera molestarle -le digo- que alguien que viene al otorrino tenga problemas de audición.” 

III
En las playas ya han brotado los cuerpos nuevos.

IV
El árbol de la ciencia del bien y del mal era Eva con minifalda.

V
Lo más lamentable de nuestra política: que los malos sean tan torpes. Nadie debiera entrar en la política sin haber rumiado bien a Maquiavelo.

martes, 27 de mayo de 2025

¡La quinta!

 I

No tengo abandonado este café. Ha ocurrido que, ocupado en asuntos muy serios, el tiempo se me ha ido en otras direcciones y, a decir verdad, tampoco andaba con la mente lo suficientemente despejada como para pararme a comentar frivolidades. Poco a poco parece que Cronos, el Dios tiempo, va resituando las cosas.

II

No han sido días de brazos cruzados estos que he andado por ahí. Han sido días graves que, sin embargo, me han proporcionado sorpresas muy agradables, como el encuentro con los jóvenes de It's time to think en Pamplona, con los profesores y padres del colegio de las Jesuitinas de Pamplona o con la magnífica gente de la asociación navarra Elpida.

III

El viaje a Pamplona ha tenido sus momentos entrañables en las dos librerías de viejo de la ciudad y sus momentos de frustración al empeñarme en recorrer los sitios en los que fui razonablemente feliz y comprobar -de nuevo- que ellos no se acuerdan de mí y que han seguido con su azarosa vida, adaptándose a los usos y abusos de los tiempos.

IV

Pero la sorpresa más agradable, sin duda, ha sido esta:

sábado, 17 de mayo de 2025

Tiempo al tiempo

El deseo de echar paladas de tiempo al tiempo, enterrarlo bien hondo, para que no duela; que entre el tiempo y mi tiempo haya tiempo suficiente para el recuerdo de su presencia y el olvido del dolor de su ausencia. «El tiempo es un dios consolador», decían los griegos. Pero a veces avanza tan despacio con su consuelo...

¿Y por qué consuelo? ¿No tengo contraída acaso la deuda del recuerdo?

Mis difuntos han creado un círculo en torno a mi tiempo y con cada paso que dan en su danza, el círculo se estrecha un poco. Desconozco, por supuesto, se seguirá así, a este ritmo, el proceso o si en el momento menos pensado llegue, como el ladrón, el fin del «mientras tanto».

lunes, 12 de mayo de 2025

El deseo de volar

I

Sabía que A.S., un amigo íntimo, estaba muy enfermo. Pero no sospechaba hasta qué punto lo estaba. Por eso aquella noche en aquel hotel de Madrid me fui a dormir sin pensar en él. Pero de repente apareció en mis sueños y me dijo una sola palabra: "¡Adiós!" Me desperté sobresaltado por la viveza de la imagen. A los pocos minutos, no más de diez, sonó el teléfono. Era la hija de A.S., que me comunicaba que su padre acababa de morir.

II

Ya sé que esto tendrá su explicación científicas. Pero mi experiencia es real. A veces no puedo evitar rezar aquello de Mossèn Cinto: "¡Señor, dadme alas o quitadme el deseo de volar!"

III

Me lo contó la mujer de R., un par de meses después de quedarse viuda. Su nieto de 5 años de edad, despertó a media noche asegurando, con alegría, que había estado con el abuelo, que le había: "Tranquilo, no te preocupes por mí, que estoy bien".

IV

Insisto en mi confianza en la ciencia. Pero si la ciencia tiene por objeto la verdad, no puedo ignorar la verdad de lo que siento.

V

Murió O. y un amigo común me envió el obituario que había escrito para que le echase una mirada antes de enviarlo a la prensa. Lo leí con serenidad hasta que llegué a unos versos de García Máiquez que este amigo había elegido con certero tino, sin saber nada de mi aprecio personal por este inmenso poeta. Cuando reconocí los versos, eché a llorar, serenamente, sin que nadie se diera cuenta, pero de forma intensa.

VI

Me pidió el párroco de El Masnou que de una charla en una Cena alfa que tendrá lugar en la parroquia el día 15.  Sobre el mal. Solo se me ocurre decir, hoy por hoy, que únicamente si (creemos que ) Dios existe el mal es un problema. Si no existe, llamamos mal a una concatenación de causas y efectos completamente naturales y lamentarse de la muerte de un ser querido sería tan incomprensible como lamentarse de la caída de las hojas en otoño.

VII

J. Es un cura al que aprecio mucho y desde hace mucho tiempo... de cuando allá, por los 90 era seminarista aficionado al conejo con caracoles. Ahora es el sacerdote de un hospital importante. Tiene en casa a su madre con alzheimer y a un hermano con síndrome de Down. Y sé que es feliz cuidándolos y yendo a horas intempestivas a acompañar a moribundos.

miércoles, 7 de mayo de 2025

El azar amigo, de nuevo


El azar amigo se me hizo de nuevo presente el día de Sant Jordi, cuando Carlos Villa, rector del Liceo de los Andes, de Colombia, me reconoció al pasar por casualidad a mi lado, en el Paseo de Gracia. Hoy me ha escrito y entre otras cosas me dice: «aprovechando tu próxima visita a nuestro país, quisiera hacerte una invitación respetuosa a nuestro colegio. Por acá todos te hemos leído y quisiéramos disfrutar de tus palabras y compañía [...]. Si hoy creemos que es posible un camino para una escuela que efectivamente transforme la vida de las nuevas generaciones es, y no quiero sonar adulador, es gracias a tus reflexiones y conceptos poderosos que nos han inspirado».

Hoy me siento con más ganas que nunca de seguir defendiendo lo obvio.

lunes, 5 de mayo de 2025

Camino de primavera

 I

Ayer, para celebrar el día de la madre, nos fuimos caminando -abuelos, hijos y nietos) desde el monasterio de Sant Jeroni de la Murtra al poblado ibérico de Puig Castellar, en Santa Coloma.

II

Amaneció un día dubitativo, de niebla vaporosa y amenaza de lluvias. Eso no me impidió mantener viva la esperanza mientras hacía una tortilla con tres quilos de patatas y ocho huevos. Por si fuera poco, preparé también una gran fuente de torrijas.

III

Mis hijos se acuerdan bien de que cuando eran pequeños y nos íbamos a la montaña solía llevar en la mochila una sandía o un melón, bien grandes. Cuando llegábamos a la meta, buscábamos un riachuelo de agua helada y poníamos la sandía o el melón a refrescar. Ahora he optado por las torrijas. Dan más guerra, pero pesan menos.

IV

La excursión fue un fastuoso despliegue de la primavera. Estuvo lloviendo hasta que llegamos al monasterio de Sant Jeroni, pero una vez allí, se apartaron las nubes y dejaron a nuestra disposición un día alegre, con las plantas perladas por la lluvia y una efervescencia de belleza en flor. Toda la naturaleza parecía estaba de fiesta y nuestro caminar estaba contagiado de la alegría del camino.

V

En el poblado ibérico nos entretuvimos buscando, y encontrando, restos de cerámica. Mis nietos saben bien diferenciar la cerámica según su origen. Cada trozo tiene una historia humana detrás. Y todo animaba a imaginársela. El poblado tiene unas vistas espectaculares al Barcelonés, al Maresme y al Vallés (tanto el occidental como el oriental). Al fondo, recortada diáfanamente, la montaña de Montserrat. 

VI

Todo fue casi perfecto. Casi, porque nos faltó una buena bota de vino en el almuerzo, para acompañar la ciclópea tortilla de patatas.

sábado, 3 de mayo de 2025

Bailando en el apagón

 I

Inicio de un diálogo en la cafetería de un hospital de Pamplona.

- ¿Qué tal, cómo estás?

- ¡Ya ves, como burro sin ramal!

II

Que la vida va en serio es algo que no nos podemos permitir creer a pie de la letra mientras sigamos viviendo.

III

El apagón. Unos celebran la vitalidad del pueblo español que en las situaciones de crisis saca su vena cívica, alegre y solidaria. «La ciudad volvió a ser de sus ciudadanos», me dijo un amigo de Barcelona resumiendo las horas de oscuridad. Otros se inquietan por lo que consideran una actitud frívola. Ante un desastre como el del apagón, la gente baila.

IV

Hans Magnus Enzensberger describe así al cidudano medio:

«Cuando se trata de liberar a la humanidad

va a la peluquería.

En vez de seguir entusiasmada la vanguardia

dice: ahora estaría bien una cerveza.

En vez de luchar por la causa justa

lidia con las varices y el sarampión»

V

Dostoievski lo decía de manera más descarnada en su defensa del «hombre auténtico y normal»: «Yo lo envidio con toda mi rabia. Es estúpido, eso no se lo discuto, pero ¿quién sabe?, quizás el hombre normal deba ser estúpido. Quizás hasta sea hermoso serlo».

V

Las gentes que salieron a las calles a bailar sin luces no hicieron más que repetir la historia del Decamerón: Cuando las grandes estructuras hacen agua... siempre hay alguien que se dedica a contar historias picantes. Y eso, contar historias picantes y frívolas mientras el mundo se hunde, es decir, ocultar la cruda realidad con palabras que se injertan en nuestra imaginación, es el De rerum natura. O sea, lo que llamamos cultura. Porque lo grande -la alta cultura... de alguna manera hay que llamarla- no suele tener padres nacidos en cunas nobles, sino, como la moral, suele nacer allá donde el Espíritu, que anda jugando a la gallina ciega, tropieza.

VI

En las guerras hay siempre gente que baila en las calles entre dos bombardeos y muchas veces es la misma gente que resiste cuando es vencida para que el vencedor no emponzoñe su idea. Porque la victoria no es nunca total si no se pervierte el ideal del vencedor.

jueves, 1 de mayo de 2025

Veremos...

 I

Lo tengo comprobado: antes de que los anticiclones lleguen a Galicia, han llegado a mi cabeza. Soy uno de esos viejos cuyos males (mi laberintitis) son un predictor muy fiable de los cambios de tiempo. Yo, que soñaba ser inspector de nubes, finalmente he alcanzado mi sueño, pero en una forma mucho menos romántica de lo previsto.

II

Conferencia telemática en el Instituto Emmanuel Mounier. He hablado de la atención como capacidad de retorno, de la desatención como equipamiento de serie y de la complementariedad de la una y la otra. Creo que hemos pasado una intensa hora y media. Hasta se me ha hecho corto.

III

Este verano volveré a hablar en el I.E. Mounier, presencialmente, en Burgos. Lo haré sobre la correspondencia entre Mounier y Victor Serge.

IV

El triste espectáculo del gobierno español con el apagón...

V

Recibo una invitación para visitar Costa Rica que no puedo aceptar porque he decidido ser adulto y espaciar mis viajes. Es el reloj biológico el que me marca las horas y lo inteligente es obedecer sus consejos, que son los de la experiencia. Cada vez me cuesta más recuperarme después de un esfuerzo intenso.

VI

Confirmado: Publicaré mi próximo libro con las buenas gentes de Editorial Encuentro. De hecho, cuando comencé a escribirlo pensé en esta editorial. El titulo que tenía previsto es «Orgullosa penumbra», pero me temo que en Encuentro no lo consideran suficientemente atractivo. Veremos... 

VII

Recibo una propuesta muy, muy sugerente de otra editorial. Voy a tener que decir también que no porque nada más enviar el manuscrito a Encuentro he comenzado otro libro, que será para Rosamerón.

Llorar

 I Que la verdad es una mala estrategia política es algo que se ha sabido desde que existe la política. Ahí están Polieno y su Stratagemata ...