jueves, 12 de enero de 2017

Todo lo fluido se desvanece en la muerte



6 comentarios:

  1. Excelente artículo, que pone al amigo Zygmunt en su sitio.

    "Bauman se ha hecho famoso por lo mismo por lo que se hacen famosos los intelectuales, no por la profundidad de su pensamiento, sino por su capacidad para ofrecernos fórmulas bonitas –injertos texticulares- que, al recoger exactamente lo que queremos oír, nos ahorran el esfuerzo de pensar."

    Y sobre todo hacen mucho más fácil a los críticos de periódico escribir sobre ellos, lo cual multiplica su fama. Lo importante no es la veracidad de las ideas, sino su facilidad de exposición. Lo mismo le pasó al existencialismo, que a partir de 2 o 3 fórmulas, hinchadas como el perro de Cervantes, se podían hacer artículos que parecían profundos.

    Son los principios básicos de la publicidad aplicados a la filosofía.

    Pero pensar que antes la sociedad era más sólida y que hoy es más "líquida" no creo que le baste a Bauman para pasar a la historia de la filosofía.

    (A propósito de "filósofos" de moda, ayer oí en Radio Classique a Michel Onfray decir que en 2017 se publicarán 10 libros suyos. Sin comentarios).

    ResponderEliminar
  2. Lo de los injertos texticulares es un hallazgo que seguro le copiarán. El artículo me parece buenísimo. La alusión a su amigo muestra que usted no le hacen falta injertos de nada, y que valora la amistad como los antiguos.
    Desde los tiempos de Saavedra Fajardo, y aun un poco antes, todo ese trabajo se empleó en destruir lo que los antiguos habían construído, en conseguir que nadie nos preguntemos ya cuál es el mejor régimen ni la mejor forma de hacer nada; al final, en justificar lo que más nos plazca, en halagar la ignorancia y la pereza.

    ResponderEliminar
  3. Sí, yo también creo que de los regalos que la nueva izquierda polaca dio al Orbe :Leszek Kolakowski,Adam Przeworski... Bauman fue el más flojo.

    Jordi Pujol,Jordi Pujol... ¡Qué listo fuiste!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por eso de Bauman no nos acordaremos mañana y Kolakowski seguirá vivo mucho tiempo... espero.

      Eliminar
  4. Quizá les parezca curioso como puede cambiar la cosa según la generación... Yo oí hablar de este señor hace no tanto una noche a través de la Radio 3. Cuando murió el otro día nadie de mi círculo de amistades y "amistades" internautas dijo ni pío, así que famoso famoso no es. En realidad ni siquiera leí nada suyo aún, y todo lo que oí y leí acerca de él se centraban en la parte de su teoría 'líquida' aplicada a las relaciones amorosas. Compartí en Facebook un texto sobre esto mismo y lo cierto es que planteó cierto debate (todo el debate que puede generar una barra de Facebook, vaya) con gente a favor y en contra. ¿No es acaso un tema, el amor, sobre el que un neófito que lea a Bauman puede saltar luego a cosas más interesantes, como Ortega y Gasset o incluso a leer el Banquete de Platón? ¿Y qué es eso de 'dice lo que queremos oír? Habrá gente que lea el banquete y quede embelesado con el origen de los hombres bola separados entre sí y eternamente melancólicos por la ausencia de la otra parte. Y hay filósofos a los que es de interés leer por opinar que esa concepción del amor es una tara, como hace Onfray.
    No estoy queriendo poner al mismo nivel a todos estos autores, sino poniendo en valor la obra de personas que se dedican a pensar, aunque no lo hagan al nivel de otros. Quizá en un círculo cultivado sea un autor menor, pero a mucha gente puede servirle de acercamiento al terreno de la filosofía. Yo disfuto mucho leyéndolo a usted, y me encanta Ortega y Gasset, y estoy leyendo con calma a Platón pero miren, con 16 años descubrí el feminismo leyendo en una revista a Lucía Etxebarría. Su artículo me parece muy bueno, como todos los que escribe en ese periódico, simplemente no puede evitar comentar esto al ver cómo hacía aflorar cierto esnobismo entre los comentarios. Un saludo, profesor.

    ResponderEliminar
  5. También hay quien se acerca a la filosofía a través de Dora la exploradora
    http://elpais.com/elpais/2017/01/11/opinion/1484154791_967033.html

    ResponderEliminar

La Isla de Siltolá

 I Finalmente, después de varios intentos fallidos, el mensajero nos ha encontrado en casa y me ha entregado los ejemplares de Una triste bú...