miércoles, 3 de enero de 2018

Convocando al terror desde el fondo de los pulmones

Sostenía recientemente un buen amigo que la democracia se sustenta en la cultura y que, en consecuencia, a más cultura, más democracia. Debió leerme en la cara un tic escéptico, porque me preguntó si no estaba de acuerdo.

No lo estaba,

"Creo -le contesté con la intención de provocarlo- que la necesidad de una moralidad básica, de una decencia común,  no puede ser suplida por un bombardeo masivo de la población con sonetos".

Nos enzarzamos en un largo debate en el que yo le iba poniendo ejemplos de grandes intelectuales -filósofos, poetas, novelistas, artistas...- que apoyaron a tiranos y de países cultos que se rindieron incondicionalmente a dictadores y él iba modificando el significado de la cultura.

Me guardé para el final el argumento definitivo, Aragon, el poeta -gran poeta- que ensalzaba el terror y cantaba a la terrible GPU:

Il s'agit de préparer le procès monstre
d'un monde monstrueux
Aiguisez demain sur la pierre
Préparez les conseils d'ouvriers et soldats
Constituez le tribunal révolutionnaire
J'appelle la Terreur du fond de mes poumons
Je chante le Guépéou nécessaire de France

Por supuesto, no convencí a mi amigo, porque lo que en el fondo daba por evidente es la existencia de una relación, para mi incomprensible, entre incremento de la cultura y de la moralidad, con lo cual, de hecho, estaba condenando a los iletrados a la inmoralidad y a los catedráticos universitarios a la excelencia moral.

Si Leo Strauss es, a mi parecer, uno de los grandes filósofos del siglo XX es por haber visto con más claridad que nadie el ambiguo papel político que juegan los intelectuales.

4 comentarios:

  1. La cultura no és la consciencia. Simplemente no lo és. Aceptar eso ya es ganar espacio vital.

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  2. Y si la cultura es una escala de intensidades (movimientos, épocas, tradiciones, costumbres, lugares, comunidades,..) Y algunos, muy cultos sólo ven un umbral o intervalo de esa escala; otros no especialistas en ninguna pero conocedoras de muchas pueden contemplar una escala más amplia de modos de ser cultura, con lo que pueden ver a distancia y con mejor panorámica (objetiva) cuál es el paisaje de lo humano...
    Tintyn

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  3. Incluso no habría literatura sin la existencia de un Estado, la literatura es una construcción política y no al revés, aunque hay quien entiende la política como una performance.

    Tenemos Ministerio de Cultura no para salvaguardar nuestro patrimonio cultural, que también, sino para decir lo que es o no cultura. Hasta el punto pos-moderno de los estudios culturales y mitificar la cultura y mistificar la sociedad y embaucarla.

    Es un tema que da para más de una tarde de tertulia.

    Saludos

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  4. Añado. La idea de "democracia" ha suplido al cristianismo como referente moral. En la Edad Media ningún europeo habría negado su cristianismo. Dentro de éste cabían distintas posiciones, incluso cismas y herejías, pero todas en nombre del cristianismo. Ahora asistimos a la santificación de la democracia. Hemos visto democracias "populares", liberales, "orgánicas", "de base"... Nadie se atrevería a proclamar hoy públicamente que no es demócrata como a nadie en la Edad Media se atrevería a afirmar que era ateo.

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