viernes, 2 de febrero de 2018

¡A la próxima irá en serio!

He puesto el punto final a un prólogo de un libro para niños. 

El libro y mi prólogo tratan de la aventura. 

Escribiéndolo he recordado algunos momentos de mi infancia que permanecían ocultos, pero no tanto como para que al rascar en su superficie no afloraran con toda nitidez. Aquejado por un ataque de melancolía he revivido así la de veces que, siendo un crío de menos de 10 años, me fui de casa. 

Mi madre se enfadaba conmigo porque yo había hecho alguna trastada y mi manera de reivindicar no ya mi inocencia, sino mi dignidad herida era decirle muy ufano: "¡Pues me voy de casa!", a lo que ella solía responder: "¡Pues vete a buscar tu madre gallega!". Hasta mucho más tarde no entendí el significado exacto de esta expresión, pero lo evidente era que tenía la puerta abierta. Así que me iba de casa. 

Mi decisión era firme. De eso no tenía dudas. Me iba de casa para siempre, a comerme el mundo. 

Normalmente me refugiaba en el soto, a orillas del Ebro y me hacía una precaria cabaña con ramas de álamos. Después intentaba llenar mi despensa buscando regaliz por los ribazos, moras por los zarzales, o robando fruta, si era la época. A veces me sentía plenamente feliz dentro de mi cabaña rodeado de mi comida, que distribuía por lotes: esto para hoy, aquello para mañana, etc.

Pero, fatalmente, llegaba siempre puntual el atardecer, anticipando los mil ruidos de la noche. A través de las mal tramadas ramas del techo veía asomar las primeras estrellas y comenzaba a notar el peso de la ausencia del hogar. 

Finalmente volvía a casa con las orejas gachas, pero nunca completamente derrotado, porque a la próxima... a la próxima... ¡A la próxima iría en serio!

Y así fue.   

3 comentarios:

  1. He sido padre a la edad que otros casi son abuelos. Así que supongo que por todo ello, estoy especialmente sensibilizado con la infancia y me ha llenado de emoción su recuerdo. Casi lo hago mío. También influye qué es un hermoso recuerdo el suyo .Un cordial saludo Gregorio

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    1. Su revuelta infantil, me recuerda a la del procés...hay hombres que por naturaleza tienen una perseverante rebeldía innata

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