miércoles, 19 de octubre de 2016

Fabulita

Juan tenía un diamante de valía
y, por querer saber lo que tenía,
la química estudió, y ebrio, anhelante,
analizó el diamante.

Mas ¡oh, qué horror!... Aquélla joya bella,
lágrima, al parecer, de alguna estrella,
halló, con rabia y con profundo encono,
que era sólo un poquito de carbono...

Si quieres ser feliz, como me dices,
no analices, muchacho, no analices...

Joaquín María Bartrina y de Aixemús 
(Reus, 1850 – Barcelona, 1880)

7 comentarios:

  1. Recuerdo haberlo oído recitar a mis mayores, sobretodo el pareado final era casi patrimonio familiar.

    ResponderEliminar
  2. Jules Renard, Diario: “Las personas felices no tienen talento”

    ResponderEliminar
  3. Hay personas talentosas
    Y personas talenturientas....como Zapatero.
    HL
    PD: ... Yo veo un océano poético en las afinidades químicas entre elementos. Y en las relaciones simples de la matemática de los orbitales ionizados o en lascrelaciones estequiométricas de las sustancias moleculares, desprendiendo fatigas entre los quejidos de sus exotermicas reacciones. Y qué decir de la tabla de Mendeleiev, tan sumisa al orden de un sueño...

    ResponderEliminar
  4. Cómo no va a ser poética la química, con ese pasado alquímico y filosofal. Que se lo digan a don Gaston (Bachelard).

    ResponderEliminar
  5. Don Enrique,
    Gracias por su anotación!!
    No sabe lo feliz!, que me he considerado al leer su comentario, ya que mientras la escribía me retumbaba al unísono, la voz del maravilloso Bachelard (y de su obra epistemológica-poética). Y con esa sensación de autocomplacencia, quiero pensar que he asimilado el gran pensar del sabio Bachelard!
    GRACIAS

    HL

    ResponderEliminar
  6. Un sabio desconocido del "gran público", pero extremadamente importante en lo que a influencia intelectual se refiere, sin que se percaten muchas veces ni los mismos influidos. Es uno de mis autores de referencia también, Don HL. Ahora estoy con "La tierra y las ensoñaciones del reposo", disfrutando como con todos los libros de don Gastón, Gracias a usted. Un saludo.

    ResponderEliminar

Comer desde el reclinatorio

 I En el tren de vuelta a casa. Hace frío ahí afuera. Las nubes muy bajas, besando la tierra blanqueada por la nieve. Resisto la tentación d...