martes, 31 de mayo de 2016

Kertesziana

El aristócrata: considera divina la música y un sirviente al compositor.
La democracia: olvida al compositor y diviniza al intérprete.
La democracia tardía: considera antidemocrático el talento.

Imre Kertész, La última posada.

Bienaventuranzas de Tomás Moro

Tomás Moro escribió algunas de las oraciones más divertidas de la historia del cristianismo. Quizás por eso se le atribuyen las siguientes bienaventuranzas, que leí (en versión un poco libre de éste, su seguro servidor) el domingo pasado en la Llibreria Nollegiu:
  • Felices los que saben reírse de sí mismos, porque nunca terminarán de divertirse.
  • Felices los que saben distinguir una montaña de una piedrecita, porque evitarán muchos inconvenientes.
  • Felices los que saben descansar y dormir sin buscar excusas porque llegarán a ser sabios.
  • Felices los que saben escuchar y callar, porque aprenderán cosas nuevas.
  • Felices los que son suficientemente inteligentes como para no tomarse muy en serio, porque serán apreciados por quienes los rodean.
  • Felices los que están atentos a las necesidades de los demás, sin sentirse indispensables, porque serán distribuidores de alegría.
  • Felices los que saben mirar con seriedad las pequeñas cosas y con tranquilidad las cosas grandes, porque irán lejos en la vida.
  • Felices los que saben apreciar una sonrisa y olvidar un desprecio, porque su camino estará lleno de sol.
  • Felices los que piensan antes de actuar y rezan antes de pensar, porque no se perturbarán por lo imprevisible.
  • Felices los que saben callar y ojalá sonreír cuando se les quita la palabra, se les contradice o cuando les da un pisotón, porque el Evangelio comienza a penetrar en su corazón.
  • Felices los que son capaces de interpretar siempre con benevolencia las actitudes de los demás aunque las apariencias sean contrarias. Pasarán por ingenuos: es el precio de la caridad.

Analogías metafísicas

Karl Kraus, en La Antorcha: “Nunca he considerado una blasfemia la exclamación de un contemporáneo que dice: ‘¡Oh, Dios, eres como Shakespeare!”

domingo, 29 de mayo de 2016

Sigo con el "debate" Dewey/Lippmann

Nathan Crick resuelve de esta manera las diferencias entre Dewey y Lippmann: las propuestas de Lippmann son éticamente sospechosas pero económicamente viables, mientras que las de Dewey son éticamente superiores, pero irremediablemente ingenuas. Dejo de lado la parvularia imagen de Lippmann que maneja Crick, lo que me llama la atención es que considere que una propuesta políticamente inviable pueda ser ética y que éste sea el pedestal desde el que condena a Lippmann. No puedo menos de acordarme de lo que repetía Ridruejo: "En política todo lo imposible es inmoral".

El texto de Nathan Crick se encuentra en “The search for a purveyor of news: The Dewey/Lippmann debate in an internet age”, Critical Studies in Media Communication, 26 (5), 480-497, 2009. 

Caridad Mercader, estrella de la Feria del Libro


A propósito del fracaso, querido coach

A la hora de la verdad, resulta pasmosamente evidente que del fracaso sólo se aprende algo si es pequeño y circunstancial y, sobre todo, si resulta que ha sido un excurso en el camino del éxito. La verdad pura y simple es que si triunfas eres recordado como triunfador y si fracasas eres recordado -en el caso de que seas recordado- como perdedor.

Dicho de otra manera, querido coach: el fracaso tiene valor si el éxito lo descubre como un momento de su propia historia. En caso contrario sólo es triste, frustrante. No hay vitrinas para lucir el fracaso.

sábado, 28 de mayo de 2016

Mañana


Seamos radicales, nada de deberes. ¡Pero nada de nada!

A veces conviene llevar ciertas propuestas hasta sus últimas consecuencias para descubrir lo que llevan dentro:

If You Read To Your Kids, You’re ‘Unfairly Disadvantaging’ Others

¿El debate Dewey - Lippmann?

En 1925, John Dewey publicó en The New Republic una interesante reseña del libro de Walter Lippmann The Phantom Public, de la que extraigo el siguiente párrafo:  

“Para aquellos que piensan que el derecho divino que una vez perteneció a los clérigos, y que fue heredado por los reyes, ha descendido sobre la masa del pueblo, supone una ganancia indudable que se les haga saber que la democracia no ofrece una protección automática contra el abuso de poder. La razón de este abuso parece proceder de la estupidez, la intolerancia, la terquedad y la mala educación; y da lo mismo que estos rasgos ornamenten a un monarca, adornen a una oligarquía o suministren su insignia moral al pueblo.” 

Llevo varias semanas intentando aclararme sobre lo que se ha dado en llamar "el debate Dewey-Lippmann". El asunto es complejo porque, en realidad, este debate nunca existió. Todo lo que tenemos es un par de reseñas de Dewey de un par de libros de Lippmann, pero éste no respondió y, por lo tanto, no hubo debate. Lo que hubo fue un intento sesgado por parte de los seguidores de Dewey en los años 80 de falsear la realidad de lo sucedido y así llevar el agua al molino de sus intereses ideológicos. Para ello convirtieron a Dewey en paladín de la democracia participativa y a Lippmann en un antidemócrata que defendía una concepción de la democracia elitista -una especie de mandarinato democrático. Lo más curioso es que circulan por internet cientos de artículos que dan por supuesto este invento. 

Si nos limitamos a leer las reseñas de Dewey, lo que descubrimos es un tono general de alabanza al rigor analítico de Lippmann y una divergencia respecto a las alternativas. El problema que ambos comparten es el de la separación entre ciudadanía y gobierno. Ambos entienden que para reducir esa separación se necesitan instancias mediadoras. Lippmann piensa en el papel que podrían jugar los intelectuales y Dewey en "la mejora ética de la prensa". No parece que podamos incluir a ninguno de ellos en la lista de los grandes profetas.

jueves, 26 de mayo de 2016

Memoria y matemáticas

Acaba de aparecer un informe PISA in FOCUS sobre el aprendizaje de las matemáticas y, más en concreto, sobre la relación entre el aprendizaje memorístico de fórmulas y la resolución de problemas. En realidad no dice nada nuevo... excepto si uno se esfuerza mucho en llevar el agua a su molino.

En la introducción podemos leer esta obviedad: "La memorización, como estrategia de aprendizaje, puede funcionar con problemas fáciles, pero no es probable que sea efectiva si es la ÚNICA estrategia usada para resolver problemas matemáticos complejos".

Efectivamente. No es suficiente con tener un mapa de carreteras. Hay que saber interpretarlo.  Por eso mismo en la conclusión del informe se insiste en esta idea:


Observemos la última frase: "Efectivamente, puedes utilizar tu memoria, pero úsala estratégicamente". En la traducción francesa aparece la misma idea, pero expresada de forma mucho más contundente:


"En una palabra, la memoria es una herramienta preciosa... siempre que se utilice de manera inteligente".

¿Cómo usan los estudiantes españoles esta herramienta preciosa? Pues muy mal: memorizan mucho pero no saben utilizar lo memorizado de manera inteligente:


Conviene añadir que el esfuerzo memorístico de los alumnos está medido según sus propios criterios y, por lo tanto, la percepción subjetiva del tiempo que dedican a aprender fórmulas matemáticas de memoria puede depender de distintas variables en distintos países.  Pero demos los resultados por buenos. ¿Significa esto que los alumnos que menos memorizan obtienen mejores notas? Sin duda esta sería una conclusión muy precipitada. Pero es la que acabo de encontrar en algunos diarios.

Si no sé leer un mapa de carreteras, tengo un problema. Pero este problema no desaparece quemando el mapa. 


Futesas que uno encuentra por ahí


Comisarios del pueblo

Sostenía Jean-Jacques Rousseau en Du contrat social que "la souveraineté ne peut être représentée par la même raison qu’elle ne peut être aliénée ; elle consiste essentiellement dans la volonté générale, et la volonté ne se représente point. […] Les députés du peuple ne sont donc ni ne peuvent être ses représentants, ils ne sont que ses commissaires ; ils ne peuvent rien conclure définitivement."

Te equivocaste, Juan-Jacobo. Resulta que los diputados del pueblo sólo lo son del pueblo si son ungidos como tales por los nuevos comisarios del pueblo, que son los que, sin ningún sentido del pudor, se conceden este título al ser iluminados por el fulgor de la verdad emanada de un container ardiendo.



miércoles, 25 de mayo de 2016

Fue un buen día, el de ayer.

Por la mañana hablé de El cielo prometido a un grupo de alumnos de bachillerato, inteligentes, atentos e inquisitivos. Al terminar se me acercó uno de ellos y me dijo: "No sabía que la historia podía ser tan apasionante". Es el mejor elogio que me han hecho en relación con este libro. Y dudo que lo superen. 


A las 19:00 tuvo lugar la presentación, en la librería La Central. Me cuesta ordenar todas las emociones que se fueron sucediendo. ¿Qué puedes decirle a un mexicano que ha venido a escucharte y que te trae un regalo de Yolanda Lazo? ¿Qué le puedes decir a un colombiano que te ha seguido desde el otro lado del Atlántico y que ha aprovechado que está de paso por Barcelona para saludarte? ¿Qué le puedes decir a un madrileño que se ha trasladado a Barcelona para conocerte y que se lleva bajo el brazo cinco ejemplares dedicados? ¿Y a los familiares de Caridad Mercader que estaban en primera fila? ¿Y a los de Carmen Brufau? ¿Y a Tomás Pàmies? A algunos de los que acudisteis hacía mucho que no os veía y me distéis con vuestra presencia una enorme alegría. Otros sois amigos nuevos y, por lo tanto, que traéis alegrías también nuevas. Había también caras desconocidas que me miraban con unos ojos difíciles de interpretar. Gracias a todos.

Allí estaban desde Enyd Negrete, la sobrina de Jorge Negrete, hasta mi amiga Irene Rigau... pasando por Erika Bornay, Pepa Puigdevall, Pedro Azara, mi psiquiatra lacaniano preferido (y señora), el Círculo Hermenéutico Estraussiano de Les Planes, La Reina de los Pulpos, exalumnos, médicos, presidentes de asociaciones de padres de alumnos, maestros, profesores universitarios... hasta mi hijo, Guillem, hizo acto de presencia... perdonadme que no os nombre a todos, aunque de todos mantengo vuestra huella fresca en mi retina.

Te eché en falta, Mariano Brufau, aunque entiendo perfectamente las razones de tu ausencia.

Abrió el acto Francisco Martínez, el editor, con el que ya he quedado para hablar de dos nuevos proyectos. Después, Jordi Amat derramó su generosidad sobre mí con palabras que me gustaría tanto poder merecer... Eduard Puigventós le siguió en el uso de la palabra con el mismo tono... aunque me tiró de las orejas -estaba en su derecho- por poner pocas notas a pie de página.


Lo que intenté hacer yo fue mostraros mi agradecimiento sincero a todos los que me habéis ayudado en la reconstrucción del perfil biográfico de Caridad Mercader. Estoy en deuda con vosotros por vuestra ayuda, pero lo más importante no es eso. Lo más importante es que esa ayuda se ha transformado en algunos casos en una relación cordial y en otros, incluso, ha ido más allá, para teñirse de un hondo afecto.

Si el acto no duró más fue porque La Central tiene una hora de cierre. Si nos hubiesen dejado a nuestro aire... ¡Teníamos tantas cosas que contarnos!

Hasta me hablaron de un agente rumano que había estado en México y que tenía cosas que contarme... La historia, pues, continúa. Yo estoy, obviamente, muy lejos de Caridad Mercader, sin embargo me siento parte de la historia paralela que este libro ha puesto en movimiento y que, por lo que parece, no ha hecho sino echar a andar.

lunes, 23 de mayo de 2016

Martes 24 a las 19:00


Educación, ¿Innovación o retorno? II

Para 1940 la ideología y la retórica progresista (aunque no necesariamente las prácticas progresistas) se habían convertido en la  “conventional wisdom” en las escuelas norteamericanas (Lawrence Cremin, The Transformation of the School, 1961). 

Esa "conventional wisdon" es, dicho de otra forma, el lenguaje pedagógicamente correcto, que el mismo Cremin sintetiza en las siguientes expresiones (y que algunos creen específico de las "escuelas avanzadas"): 
  • Interdisciplinariedad.
  • Respetar las diferencias individuales.
  • “Critical thinking”
  • “Learning by doing”
  • “Solving current social problems”
  • “Relate the school to life”
  • “Teaching children, no subjects”
  • “Social and emotional growth”
  • “Creative self-expression”
  • Motivación intrínseca.

Dada la diferencia entre el lenguaje pedagógicamente correcto y las prácticas pedagógicas posibles (cualquier maestro sabe que no es lo mismo defender la educación individualizada que ponerla en práctica), no es extraño que los pedagogos que generan más entusiasmo sean aquellos que nos prometen que nos podemos reconciliar con nuestro lenguaje, porque -nos aseguran- han encontrado la manera de poner en práctica los principios progresistas. Por supuesto, si ejerciendo el "critical thinking" se te ocurre dudar de estas promesas, serás acusado de querer imponer el aprendizaje memorístico de la lista de los reyes godos.

domingo, 22 de mayo de 2016

Educación: ¿Innovación o retorno?

El 31 de octubre de 1938 aparecía en el Time un artículo titulado “Education: Progressives’ Progress”. Comienza de esta manera: “Hace veinte años la educación progresiva estaba en sus inicios y se reducía a un pequeño grupo de escuelas privadas. Ahora afecta predominantemente a la escuela pública”. 

Los norteamericanos llamaban "educación progresiva" a lo que algunos llaman hoy, con escaso sentido de la objetividad histórica, "escuela innovadora". Sus características, según el articulista, eran las siguientes: 
  • Concede muy poca importancia a los aspectos formales y sistemáticos. 
  • Prioriza el aprendizaje informal, la experiencia y la actividad, buscando el desarrollo de la iniciativa individual del alumno.
  • El maestro no es controlador, sino un guía.
  • La educación no es una mera preparación para la vida futura. Por eso el interés y las necesidades del niño dan forma al programa educativo.
  • El proceso es más importante que el resultado.
  • Los niños aprenden haciendo (construyendo, pintando…) y se hacen demócratas practicando la democracia, resolviendo en la escuela los mismos problemas a los que tienen que hacer frente en la calle. 
  • La educación nace de la propia experiencia, no de la información acumulada en los libros. 
  • En lugar de pupitres fijos, hay bancos de trabajo; en lugar de libros de texto, diarios, revistas, libros de referencia.
  • No se estudian lecciones por asignaturas, sino que se elaboran proyectos. 
  • Mientras aprenden haciendo, los niños aprenden a aprender.
  • Los tratan a sus profesores como amigos. La clase es una comunidad democrática.
  • Los padres están activamente implicados en la educación de sus hijos. Forman parte también de la comunidad democrática.
  • Una escuela progresiva es ruidosa, aparentemente caótica, pero eso significa que los alumnos están ocupados en actividades.
  • Cuando un alumno se muestra indisciplinados o de mal humor, no es enviado al director, sino a un psiquiatra, “que intenta encontrar que es lo que va mal en casa”.
  • Los maestros disponen de un conocimiento global del alumno y valoran su progreso sin necesidad de exámenes. Ofrecen informes narrativos de los alumnos en lugar de notas que cubren todos los aspectos de su desarrollo.
  • La escuela es un instrumento del cambio social. Cada escuela ha de ser un embrión de una sociedad democrática en la que el niño participa como un miembro de pleno derecho.

Aunque el tono general del artículo es laudatorio, hay un par de sombras planeando por el mismo. Primero porque sugiere que a diferencia de lo que había ocurrido a comienzos de siglo, en los años treinta la imagen de la escuela progresiva ya no era la de grandes maestros, sino la de sus propagandistas, “un grupo de jóvenes cuyo trabajo es vender educación progresiva”. En segundo lugar, el articulista reconoce que los alumnos de las escuelas progresistas no acceden a la universidad mejor preparados que el resto, pero tiene el cuidado de observar que “el objetivo de la educación progresiva es más profundo que la cuestión de la eficiencia. El primer principio y la religión de la educación progresiva es la democracia, y su mayor preocupación es la de cómo alcanzarla”.

En realidad la educación progresiva se hundió en los años cincuenta por los malos resultados de sus alumnos. Los demócratas fueron retirándole poco a poco su apoyo y hasta la misma Eleanor Roosvelt llegó a decir que eso de la educación progresiva era una idea que parecía buena, pero que no lo era. Sin embargo algunas escuelas se mantuvieron fieles a su ideal, sin importarles las críticas a sus resultados. Eran escuelas que acogían a los hijos de los conocidos como “limousine liberals”. Los hijos de los Rockefeller, por ejemplo, iban a la Lindon School, la escuela experimental de la Universidad de Columbia. 

Por lo que leo, los actuales revitalizadores de estas ideas parecen estar convencidos de que si hasta el presente han fracasado, no ha sido porque no fueran buenas, sino porque ellos no estaban al mando de las mismas.

sábado, 21 de mayo de 2016

El octavo cuarteto

Compuesto entre el 12 y el 14 de julio de 1960, bajo la fuerte impresión que le causaron las ruinas de la ciudad de Dresde.

En una carta a Isaak Glikman confiesa lo siguiente: "Me dije que cuando muera, nadie compondrá una obra en mi memoria. Así que decidí componérmela yo. Se podría escribir en la cubierta: 'En memoria del compositor de este cuarteto'"

Mientras la componía no paraba de llorar.

Hablo de Shostakovich, que me esta acompañando estos días como un amigo íntimo. Esta misma noche me lo ha traído B. a mis desvelos. Gracias a ella puedo contaros esto. 


viernes, 20 de mayo de 2016

Tomando el camino más largo

Ayer fuimos mi mujer y yo a Manresa a hablar de la relación entre filosofar y caminar  y, como parecía preceptivo, tomamos el camino más largo.  De esta forma pudimos detenernos en Mura y recorrer sus callejuelas.


Encontrándonos en el año Llull, era preceptivo, también, comenzar una charla sobre esta cuestión con una cita de este  "caballero andante del pensamiento", como lo bautizó Menéndez Pelayo. La tomé del Llibre de meravelles,  en concreto de las palabras con que un padre anima a su hijo a iniciar el viaje: "Amable fill [...] ve per lo món, e meravelle't dels hòmens".


José ben Sabarra, autor del Sefer Saasouim, era un médico judío que vivía en Barcelona. Tenía una vida acomodada y muchos amigos, pero lo dejó todo cuando en un sueño un desconocido le ordenó: "¡Despierta, porque el vino rojo brilla". Al despertarse descubrió al desconocido a los pies de su cama. "Acompañadme", le pidió, "y yo te llevaré a otro lugar." Dijo llamarse Natas, un nombre extraño que escondía un secreto que sólo se pondrá de manifiesto a lo largo del viaje: Natas invertido es Satán.


El maestro Eckhart preguntaba a sus monjes: "¿Porque salimos de casa?". Él mismo les daba la respuesta: "Para encontrar el camino de retorno".


Petrarca, Elogio de la vida solitaria:  "Mi espíritu en ningún lugar ha sido más feliz que entre bosques y montañas, en ningún otro lugar mis sentidos han estado más afinados."


En otoño de 1776 Rousseau comienza a escribir Las Rêveries du promeneur solitaire. Al final ha descubierto que el retorno a la naturaleza es la única manera de alcanzar  un "sentimiento de la existencia despojado de cualquier otra afección."  


Shopenhauer llega a la cima del Schneekoppe justo a la salida del sol. "He visto el mundo a mis pies como un caos", escribe. Cuando el sol llega finalmente al valle, lo que ofrece a su mirada es "el eterno retorno y la eterna sucesión de montañas y valles, bosques y praderas, ciudades y pueblos".


En el transcurso de uno de sus paseos, Nietzsche se detuvo junto a una roca situada a orillas de un pequeño lago, disfrutando de los juegos caprichosos de las luces y las sombras en las faldas del Piz Corvatsch. "Había hecho abstracción de mí mismo. Todo era juego, puro juego; todo era lago, luz de mediodía, tiempo sin objeto. Y, de pronto, amigo, Zaratustra pasó a mi lado".


Para terminar recuperé las palabras iniciales de Llull: "Amable amigo, vete por el mundo y maravíllate de los hombres".

miércoles, 18 de mayo de 2016

Malo es pedir, pero peor es encontrarse solo


Están ustedes invitados.

El papel del maestro

El papel del maestro no es ponerle las cosas fáciles al alumno. Es ponérselas difíciles. Tan difíciles como sea didácticamente posible en cada caso. La razón es sencilla: sólo ante un reto verdadero se pueden cometer errores. Y si no se cometen errores no hay posibilidad de conocer los propios límites y superarlos reflexivamente.

martes, 17 de mayo de 2016

Las virtudes del buen escolar

Me envían el cuaderno escolar de un niño francés de once años del curso 1959-1960. La primera página está dedicada a la moral y la encabeza el siguiente texto manuscrito: "La escuela desarrolla nuestra inteligencia, forma nuestra conciencia y nuestro carácter y hace de nosotros hombres de bien". Casi lloro de emoción. Encuentro a lo largo del cuaderno algunas perlas -no olviden que hablamos de la escuela republicana francesa- que no me resisto a copiarles:

  • "Trabajo, esfuerzo, disciplina. Estas son las virtudes del buen escolar".
  • "Hay que hacer cada día un esfuerzo para ser un poco mejor que el día anterior. Coraje".
  • "La escuela es una segunda familia y los escolares deben ser como hermanos".
  • "Vete a donde quieras, que allí te encontrarás con tu conciencia".
  • "El bien no tiene siempre recompensa. Hay que hacer el bien por el bien, no por la recompensa."
  • "Todo en la vida está sujeto a deberes. Serles fiel: aquí está el honor. No respetarlos: aquí está la vergüenza".
  • "Es un deber común vencer el miedo y aprender el coraje."


lunes, 16 de mayo de 2016

1098 documentos

Esta misma tarde me ha llegado al Café de Ocata un archivo con exactamente 1098 documentos relacionados con la llegada de Trotsky a México y su asesinato. No teman, no pienso bombardearlos. Pero permítanme ofrecerles tres muestras:


El Partido Comunista de México quejándose de que está siendo perseguido tras el primer atentando -el de Siqueiros- contra Trotsky.


¡Atención a los nombres de la columna de la izquierda!


Llevo unos días en los que haga lo que haga, me acabo topando, de una manera u otra, con Dewey.


El ruido del tiempo


I
No entiendo tanto de música como para poder decir que Shostakóvich es el más grande. Tampoco sé si tendría sentido decir que es más grande que Bach o que Stravinski. Si lo dijera, sé que él no estaría de acuerdo. Pero puedo asegurar que nadie me atrapa en su mundo con más intensidad que Shostakóvich. Que me es imposible escuchar su música sin que, inmediatamente, se me haga carne.

II
Como B. me dijo "ça devrait vous intéresser", encargué inmediatamente El ruido del tiempo.


III
Se podría leer rápidamente, en una tarde, lo que los entendidos dicen que es una novela "brillante y sombría" y que yo tengo por un luminoso ensayo sobre la cobardía. Pero he preferido hacerlo despacio. Las primeras cien páginas, escuchando Lady Macbeth de Mtsensk y las cien restantes, envuelto en las sinfonías quinta y séptima.

IV
Barnes ha escrito la biografía moral de un gran cobarde, de uno de los grandes pusilánimes del siglo XX, que, al mismo tiempo, fue uno de sus grandes genios. Precisamente por eso su cobardía es más inquietante. Barnes es honesto y no se propone justificarla.

V
He tenido la fortuna de que Ángel Ruiz me invite al curso de verano que ha organizado en la USC, donde tengo previsto hablar de la que, según el Platón del libro X de la República, es la antigua querella entre poesía y política. El ruido del tiempo muestra con viveza por qué esta querella sigue vigente. Lo muestra, además, del lado del artista.

VI
El artista y el político, cuando merecen realmente este nombre, son forjadores del alma humana. A veces colaboran en un proyecto común -suele ocurrir en los momentos álgidos de la revolución- y a veces -especialmente cuando la revolución triunfante necesita de pedagogos- divergen y se oponen. El artista genuino ni puede ser meramente decorativo ni puede crear a los pies del poderoso. Pero, como Platón vio mejor que nadie, el político no admite competidores en su misión demiúrgica. Fue la democrática Atenas la que persiguió a Fidias. Todo régimen político necesita pedagogos serviles.

VII
"Ser ruso era ser pesimista; ser soviético era ser optimista. Por eso la expresión 'Rusia soviética' era contradictoria. El Poder nunca lo había comprendido. Pensaba que si exterminabas a una parte suficiente de la población e imponías al resto una dieta de propaganda y terror, brotaría el optimismo". Shostakóvich siempre fue ruso.

VIII
No tenía agallas de opositor. No fue un Ósip Mandelshtam, y eso lo salvó del gulag. Tampoco se atrevió a ser una Ajmátova. De él no se dijo que estuviera "emponzoñando las conciencias de los jóvenes soviéticos con el hálito podrido y putrefacto de su poesía". Pero pasó muchas noches a la espera de que el ascensor puesto súbitamente en funcionamiento se parara en su planta. En Pravda, una voz autorizada, quizás la del mismo Stalin, decretó que la de Lady Macbeth de Mtsensk era una música amanerada. "Es evidente", añadía, "que el compositor nunca ha considerado el problema de lo que el público soviético busca en la música y espera de ella". Estas palabras equivalían al ostracismo de la incertidumbre. ¿Lo detendrían esta noche o la siguiente? Pero cuando Stalin lo llamó por teléfono porque necesitaba de él para una misión propagandística, se puso a sus órdenes. Hará lo mismo con Jrushov.

IX
Parece que se encontró con Ajmátova en una ocasión, en los tiempos en que el poder, con Jruschov, "se había vuelto vegetariano" (las palabras son de Ajmátova). Permanecieron sentados uno frente al otro, en silencio, durante media hora. "Fue maravilloso", dijo él, valorando el encuentro.

X
Tiene razón Barnes: no es nada fácil ser un cobarde. "Ser héroe es mucho más fácil. Para ser un héroe sólo tenías que ser valiente un momento... Pero ser un cobarde era embarcarse en una tarea que duraba toda la vida".

domingo, 15 de mayo de 2016

El secreto del éxito

Now, of course, people ask me all the time, they say to me: “What is the secret to success?” And I give them, always, the short version. I say, “Number one, come to America. Number two, work your butt off. And number three, marry a Kennedy.”  -Arnold Schwarzenegger

¿Es posible repoblar nuestras sociedades con gente normal?


Scientists Slowly Reintroducing Small Group Of Normal, Well-Adjusted Humans Into Society

Intelectuales

David Grene, "The Comic Technique of Aristophanes" Hermathena (1937): 

"Dirt, lack of interest in sport, atheism, and pedantry are the very common reproaches against intellectuals at any time..."

Patocka, el espíritu y la libertad

Patocka en Equilibrio y amplitud vital, obra escrita en vísperas de la II Guerra Mundial:

"El espíritu no consiste, como con frecuencia creen quienes lo conciben de un modo excesivamente cómodo y viven de lo que ya está hecho, simplemente en ocuparse de cosas elevadas o inmateriales, sino que consiste en una relación con el mundo que vive de una comprensión de la totalidad del mundo adquirida mediante la amplitud. Es una interpretación universal que no proviene de la luz intelectual sino de la vital, del choque contra la dura roca de nuestros límites. 

Aquel que asume este reto es libre en un sentido profundo. Se ha liberado de la mera apariencia, que nos ata a algunas profundas debilidades, a algunas esperanzas vanas. Al despertarse, la libertad deja al descubierto lo aparente como aparente, y al aceptar el peligro logra su propia seguridad, logra para el hombre una vida con raíces propias, con su propio fundamento. Porque al luchar por la libertad, al luchar consigo mismo, se apropia de sí mismo, de lo más profundo que tiene dentro de sí o que es capaz de alcanzar. Es ésa la chispa que le descubre una nueva vida". 

viernes, 13 de mayo de 2016

De Lacan a Ubieto pasando por Malraux

“A decir verdad, no es obligatorio que el hombre sea educado, ya que él realiza su educación solo. De una manera u otra, se educa. Hace falta que aprenda algo, que sude la gota gorda, y los educadores son personas que creen poder ayudarlo. Piensan incluso que hay un mínimo para dar a fin de que los hombres sean hombres, y que esto pasa por la educación. No están en absoluto errados: se necesita, en efecto, cierta educación para que  los hombres lleguen a soportarse entre sí”
Jacques Lacan. El triunfo de la religión

“Me evadí en 1940 con el futuro capellán de Vercors. Poco tiempo después de la evasión nos encontramos en el pueblo de Drȏme donde él era cura y donde daba certificados de bautismo a los Israelitas, siempre a condición de bautizarlos. (Le pregunté) –¿Desde cuándo confiesa usted? –Desde hace unos quince años. -¿Y qué le ha enseñado de los hombres la confesión? –Sabe usted, la confesión no enseña nada porque cuando uno confiesa uno es otro, está la Gracia. Y por lo tanto... De entrada la gente es mucho más desdichada de lo que uno cree y además... Levantó sus brazos de leñador en la noche estrellada: ...Y además, en el fondo, es que no hay personas mayores.”
Andrè Malraux. Antimemorias

Las cosas de Derek Parfit

Derek Parfit es un filósofo de Oxford empeñado en ponerle zancadillas lógicas al yo. Como la siguiente:

"In several years, a young Russian will inherit vast estates. Because he has socialist ideals, he intends, now, to give the land to the peasants. But he knows that in time his ideals may fade. To guard against this possibility, he does two things. He first signs a legal document, which will automatically give away the land, and which can be revoked only with his wife’s consent. He then says to his wife, ‘Promise me that, if I ever change my mind, and ask you to revoke this document, you will not consent.’ He adds, ‘I regard my ideals as essential to me. If I lose these ideals, I want you to think that I cease to exist. I want you to regard your husband then, not as me, the man who asks for this promise, but only as his corrupted later self. Promise me that you will not do what he asks.’

She agrees. In time the Russian’s ideals fade, and when he inherits the land he asks his wife to revoke the document, declaring that he releases her from her earlier commitment. What is her obligation here? She had made her promise to her earlier husband, but is that a different person from the man before her now? In her view, the man to whom she made her promise no longer exists, and so cannot release her from her obligation. Is this right? If a person is a succession of earlier and later selves, does a promise attach to a person or to a self?"

(Derek Parfit, Reasons and Persons, 1984).

En Futility Closet

Os confieso que yo me creeré a Parfit cuando renuncie a cobrar los derechos de autor de las obras que escribió su yo precedente.

jueves, 12 de mayo de 2016

John Dewey

No tengo dudas de que las ideas de John Dewey (1859-1952) están en el horizonte de lo que hoy pasa por innovación educativa. Que se consideren innovadoras unas ideas que tienen cien años es curioso, e incluso divertido, pero no tiene por qué ser en sí mismo preocupante. Lo preocupante es que Dewey se pasó las últimas décadas de su vida quejándose de que muchos educadores innovadores lo estaban malinterpretando.

Durante mucho tiempo me tomé las quejas de Dewey en serio, creyendo de buena fe que él no tenía la culpa de los excesos pedagógicos de algunos que se hacían pasar por discípulos suyos. Ahora, que lo estoy releyendo, estoy comenzando a tener otra opinión de lo ocurrido. Estoy descubriendo un Dewey que con frecuencia convence más por la música que por la letra. La música es la de la filosofía de la expresión del romanticismo alemán. Peor la letra... la letra me parece con frecuencia de una vaguedad tan vaporosa que permite lecturas muy diferentes. Me pregunto si esta vaguedad no es un reflejo de la vaguedad del propio pensamiento pedagógico de Dewey.



Pedagogía proactiva


¿Por qué me gusta Cy Twombly?


Porque, entre otras cosas, sabe interpretar lo dionisíaco





¡Pobres criaturas!

Si su hijo de once años no puede soportar la tensión de un examen de conocimientos mínimos, entonces su hijo no está bien educado. Debería preocuparse muy seriamente por su fragilidad.

¿Tanta inteligencia emocional para esto?

martes, 10 de mayo de 2016

Nada que transmitir II

Esta tarde llovía con fuerza en El Masnou a eso de las 19:30. Yo iba con mi nieto Gabriel, de dos años recién cumplidos, en un brazo, porque en el otro intentaba sujetar el paraguas. Sin embargo a Gabriel le gustaba que nos mojásemos y empujaba el paraguas para los lados con grandes carcajadas. Entonces han llamado por teléfono. Era alguien que en estos momentos tiene para mí el máximo interés. Pero como tenía que elegir entre atender  a mi nieto o a la llamada, decidí atender a mi nieto. Tras los saludos de rigor, hemos quedado en hablar o esta noche o mañana. Creo que hay algo que transmitir. Les mantendré informados.


A las 21:05: 
1. "Ya no hay que transmitir conceptos y conocimientos, los alumnos deben aprender a construir conocimiento para resolver problemas de situaciones concretas".

2. "Ya no hay que transmitir SÓLO conceptos y conocimientos, los alumnos deben aprender a construir conocimiento para resolver problemas de situaciones concretas".

La frase 1. no me gusta nada.

La frase 2. no me entusiasma, pero ese "sólo" añadido, que probablemente fue dicho, modifica sustancialmente su significado.

Hoy, jueves 12, tengo elementos para sospechar que las palabras de la Consellera no fueron recogidas literalmente en La Vanguardia.

El ruido del tiempo


Me escribe B: "Ça devrait vous intéresser: une biographie romancée de Chostakovitch, par l'excellent écrivain anglais Julian Barnes. Je ne l'ai pas encore lue, mais les critiques sont très bonnes et A. me l'a recommandée vivement"

Me interesa tanto, B., que ya la tengo pedida.

Yolanda Lazo Margain

Yolanda Lazo Margain, hija de Carlos Lazo, figura esencial de la política mexicana de los años 50 que estuvo relacionado con Carmen Brufau, me ha escrito y entre otras cosas me dice:
No puedo más que agradecer la delicadeza para tocar la información relacionada con mi padre. Mil gracias. No te equivocaste. 
Un cariñoso saludo 
Yolanda.
Era un tema, efectivamente, delicado. Por eso agradezco mucho tus palabras, Yolanda.

lunes, 9 de mayo de 2016

Nada que transmitir

Meritxell Ruiz, Consellera d'Ensenyament (La Vanguardia 9/5/2016): "Ya no hay que transmitir conceptos y conocimientos, los alumnos deben aprender a construir conocimiento para resolver problemas de situaciones concretas".

Una sociedad que cree que no tiene nada que transmitir a las generaciones futuras, no posee un concepto muy alto de sí misma. No creo que esto sea, Consejera, lo que usted opina de la cultura catalana. ¿A qué viene entonces esa declaración? ¿Tanta necesidad tiene usted de ganarse el apoyo de la pedagogía New Age?

Me sorprende también, Consejera, que crea usted, sinceramente, que los alumnos catalanes han de construir sus propias estructuras lingüísticas para resolver problemas concretos de comunicación.  ¿O construirán autónomamente el camino que han recorrido las matemáticas a lo largo de la historia? ¿Quién evalúa el rigor de esos conocimientos construidos por el alumnado? ¿O acaso por estar construidos ya son valiosos?

¿Qué pasa con los niños pobres que llegan de casa sin materiales de construcción?

Me niego a creer, Consejera, que usted haya decidido negarles a nuestros niños el acceso al mundo adulto.

domingo, 8 de mayo de 2016

De visita

29 de abril. Alicante. Callejeando. Creo que esta ciudad no ha sabido quererse. Y que los alicantinos lo saben y les duele.


Por supuesto hice una visita al magnífico museo arqueológico.

A pasar un rato con los íberos. Buena gente. Muy acogedora.


También tuve tiempo para visitar a viejas conocidas. Van cambiando con el tiempo. Se van haciendo más sofisticadas. Pero siguen formando parte de nuestras vidas. 

Con Mucha me une la fracción checa. Algún día hablaré de ella. Me limitaré a decir que para mi en estos momentos la embajada de la República Checa está en Alicante.

Detalle de la embajadora.

El viernes pasado tocaba Mollerussa. Pero hicimos un viaje largo, con paradas en Cervera, Granyena de Segarra, Gramuntell, Verdú y Tàrrega.


Hoy domingo hemos ido a Err, en la Cerdaña francesa, a los pies del Puigmal. Tenía que llevarle un ejemplar de "El cielo Prometido" a Mariano Brufau. He vuelto a casa con mucha más información de la que había partido. Por ejemplo, con esta foto: 


A la vuelta nos hemos parado en Berga.





sábado, 7 de mayo de 2016

Mejor educados, tercera edición


"El cielo prometido" en Babelia

Mujeres,  Manuel Rodríguez Rivero:


Confieso con vergüenza profesional que lo único que hasta la fecha había leído del navarro (y catalán de adopción) Gregorio Luri (Azagra, 1955) era una brillante Introducción al vocabulario de Platón publicada, creo, por la editorial sevillana La Isla de Siltolá, que no veo muy citada en sus bibliografías más recientes. No conozco, en cambio, ninguno de sus ensayos sobre educación que le han dado más reconocimiento público, ni tampoco su más reciente ¿Matar a Sócrates? (Ariel, 2015). Como lo había clasificado torpemente como filósofo y pedagogo, me extrañó ver su nombre en la cubierta de El cielo prometido. Una mujer al servicio de Stalin (Ariel), en la que también aparece, en letra más pequeña, el paratexto aclaratorio “La historia de la familia Mercader” (por cierto, un experto en mercadotecnia juzgaría excesiva la cantidad de mensajes de la tapa). En realidad, el estupendo ensayo biográfico (a pesar de cierto desorden expositivo, producto quizá de la presión de una amplísima documentación testimonial) es, a su manera atípica y nada intimidante, una reflexión histórica (y filosófica) con vocación pedagógica. La mujer, afirma Luri con lucidez, “fue la gran sorpresa de la guerra española”, y eso también quedó claro para los fotógrafos extranjeros, que, fascinados por la novedad, tomaron innumerables placas de milicianas y combatientes revolucionarias ataviadas con el mono que publicaron profusamente los diarios de la época; mujeres, en todo caso, a las que el formidable trueque de valores morales a que dio lugar la República había liberado de las ataduras que constreñían su libertad: la Iglesia, la obediencia paterna o conyugal y el “sentido del decoro” socialmente impuesto. El cielo prometido es, por tanto, muchas cosas. En primer lugar, una apasionante biografía de la matriarca y jefa de clan Caridad Mercader —un personaje cuya resonancia política y repu­tación van mucho más allá de ser la madre del asesino de Trotski—; en segundo lugar, un retrato de grupo (necesariamente incompleto e impresionista) de un conjunto de enigmáticas mujeres comunistas —mayoritariamente jóvenes surgidas de las clases medias cultas que abrazaron el comunismo en su versión estalinista en pleno ardor revolucionario—, y entre las que figuran África de las Heras, Paulina Odena, Marina Ginestà o Lena Imbert, de cuyas peripecias y avatares el lector se queda con ganas de saber más. Y por último, un telón de fondo del comunismo español de la época, en el que se destaca la ejecutoria de algunos de sus dirigentes propios y foráneos, de sus intrigas y venganzas, de sus luchas intestinas, de sus fabricadas denuncias de revolucionarios antiestalinistas, de su feroz dogmatismo, pero también de su organización, determinación y coraje. Luri se interroga, a su manera, sobre la “ilusión del comunismo” y, de modo especial, sobre lo que considera “el mayor escándalo intelectual del siglo pasado”, es decir, la “sumisión gozosa” de muchos intelectuales a la tiranía. O dicho al modo de Albert Camus: del letal abrazo de muchos intelectuales “cansados de su libertad” a doctrinas y líderes dispuestos a acabar con ellas en aras del cielo (en la tierra) prometido.

miércoles, 4 de mayo de 2016

Ovejas eléctricas y moluscos escépticos

Es difícil saber si los androides sueñan con ovejas eléctricas. Pero lo que me preocupa a mí es si habrá algún molusco escéptico.

Hume sobre Rousseau (el santo patriarca de la posmodernidad)

“Ha leído muy poco a lo largo de su vida, y ahora ha renunciado a toda lectura; ha visto muy poco y no tiene ningún tipo de curiosidad por ver u observar. Propiamente hablando, ha reflexionado y estudiado muy poco y, desde luego, no tiene mucho conocimiento. Durante toda su vida se ha limitado a sentir; y en este aspecto su sensibilidad se eleva a un nivel que va más allá de cualquier otro ejemplo que yo haya visto. Sin embargo, esta sensibilidad le hace más susceptible de sentir dolor que de sentir placer; es como un hombre que hubiera sido despojado, no sólo de sus vestidos, sino también de su piel”.

Sócrates


El guionista caprichoso

 I A eso de las cuatro de la tarde ha sonado el teléfono. Era una de esas llamadas que esperas que nunca lleguen y que cuando llegan, siempr...