viernes, 2 de septiembre de 2016

¡Y yo que pensaba que Hegel era difícil!

Y Hegel resulta ser transparente en comparación con este pasaje de Sanz del Río que recoge Menéndez Pelayo:

"Lo puro todo, a saber, o lo común, es tal, en su puro concepto (el con en su razón infinita desde luego) como lo son particularidad y sin lo puro particular, nada deja fuera ni extra de su propia totalidad (ni lo particular, pues) siendo lo puro todo -con- todo lo particular relativamente de ello al modo principal de su pura totalidad. Y lo particular (en su inmediato principio) absolutamente conmigo en mi pensamiento: lo propio y último individual inmediatamente conmigo, y de sí en relación es tal en su extremo estrecho concepto inmediato, como lo sin pura totalidad y sin lo puro todo, y así lo hemos pensado, en su pura inmediata propiedad de particular."

Que conste que esta maravilla, que parece un ejercicio de escritura automática, está extraída de una obra titulada Análisis del Pensamiento Racional.

Con razón se solidariza don Marcelino con el "infeliz corrector de pruebas que ha tenido que echarse al cuerpo 448 páginas de letra muy menuda, todas en este estilo". Esta es su valoración definitiva sobre esta obra (y yo me temo que sobre el conjunto del krausismo): "¡Si arrojásemos a la calle el contenido de un cajón de letras de imprenta, de fijo que resultaban compuestas las obras inéditas de Sanz del Río".

14 comentarios:

  1. Por cierto, parece ser que Sanz del Río fue alumno de Lorenzo Lucena, el apóstata y hereje huído a Jibraltar (sic) al que mencionaba usted el otro día, en el Seminario de S. Pelagio de Córdoba

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  2. Así es. A don Marcelino se le debió escapar este importante dato porque, de lo contrario, le hubiese sacado afilada punta.

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  3. ¿Incluye D. Marcelino entre sus heterodoxos a Cipriano de Valera y Casiodoro Reina?
    Sus peripecias se parecen a la de Lucena.

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    1. Sobre Cipriano de Valera:http://www.larramendi.es/menendezpelayo/i18n/textos/resultados_busqueda.cmd

      Sobre Casiodoro de Reina: http://www.larramendi.es/i18n/textos/resultados_busqueda.cmd

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  4. Pienso que para redactar con claridad, una frase debe tener un máximo de 20 palabras. Las que cita usted, don Gregorio, tienen 62 y 54 palabras cada una. Creo que redactar con frases cortas clarifica el discurso.

    Lo de las búsquedas, me temo que no funciona tan bien como cree. Aquí está el enlace al buscador. Y para buscar nombres, hay que ponerlos entre comillas.

    Otra posibilidad son enlaces para búsquedas en Google: Cipriano de Valera y Casiodoro de Reina. Los enlaces dan directamente los resultados, no sólo en las obras completas, sino también en el epistolario.

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    1. El problema no es la extensión de las oraciones, sino el oficio/dominio de la escritura del autor de un texto. Algunos creen que ser erudito es escribir enrevesado, así los ignorantes y los ingenuos pensarán que son grandes sabios. Una vez un sacerdote me dijo con mucha razón: "Lo que viene de Dios es simple, lo que es complicado, del demonio". Y, como decía San Agustín, no hay que confundir grandeza con hinchazón.

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    2. La mera cuenta de la palabras no sirve, claro. No se trata de cortar el número de palabras justo con un punto.

      Es mucho más difícil hacer una frase complicada con menos palabras. Se lo digo por experiencia propia. Ahora, estoy con usted, se necesita más práctica para escribir frases cortas.

      Respecto al engolamiento del discurso, Nietzsche escribe en La gaya ciencia, §173:

      «Ser y parecer profundo — Quien se sabe profundo, se esfuerza por la claridad; quien quiere parecer profundo a la masa, se esfuerza en la oscuridad. Ya que la masa considera profundo todo aquello de lo que no ve el fondo: es tan miedosa que se mete con desagrado en el agua.»

      La traducción (un poco libre y mejorable) es mía. El texto original alemán está aquí.

      Seré puntilloso, pero los contrarios son simple–complejo y sencillo–complicado. Las cosas son simples o complejas y las personas las hacemos sencillas o complicadas.

      Me temo que el párrafo citado por don Gregorio es un ejemplo de hacer complicado algo que no debe ser tan complejo.

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    3. Lo complicado es lo plegado que debe ser desplegado (dialécticamente o porqué no, paradójicamente).
      Lo complejo no es lo complicado (lo plegado en sí y a veces hasta para sí) sino que se asemeja a lo arrugado (plegado caóticamente y en otros casos enredado reticularmente).
      En fin, que lo complejo no equivale a lo complicado.
      Henri Ambosat

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  5. Se las tenía bien guardadas don Marcelino a los krausistas, seguro que también por el suspenso preventivo de Salmeron a sus alumnos... Por no haber comprendido suficientemente el krausismo.

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    1. La simpatía era mutua. ¿Sabe usted que Fernando de los Ríos, siendo ministro de instrucción pública, quiso retirar la escultura de don Marcelino del vestíbulo de la Biblioteca Nacional? La inefable Rosa Regàs intento hacer lo mismo no hace muchos años, pero en este caso no sé que deudas pendientes podría tener la señora con el autor de los Heterodoxos. El caso es que va pasando el tiempo y don Marcelino sigue ahí. En cuanto vaya a Madrid pienso ir a dejarle unas flores a sus pies.

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    2. Pues será krausista doña Rosa Regás..

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  6. Y sobre todo, que don Marcelino nunca aburre (solo por eso se merece mil conmemoraciones). Cosa dificilísima. En fin, que a propósito de Salmerón hay anécdota variadas: por ejemplo, que no pedía agua sino óxido hídrico. . Mala leche tenía el alumnado.

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    1. No sabe cómo me alegro de que a usted también le divierta (era don Marcelino un pionero en eso de instruir deleitando). Ya me comenzaba a sentir yo un bicho raro y a no atreverme a compartir mis entusiasmos. Hay páginas dignas de una antología de la mala uva ilustrada.

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  7. Tony Judt sobre el estructuralismo y la Teoría Cultural, en los que un 'inherently difficult vocabulary had achieved a level of expressive opacity that proved irresistibly appealing to a new generation of students and their teachers'.

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