sábado, 30 de marzo de 2013

El mal ladrón



Conozco a una monja en Barcelona que se dedica a atender al mal ladrón, que es el ladrón que vio morir a Dios a su derecha... el ladrón reincidente, al que nadie quiere ayudar porque mientras lo estás salvando de morir ahogado en sus propios vómitos aprovecha para robarte la cartera. Cuando pienso en cristianos, pienso en gente como ella. 

Las palabras de un loco

El loco.- ¿No habéis oído hablar de ese loco que encendió un farol en pleno día y corrió al mercado gritando sin cesar: “¡Busco a Dios!, ¡Busco a Dios!”. Como precisamente estaban allí reunidos muchos que no creían en dios, sus gritos provocaron enormes risotadas. ¿Es que se te ha perdido?, decía uno. Se ha perdido como un niño pequeño?, decía otro. ¿O se ha escondido? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Se habrá embarcado? ¿Habrá emigrado? - así gritaban y reían alborozadamente. El loco saltó en medio de ellos y los traspasó con su mirada. “¿Qué a dónde se ha ido Dios? -exclamó-, os lo voy a decir. Lo hemos matado: ¡vosotros y yo! Todos somos su asesino. Pero ¿cómo hemos podido hacerlo? ¿Cómo hemos podido bebernos el mar? ¿Quién nos prestó la esponja para borrar el horizonte? ¿Qué hicimos cuando desencadenamos la tierra de su sol? ¿Hacia dónde caminará ahora? ¿Hacia dónde iremos nosotros? ¿Lejos de todos los soles? ¿No nos caemos continuamente? ¿Hacia delante, hacia atrás, hacia los lados, hacia todas partes? ¿Acaso hay todavía un arriba y un abajo? ¿No erramos como a través de una nada infinita? ¿No nos roza el soplo del espacio vacío? ¿No hace más frío? ¿No viene de continuo la noche y cada vez más noche? ¿No tenemos que encender faroles a mediodía? ¿No oímos todavía el ruido de los sepultureros que entierran a Dios? ¿No nos llega todavía ningún olor de la putrefacción divina? ¡También los dioses se pudren! ¡Dios ha muerto! ¡Y nosotros lo hemos matado! ¿Cómo podremos consolarnos, asesinos entre los asesinos? Lo más sagrado y poderoso que poseía hasta ahora el mundo se ha desangrado bajo nuestros cuchillos. ¿Quién nos lavará esa sangre? ¿Con qué agua podremos purificarnos? ¿Qué ritos expiatorios, qué juegos sagrados tendremos que inventar? ¿No es la grandeza de este acto demasiado grande para nosotros? ¿No tendremos que volvernos nosotros mismos dioses para parecer dignos de ella? Nunca hubo un acto tan grande y quien nazca después de nosotros formará parte, por mor de ese acto, de una historia más elevada que todas las historias que hubo nunca hasta ahora”. Aquí, el loco se calló y volvió a mirar a su auditorio: también ellos callaban y lo miraban perplejos. Finalmente, arrojó su farol al suelo, de tal modo que se rompió en pedazos y se apagó. “Vengo demasiado pronto -dijo entonces-, todavía no ha llegado mi tiempo. Este enorme suceso todavía está en camino y no ha llegado hasta los oídos de los hombres. El rayo y el trueno necesitan tiempo, la luz de los astros necesita tiempo, los actos necesitan tiempo, incluso después de realizados, a fin de ser vistos y oídos. Este acto está todavía más lejos de ellos que las más lejanas estrellas y, sin embargo son ellos los que lo han cometido”. Todavía se cuenta que el loco entró aquel mismo día en varias iglesias y entonó en ellas su Requiem aeternam deo. Una vez conducido al exterior e interpelado contestó siempre esta única frase: “¿Pues, qué son ahora ya estas iglesias, más que las tumbas y panteones de Dios?”.

F. Nietzsche

jueves, 28 de marzo de 2013

Abandonado por todos


Antonio de Bellis, La ridiculización de Cristo

Circula por Facebook un chiste que asegura que "Cristo murió por tus vacaciones". Aceptemos que esto es lo que hay. Pero aceptémoslo de verdad, porque, a mi modo de ver, la única posibilidad que le queda al cristianismo en Europa, si quiere ser algo más que una expresión anecdótica de lo que una vez fue, es empaparse de nihilismo ambiental hasta el extremo de entender la necesidad de desembarazarse del mismo y afirmar lo serio.

Pienso en aquella idea de Schopenhauer según la cual la crucifixión de Cristo no está ahí solamente para recordarnos el sufrimiento universal y despertar nuestra compasión, sino, sobre todo, para recordarnos que ha llegado la hora de poner el punto final a nuestras esperanzas de un mundo mejor, a nuestras ilusiones sobre Dios, el futuro, la amistad... o el amor. La realidad, la única realidad, dice Schopenhauer, es ese hombre clavado en una cruz y abandonado por todos. En mi humilde opinión, hoy es imprescindible abrazar esta imagen con toda nuestra fuerza porque es este abrazo lo único que puede abrir el espacio que nuestro tiempo es capaz de crear para la epifanía de lo sagrado.

Espero que alguien me entienda.

Dos elogios muy ricos

Ayer por la noche una señora con mando en plaza me dijo que era mi "groupi" y que me invitaba a comer. Y cuando aún no había terminado de encajarme el ego en su sitio, que me lo había dejado desparramado la señora,  Javier Sánchez Menéndez va y me trata de "inmenso amigo", claro que, Javier, más me fío yo de una señora que dice ser mi "groupi" que de un poeta con querencia al desconcierto. Usted, metaforizante amigo, me comprenderá.


Ramon Mercader, el "hot potato"

"Marx dijo que la religión era el opio de los pueblos, porque el camarada Carlos no tenía ni la menor idea de lo que podía llegar a ser la televisión en manos de los "rectores de actividades culturales". Esto es lo que le escribe Ramón Mercader a su hermano Luis desde la Habana el 31 de julio de 1977. Luis está haciendo gestiones para regresar a España. A Ramón, Carrillo le ha puesto imposible el regreso. Le ha dicho que si quiere volver tiene que confesar por escrito todo lo relacionado con Trotsky.

Un año después, el 13 de abril del 78, Ramón le escribe a Luis, que ya tiene el pasaporte español en el bolsillo, la que será su última carta: "Yo no tengo con qué pagar mi viaje hasta Barcelona. Ni tengo con qué vivir allá, ni puedo aceptar una proposición como la que me hizo Carrillo (...). Yo siempre he sido leal para conmigo y para con quienes he trabajado y no puedo ahora, ‘para ganar mi vida’, ser desleal. La proposición que me hizo Carrillo quiere decir que fuera de ella no está dispuesto el Partido a ayudarme en otra forma… Es difícil saber que tengo que ser un hot potato hasta que termine de molestar al mundo, tanto para mis amigos como para mis enemigos. Así es el hombre y para que cambie aún han de pasar muchos años.” 

miércoles, 27 de marzo de 2013

Os lo creáis o no...

...esta tarde, a las 19:00 h, he hablado por teléfono con Caridad Mercader. De los resultados operativos de la conversación serán ustedes informados en el momento oportuno.

martes, 26 de marzo de 2013

La elusividad de la verdad

Heidegger’s Parmenides  

Vía Happy Heidegger.

Aquí una muestra de la elusividad de la verdad: "Los bancos también son personas"

El partido siempre tiene razón

"Cuando Trotsky, en mayo de 1924, pronunció su célebre frase que se haría clásica en el Partido Comunista de la Unión Soviética: El partido en última instancia siempre tiene razón, porque el partido es la unica herramienta que posee el proletariado, firmó su condena de muerte"

Luis Mercader, Ramón Mercader mi hermano.

lunes, 25 de marzo de 2013

Identificando a Caridad


Foto de Agustín Centelles que muestra un grupo de voluntarios retirando una barricada en Barcelona el 8 de mayo de 1937. Algunos testigos sugirieron en su momento que la quinta persona, comenzando por la derecha, podía ser Caridad Mercader, pero se descartó la hipótesis porque la foto no parece mostrar a una mujer de 45 años, que era la edad que tenía en aquellos momentos Caridad. Aunque efectivamente, la mujer aparenta muchos más años, la cazadora de cuero que lleva, "a lo soviético", me permitía seguir manteniendo ciertas dudas.

Dudas que hoy he descartado al encontrarme casualmente y en el lugar menos pensado con esta otra toma de la misma escena. Ahora ya no hay duda ninguna: se trata de Caridad Mercader. 





Emperatriz del nihilismo


Me entero con sorpresa que Sissi Emperatriz, o sea, Elisabeth de Austria, no solamente frecuentaba con devoción los textos de Schopenhauer sino que además le puso a su caballo favorito el nombre de Nihilismus y uno está tentado a creer que el nihilismo es una versión decadente de Dios. Por aquí tengo dicho que para ser nihilista cabal hay que ser ruso y pasar los meses de invierno a cuarenta grados bajo cero. Por otra parte, si bien es cierto que Schopenhauer declaraba que cuanto más trataba a los hombres menos los apreciaba, no es menos cierto que añadía a continuación: "Si pudiera decir lo mismo de las mujeres, todo sería perfecto".

Y de pronto, la vejez

De todas las cosas de la vida, la que más inesperadamente se nos presenta, es la vejez.

domingo, 24 de marzo de 2013

¿Una broma?


El epitafio de Lulú

Descubro esta mañana que mi admirada Louise Brooks encargó a su hermano que grabara el siguiente epitafio en el mármol de su tumba:
"La manera como he llevado mi vida me llena de horror. He fracasado en todo: en ortografía, en aritmética, en equitación, en natación, en tenis y en golf; en la danza, el canto y la comedia; en los papeles de esposa, amante, puta y amiga. Ni tan siquiera he tenido éxito en la cocina. Y no puedo recurrir a la banal excusa del "no lo he intentado". Lo he intentado con todas mis fuerzas."
Creo que su caritativo hermano no cumplió este postrer deseo de Lulú-Pandora.

Es ella


Aquí la tienen. Es Caridad Mercader. Es decir, Caridad del Río. Una Mercader de Barcelona me preguntó recientemente a ver por qué insistía en llamarla por el apellido de su marido. La respuesta nos la dio hace ya muchos años Teresa Pàmies en un artículo de Triunfo: Quería ser llamada Mercader porque era éste un apellido catalán y parecía menos protocolario y burgués que el suyo propio. Las jóvenes comunistas que la seguían con devoción se referían a ella como "la Mercader". La miro y me parece una mujer casi vulgar, pero esa mirada acaba imponiéndose a su figura y anuncia algo inquietante más allá de la máscara. En el interior de la mujer de la foto de arriba (hecha poco después del asesinato de Trotsky) estaba también la mujer de la foto de abajo, retirada en París. 



Y todas estas mujeres estaban durmiendo en el interior de ésta:



viernes, 22 de marzo de 2013

Ayer y hoy


Jueves 21.

12:00 Me paro a poner gasolina en el Bruc. "¿Es usted profesor?", me pregunta el joven que me cobra. "¿Nos conocemos de algo?", le pregunto yo. "Del Café de Ocata", me responde él.

13:00 Paro en Agramunt. Quiero darme una vuelta por el pueblo de Carmen Brufau. Entro en la iglesia. Antes de que consiga orientarme en la penumbra una voz masculina me habla de una escultura de madera policromada. Es el párroco. La escultura es una virgen con niño de la segunda mitad del XIV que ha recuperado recientemente el pueblo tras muchos años de considerarla perdida. Hablamos del pueblo. Veo pronto que no puede orientarme.

14:00 Mafet está a 3 km de Agramunt. Me cuesta dar con el cementerio. Tomo caminos que parecen acercarme pero después se alejan de mi propósito. Cuando finalmente doy con el cementerio, me lo encuentro cerrado. Aquí están las cenizas de Conchita Brufau. Decido ir hasta el pueblo a ver si alguien tiene las llaves. Tras llamar en diversas puertas me abre la de su casa un hombre que pronto descubro que es ciego. "Aquí todos tenemos llave del cementerio", me dice. Pero en vez de darme la suya, me dice que vaya a pedírsela al alcalde. Me ofrece unas indicaciones tan confusas con gestos que me parecen voluntariamente vagos, que soy incapaz de dar con la casa del alcalde. Finalmente dejo Mafet y sigo la ruta.

¡Qué paisaje! Los campos están cubiertos de los brotes de trigo, de un verde luminoso a los que el viento arranca mil tonalidades. Por aquí y por allá los árboles frutales, florecidos, ponen la nota primaveral, siempre sorprendente. El cielo está perfectamente azul. Y el aire diáfano. En el horizonte se recortan las cumbres nevadas de los Pirineos. A medida que me voy adentrando por las montañas me encuentro con pueblos que no sabía ni que existían, como Corroncui o Viu de Llevata. Es la primera vez que hago esta ruta.

18:00 Llego a Vielha. Tengo reserva en el Hotel el Ciervo. Me ducho y llamo a Daniel. 

19:30 Presentación de APSE (Aran Por Su Enseñanza) en el Hotel Sol Melià. La sala está a rebosar de gente. Parece que lo que les cuento les interesa.

11:00 Cena con los miembros de APSE.

Viernes 22

6:30 Me levanto. 

12:00 Intervención semanal en Ràdio 4.

13:00 Biblioteca de Cataluña. Recojo un libro sobre los Mercader.

14:30 Comida en el Cheriff de la Barceloneta con dos grandes: Pepe Menéndez y Javier  Roglà. La paella de bogavante, excelente.

18:00 Hogar, dolce hogar.

jueves, 21 de marzo de 2013

"Feminismo" se dice de muchas maneras...

The Complex, Often Idealistic Reasons Feminists Become Housewives.

Progressive women who devote themselves to domesticity aren't nearly as annoying as New York magazine makes them out to be.

 

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miércoles, 20 de marzo de 2013

De miserables neuróticos a infelices banales

El psicoanálisis no hace más que confirmar aquella vieja máxima de Platón: los buenos son aquellos que se contentan con soñar lo que los otros, los malos, hacen en la realidad. Todo lo que se puede esperar de una cura psicoanalítica -y Freud lo sabía bien-, es la transformación de un miserable neurótico en un infeliz banal. 

Cuando Freud recibió la visita de uno de los psiquiatras alemanes más célebres, el Profesor Schultz, le preguntó como preámbulo a cualquier posibilidad de conversación seria: "¿Cree usted sinceramente en su capacidad para curar a un paciente?". "¡De ninguna manera!", respondió Schultz. Freud añadió: "En este caso, nos entenderemos".

Cuando la caída es fatal, el único auxilio que podemos reclamar del psicoanálisis es que nos evite suicidarnos por razones equivocadas.

Jaccard
(¿quién, si no?)

San José y el paternalismo

Alonso Cano, La muerte de San José.

A propósito: Why Paternalism is Justified

Y a propósito del anterior a propósito.

lunes, 18 de marzo de 2013

Introducción a la epistemología

¿Mises tenía razón?


Mises avait raison

Ce n’est pas le Goulag qui est tombé avec le Mur, c’est le socialisme

Georges Kaplan en Causeur
mises hayek socialisme
J’étais encore un gamin mais j’étais suffisamment grand pour comprendre l’importance des événements qui, par tubes cathodiques interposés, se déroulaient sous mes yeux. C’était en novembre 1989 et le mur de Berlin s’effondrait, entraînant avec lui toute l’Union soviétique, le Léviathan de l’est, une des plus grandes et des plus longues expériences socialistes jamais menées. Cette superpuissance nucléaire qui, quelques mois plus tôt, semblait encore invincible à la plupart des commentateurs, s’est effondrée comme par magie, presque instantanément, comme un gigantesque ballon de baudruche. Les apparatchiks du régime, qui avaient sans doute vu le coup venir bien avant nous, sont partis avec la caisse et puis… Plus rien: l’URSS n’était plus.
Dans un article publié dans le New Yorker du 23 janvier 1989, Robert Heilbroner, un des plus fervents soutiens de l’hypothèse socialiste, écrivait: «moins de 75 ans après qu’il a officiellement commencé, le concours entre capitalisme et socialisme est terminé : le capitalisme a gagné… Le capitalisme organise les affaires matérielles de l’humanité de manière plus satisfaisante que le socialisme»1. La messe était dite. Par delà les clivages idéologiques et les débats théoriques, l’échec patent de l’expérience soviétique mettait fin au grand débat du XXe siècle: «Le capitalisme a été un succès aussi incontestable que le socialisme a été un échec.»2
Pour un nombre plus restreint d’entre nous, c’est une autre citation d’Heilbroner qui a véritablement marqué la fin officielle des débats. Elle est apparue un an après la chute du mur, toujours dans The New Yorker et, venant de la plume d’un de nos principaux adversaires qui se trouvait par ailleurs être de ceux qui savent précisément ce qu’ils écrivent, elle n’en avait que plus de valeur. «Il s’avère, bien sûr, écrit Heilbroner, que Mises avait raison»3
Pour le profane, il n’y a là qu’un quitus donné à Ludwig von Mises, le «dernier chevalier du libéralisme»4, ainsi qu’à tous ceux qui avaient défendu le capitalisme et l’économie de marché comme étant le système naturel des hommes libres, le seul à même d’assurer la prospérité du genre humain. Mais pour nous qui, comme Heilbroner, avions lu Mises, l’hommage revêtait une signification bien plus profonde et infiniment plus précise: il n’était pas simplement question de reconnaître la supériorité du capitalisme dans les faits mais sur le plan théorique.
Ce à quoi Heilbroner fait référence en écrivant que «Mises avait raison», c’est à un article publié en 1920, Le Calcul économique en régime socialiste5, dans lequel l’économiste autrichien ne cherchait pas à démontrer la supériorité de l’économie de marché sur un système de planification centralisé mais démontrait carrément l’impossibilité de ce dernier. Sans utiliser la moindre équation mais avec une précision toute mathématique, Mises démontrait pourquoi, en l’absence de marché libre, aucune activité économique rationnelle n’était possible dans un régime socialiste.
Pendant des décennies, ce défi lancé aux théoriciens du socialisme est passé largement inaperçu de l’essentiel de la communauté académique. De la fin de la Seconde Guerre mondiale à la chute du mur de Berlin, l’écrasante majorité des intellectuels du monde libre considéraient que le socialisme pouvait et devait fonctionner; que les seuls reproches que l’on pouvait lui adresser quant à sa mise en œuvre pratique tenaient au caractère autocratique des dirigeants soviétiques et à l’absence de libertés individuelles. Mais pour un homme tel que Robert Heilbroner, le gant jeté par Mises ne pouvait pas passer inaperçu.
Lorsque les archives du Gosplan furent enfin accessibles et que les anciens économistes soviétiques qui avaient participé à sa mise en œuvre furent autorisés à s’exprimer, il devint impossible de nier l’évidence : point par point, la condamnation à mort prononcée par Mises en 1920 était avérée. On découvrit, par exemple, qu’en l’absence de marché libre, les responsables du Gosplan étaient littéralement incapables d’établir une échelle de prix et en étaient réduits à utiliser les espions du KGB pour récupérer les catalogues de La Redoute ou de Sears. La plus grande entreprise de planification économique jamais conçue n’avait ainsi dû sa survie… qu’à l’existence d’économies de marché à ses portes tandis que les écrits de Mises, formellement interdits par le pouvoir soviétique comme naguère par les nazis, circulaient de mains en mains au cœur même de l’appareil de planification6.
La cause semblait donc entendue. De la même manière qu’on n’a jamais vu un coréen tenter de traverser la DMZ du sud vers le nord, les Allemands qui ont trouvé la mort en tentant de passer le mur7 fuyaient le socialisme et tentaient désespérément de rejoindre l’ouest capitaliste. L’horreur stalinienne, les massacres des Khmers rouges, l’hécatombe du grand bond en avant et, bien sûr, la barbarie nazie… Aucune expérience socialiste menée au cours du XXe siècle n’avait produit autre chose qu’un niveau de pauvreté extrême, une dictature sanglante et des millions de morts.
Nous pensions la cause entendue et nous nous sommes trompés. Nous croyons que c’était le socialisme qui avait été définitivement discrédité mais ce que la plupart de nos concitoyens ont vu, c’est l’effondrement de systèmes totalitaires, de déviances regrettables du projet socialiste mais pas du socialisme en lui-même. Le tour de force de nos adversaires a consisté à faire croire que les dérives totalitaires des régimes socialistes du XXe siècle n’étaient pas consubstantielles au projet socialiste. Pendant ce temps, forts de notre victoire théorique, nous avons laissé dire sans réagir. Nous avons cru la partie gagnée: c’est là notre présomption et elle pourrait bien nous être fatale8.
L’idée socialiste, y compris dans sa forme explicitement totalitaire, n’est pas morte. Elle est même extrêmement vivace. Elle a continué, pendant toutes ses années, à se développer à l’ombre de la social-démocratie, de l’économie de marché pilotée et de l’interventionnisme d’État. Alors que nos gouvernements, jurant leur attachement au marché libre, privatisaient partiellement et symboliquement quelques entreprises d’État, ils n’ont eu de cesse de d’accroître le poids de la dépense publique, des impôts, des réglementations et de l’administration. Alors qu’ils abandonnaient –du moins en grande partie– leurs réflexes protectionnistes, ils dévaluaient continuellement nos monnaies et transformaient nos économies en de gigantesques pyramides de dettes.
Encore une fois, Mises avait décrit précisément ce mécanisme. À plusieurs reprises, il a montré comment les conséquences désastreuses de l’interventionnisme politique –inflation, incitations fiscales, réglementations, protectionnisme, contrôle des prix…– étaient systématiquement attribuées à de prétendus excès du marché et légitimaient de nouvelles interventions. Mises et Friedrich Hayek ont décrit comment cette intervention croissante de la force publique dans nos vies privées nous entraînait irrémédiablement sur La route de la servitude.
Aujourd’hui, ce système est à bout de souffle. Nous le savons tous. Nombre de nos États ne veulent ni ne peuvent plus rembourser leurs dettes; les banques centrales ont injecté plus de monnaie dans le système qu’elles n’en avaient créée en un siècle; l’édifice tout entier est au bord de la rupture. Tôt ou tard, le socle fragile sur lequel repose cette pyramide de dettes –la valeur de nos monnaies– va céder et emporter avec lui non seulement la dette de nos États mais aussi le système bancaire, les capacités de financement de nos économies et l’épargne de quelques millions de nos concitoyens. Nous sommes au bord d’un gouffre abyssal.
Ce sera alors l’heure de vérité. Sur les décombres de la crise qui s’annonce, nous serons amenés à choisir dans quel type de monde nous souhaitons vivre. Contrairement à ce que certains de nos amis ont dit autrefois, il y a bel et bien une alternative: ce sera le socialisme ou la société libre –le reste n’est que fumisterie. Celles et ceux– et ils sont nombreux– qui ne l’ont jamais fait feraient bien de lire Mises: l’heure du choix approche, il va falloir faire le bon.

  1. Robert Heilbroner,“The triumph of capitalism”, The New Yorker (23 janvier 1989). 
  2. Robert Heilbroner & Irving Howe, The World After Communism: An Exchange, dans Dissent Magazine (numéro d’automne 1990). 
  3. Robert Heilbroner, “After Communism”, The New Yorker (10 septembre 1990). 
  4. Titre de sa biographie, The Last Knight of Liberalism par Guido Hulsmann.
  5. Ludwig von Mises, Die Wirtschaftsrechnung im sozialistischen Gemeinwesen dans Archiv für Sozialwissenschaften, vol. 47 (1920); une traduction en français est disponible ici
  6. Anecdote rapportée, notamment, par Yuri Maltsev, l’un des économistes chargés par Gorbachev de mettre en œuvre la perestroïka
  7. En RDA, on les appelait « fugitifs » ou « déserteurs de la république » ; appellations qui résonnent étrangement lorsque l’on entend le discours de certains de nos élus actuel. Comme le note très justement Daniel Tourre, pour qu’il y ait des évadés (fiscaux), encore faut-il une prison (fiscale) au préalable. 
  8. Vous aurez reconnu la présomption fatale (The Fatal Conceit) de Friedrich Hayek (1988). 

Un maestro

Giovanni Do, Un maestro y su alumno, 1637-38

No se ha descubierto tecnología superior a ésta.

viernes, 15 de marzo de 2013

Courting disasters

Una cosa es ser nihilista y otra muy distinta jugar culturalmente con la imagen del nihilismo. A mi parecer es esto último lo que hace Jaccard. Pero lo hace tan magníficamente bien que su estilo lo libra de la frivolidad (me parece). Si un día me encuentro con un nihilista de verdad, me hincaré de rodillas ante él, me abrazaré a sus rodillas y le rendiré mis más sentidos respetos, porque tendrá para mí el valor de una aparición sagrada.

A Jaccard no se le escapa que Nietzsche no perdonaba a los nihilistas que, persiguiendo una creencia firme, prefieren creer en nada antes que no creer en nada. Y Jaccard está más cerca de Nietzsche que de un nihilista ruso.

Un nihilista de verdad hablaría del club de los suicidas y de Louis Wolfson, pero no encontraría ningún interés en esta historia, tan... tan... ¿cristiana?: "Cuando Oscar Wilde, después de haberse entregado con placer a ese extraño y peligroso juego al que los ingleses se refieren como 'courting disaster', fue arrestado por la policía, una muchedumbre se reunió ante su casa y, conforme pasaba, le gritaba. Sin embargo un hombre se descubrió y respetuosamente se inclinó. Wilde le dijo: 'Señor, hay personas que por menos que esto han entrado en el paraíso'"

Actores de nuestro destino

Eutanasia sí,  pero planetaria, clama Louis Wolfson. De lo que se trata es de encontrar la satisfacción y el placer allá donde están: en la producción ininterrumpida de bombas atómicas y termonucleares, que a pesar del escándalo de los pacifistas, permitirán finalmente alcanzar un suicidio colectivo "antes de que comiencen otros mil años de torturas aquí abajo".

Sobre las cuestiones prácticas de esta eutanasia, Wolfson piensa que, por ejemplo, se podría programar la explosión en una fecha determinada. Por una vez seríamos los actores de nuestro destino.

Roland Jaccard


jueves, 14 de marzo de 2013

¡A Soria!



Nos espera, además del Círculo Filosófico Soriano, el primer Stenway de España (de 1869), que alguna memoria conservará de los dedos de Gerardo Diego.


                                     

Pongámonos serios


francois pape jesuite
Personne ne l’attendait et ce fut lui, le Pape François. Ni Hollande, ni Ier, ni Desouche, mais François, comme tout le monde et comme nul autre. François comme le Poverello bien sûr, mais aussi comme le Xavier, évangélisateur de l’Extrême-Orient et figure fondatrice de la Compagnie de Jésus; François aussi comme celui de Sales, l’immense pasteur savoyard et en passant patron des journalistes.

Georges-Marie Bergoglio, personne ne l’attendait aujourd’hui – il faut le confesser. Car la mémoire du journaliste et du commentateur est si courte que nous avions oublié que selon les rumeurs du précédent conclave, il aurait réuni alors sur son nom assez de voix pour concurrencer Joseph Ratzinger. C’est dire que l’Esprit le cherchait et ne le lâchait pas. Ou c’est dire, pour les lecteurs sourcilleux, que les cardinaux le tiennent en haute estime depuis belle lurette. Une estime sans doute aussi haute que l’ignorance du grand public occidental à son sujet d’ailleurs, mais qui risque peu de lui être préjudiciable. Rappelons-le une énième fois: le cœur battant de l’Église catholique contemporaine ne se situe plus au croisement des latitudes tempérées avec le méridien de Greenwich, mais dans les Amériques, dans les Afriques, dans les Asies. Ce qui n’empêche pas que Rome soit toujours à Rome, et il faut remarquer l’angle étonnant avec lequel l’élu a entamé son ministère pétrinien: je suis le nouvel évêque de la Ville, a-t-il affirmé, précisant seulement que «l’Église de Rome préside à la charité». Paroles peut-être ésotériques pour le quidam, mais que les Églises orthodoxes apprécieront sans nul doute, elles qui disputent depuis mille ans à la papauté son statut dominateur. Ces premières paroles furent donc œcuméniques, dans tous les sens du terme: le Pape François rappelle du même mouvement que l’Église universelle a un siège suprême, celui de Rome, et que ce siège ne trouve sa légitimité que dans l’exercice de la charité: «Celui qui veut être le plus grand parmi vous, qu’il soit le plus petit». On ne saurait reprocher à l’archevêque de Buenos Aires d’avoir dérogé à l’humilité : défenseur des pauvres, des petits et des faibles, il s’est fait petit au milieu d’eux, refusant les ors et les pompes, les appartements et voitures de fonction, voilant sa pourpre cardinalice sous un grand manteau noir. Fin comme un jésuite et dépouillé comme un franciscain, voilà le pape qu’il nous faut.

Car pour manœuvrer dans les ruines morales de la Curie romaine, un disciple d’Ignace de Loyola ne sera pas de trop: il lui faudra connaître les échafaudages d’influence sans en être vassal; il lui faudra détricoter petit à petit des structures abîmées pour soigner le grand corps malade vatican. Mais cela qui fascine les commentateurs, ces intrigues politiques d’hommes empourprés, n’est que la part la plus infime de son ministère. C’est l’Église de tous les continents qu’il doit, selon la parole du Christ à Pierre, raffermir dans la foi. Rôle éternel de l’évêque et du pape, rendu plus complexe aujourd’hui encore, par l’étendue des terres concernées.

Comme on l’avait écrit, le nouvel élu ne pouvait qu’être «conservateur» sur la question des mœurs et du dogme, qui est sa mission première et à quoi tout catholique est d’ailleurs lié. On n’a jamais vu dans l’histoire, même quand les papes s’appelaient Borgia, que quiconque s’avisât de modifier ce qui fonde la foi de l’Église. Aussi, ceux qui attendaient pour la millième fois qu’un homme se dressât pour ordonner des femmes, autoriser l’avortement ou l’on ne sait quelle autre revendication de l’époque, qui passera avec elle, en seront encore pour leurs frais. En revanche, il est certain que le Pape François va, mais comme d’habitude, se préoccuper des questions de justice sociale qui ressortissent au premier chef de l’éthique chrétienne. On sait l’appétence particulière des prélats sud-américains, depuis cinq cents ans, à condamner l’esclavage de fait que créent les injustices économiques et sociales. Dans la lignée des Dom Helder Camara et Mgr Romero, l’évêque abattu sur l’autel  il y a trente ans par les escadrons de la mort salvadoriens, nul doute que le nouveau pape s’appliquera à dénoncer les conditions faites par le libéralisme rapace aux populations du Sud. Mais, comme son opposition frontale à Mme Kirchner, dirigeante de son pays d’origine, sur les questions du mariage homosexuel l’a déjà prouvé, on le verra s’opposer à la double postmodernité, celle des mœurs et celle des rapports économiques. Il ne faudra pas compter sur lui pour défendre une Église de la bourgeoisie, qu’elle soit de droite ou de gauche. Un monde «fraternel», c’est ce qu’il a répété au cours de sa première allocution; une Église humble, comme l’ont montré la bénédiction et la prière qu’il a réclamées au peuple romain rassemblé devant lui: décidément, l’exercice de la papauté du XXIe siècle va prouver une fois encore où est la vraie subversion du pouvoir. Tout est perdu, fors l’amour, nous dit cet autre François Ier. Dans cette forêt obscure, nous serons nombreux à le suivre.


¡Qué pruebas nos manda el Señor!

En pocas horas, la Catedral estaba a reventar. Los comentarios eran variados. “Dios es argentino, Messi, Maradona…Bergoglio. ¡Argentina sigue sorprendiendo”, vociferaba uno. A su lado, una mujer intervenía, ”Y Máxima, reina!”.

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miércoles, 13 de marzo de 2013

Oración ante la fumata blanca

Señor, ya sé que Tú escribes recto con lineas torcidas... pero... ¿no se te habrá ocurrido hacer papa a un Valdano jesuíta?

El club del suicidio

Según leo en La tentation nihiliste, de Roland Jaccard, a finales del siglo XIX aparecieron los clubes de suicidas. Estos clubes, muy selectos, se pusieron de moda en las grandes capitales europeas. Para entrar a la eternidad sin escándalo, había que suicidarse debida y libremente. Y ambas cosas eran proporcionadas por asociaciones, que se asemejan a las sociedades secretas. Para participar en el club había que ofrecer pruebas de una resolución decidida a morir. Una vez admitido, el novato se enteraba de que el día de su suicidio se determinaba de la siguiente manera: se organizaba una partida de cartas en la que el ganador perdía la vida. Por supuesto, el afortunado recibía de los otros miembros del club muestras de la más sentida  enhorabuena. Se daba una gran fiesta y cuando el elegido abandonaba el club sufría un accidente organizado por sus amigos...

martes, 12 de marzo de 2013

Me voy a Palamós

14 de març
9 de la nit
Teatre La Gorga
Organitza: Àrea de Joventut de l'Ajuntament de Palamós

La tentación nihilista


Existe una Sociedad Internacional de gente aburrida, con 700 miembros, cuyo presidente dice que lleva una vida aburrida, come cosas aburridas, practica un deporte aburrido -los bolos- y pasa sus aburridas tardes en casa. Su grito de guerra es: "El entusiasmo pasa, pero el aburrimiento se queda.

Para entrar a esta sociedad es necesario hacerse partidario de una filosofía del "¿y qué más da?" y estar siempre dispuesto a tumbarse a la sombra de cualquier tópico fácil.

Roland Jaccard, La tentation nihiliste.

El prólogo de la segunda edición, de 1995, que es la que yo tengo, comienza así: "Nunca he leído un libro tan deprimente como La Tentation nihiliste. Sucede que yo soy el autor." Y acaba así: "En contra de lo esperado, el nihilismo es una garantía de longevidad".

Añado cuatro joyas con la intención de calmar los furores de don Pedro A. contra quien él y y sabemos:
  • "La aspiración a salvar el mundo, síntoma mórbido por excelencia, se acompaña inevitablemente de la rabia por destruirlo"
  • "El espectáculo [del mundo] debe continuar con sus mismos actores amnésicos representando la misma comedia de la felicidad, recitando las mismas tonterías ante la misma sala somnolienta"
  • "Hay dos tipos de matrimonios. Aquellos en los que la novia se da cuenta de que se ha equivocado de hombre caminando hacia el altar, y aquellos en los que se da cuenta de lo mismo al volver del altar".
  • "Es porque uno ha creído entrever la eternidad en la mirada de la mujer deseada por lo que se despierta cada mañana en el lecho de Procusto: amputado de sus sueños, pero ajustado a las dimensiones de la realidad."

lunes, 11 de marzo de 2013

Reivindicación de la Suma

No sé si les he contado que tengo una pequeña sección quincenal en Catalunya Ràdio que se titula Guia ràpida de lectura lenta. Su objetivo es presentar en poco tiempo algún argumento convincente para animar al oyente a la lectura de un libro o, al menos, recordarle su existencia y su valor cultural. Hasta hoy esos libros han sido El Banquete de Platón, la Ética a Nicómaco de Aristóteles, el De la naturaleza de Lucrecio y Las Confesiones de San Agustin. Hoy tocaba un hueso duro, la Suma Teológica  de Santo Tomás de Aquino.

No es que quiera animar a nadie a la aventura intelectual de leer la Summa entera, pero tampoco animamos a subir al Everest cuando en clase de geografía damos a conocer su existencia. Lo que me parecía importante era no contribuir al olvido de un proyecto de la envergadura intelectual de éste.  Por otra parte algunas secciones de la Suma siguen teniendo interés por sí mismas. Pienso, por ejemplo en el tratamiento de las pasiones del alma, que por su claridad es de gran ayuda para cualquiera que considere importante saber poner nombre adecuado a sus sentimientos. 

Pero vamos a la cosa en sí.

¿Por qué sigue siendo interesante no olvidar la Suma?
  • Por la ambición del proyecto intelectual tomista. Es como una gran catedral gótica. Quizás ya no queramos vivir en un edificio así, pero es hermoso visitarla y su contemplación en cierta forma nos engrandece el alma
  • El proyecto tomista es demostrar la razonabilidad del discurso teológico cristiano. Nunca meditaremos bastante sobre el hecho de que el cristiano, cuando piensa su fe, hace teología. Es esta una singularidad extraordinaria, porque no hay nada ni remotamente parecido a la teología ni en el islam ni en el judaísmo. Los judíos y los musulmanes cuando piensan en su fe lo primero que tienen present es la ley (Tora o Sharia). Para el cristianismo la revelación es una cuestión teológica (un logos sobre Dios). Para el islam y el judaísmo es una cuestión política. Explicar racionalmente la creación es una inquietud cristiana.
  • Santo Tomás encuentra la posibilidad de una explicación racional de la fe en la presentación que realiza Dios de sí mismo (Ex.3.14): "Soy el que soy". Hay otra traducción posible de esta expresión: "Yo soy el que seré", que apunta a una concepción mucho más elusiva de la divinidad. Pero para Santo Tomas el Summum Esse no es solamente un objeto de fe, es también objeto del conocimiento racional.
  • El conocimiento racional de Dios es posible porque hay un orden divino en el mundo. El acto creador de Dios es expresión del amor divino y, en tanto que tal, ha dotado de orden a la realidad creada. La creación es, en su origen (causa eficiente), "emanatio rerum" (las cosas proceden de Dios) y, en su fin (causa final), un movimiento de todos los seres hacia su creador. Esta teología no sólo permite pensar una imagen armoniosa y providencial del mundo, sino que permite también afirmar la existencia de una ley natural que sería expresión en el alma del orden natural de las cosas. 
  • Sin embargo el proyecto, voluntariamente, fue dejado sin conclusión. La razón que dio Santo Tomás es que "después de lo que el Señor se dignó revelarme el día de San Nicolás, me parece paja todo lo que he escrito en mi vida". Pero había comenzado la Suma convencido de que podía ofrecer algo así como una imagen lógica de la teología. El proyecto inacabado arroja entonces una duda sobre el conjunto. Santo Tomás nos dice, anticipando a Wittgenstein, que todo lo que cuenta en la Suma es mucho menos relevante que lo que se calla.


11 M


La escena transcurre durante el asedio de Constantinopla en el siglo XIV. El emperador Manuel Paleólogo discute sobre la yihad con un interlocutor persa. El emperador se niega a dar ningún crédito a la religión de Mahoma porque, según dice, éste ha mandado extender mediante la espada la fe que predicaba. La difusión de la fe mediante la violencia es contraria a la razón, dice el Emperador, y no actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios. 

Así comenzaba el discurso de Benedicto XVI en Ratisbona antes de pasar a criticar a una Europa que ya no sabe lo que significa "el gran logos". El Papa no parecía especialmente preocupado por defender la fe contra el racionalismo. Lo que de verdad le preocupaba era la defensa del racionalismo. Por eso añadió que las grandes preocupaciones humanas han sido excluidas de la razón común y remitidas al ámbito de la subjetividad. Ante nuestros ojos habría tenido lugar una doble reducción: La Biblia se habría convertido en un mensaje moral y la razón en un método. Por esto propugnaba la recuperación del "gran logos". Pero este mensaje fue sepultada en Ratisbona por las denuncias europeas contra el Papa por islamófobo y por las manifestaciones violentas de los musulmanes.

(Escrito tras leer a Alain Finkielkraut)

Loor al hombre viril


domingo, 10 de marzo de 2013

El papable del Café de Ocata III

El cardenal Marx, levantando el puño.

Argumentos a favor de Reinhard Marx
- Es hijo de un sindicalista
- Resulta que es uno de los teólogos más apreciados por Benedicto XVI
- Considera que el capitalismo sin un cuadro ético (por cierto: ¿qué es un cuadro ético?) es enemigo del género humano (o sea que no puede estar más in)
- Dice que cuando Jesús llama a Dios "Padre" no lo hace con un "sentido de género".
- Defendió que hay que tomar en serio a Marx. Y tras defender esto, Benedicto XVI lo nombró cardenal. ¡Toma ya!

Argumentos en contra: esta foto comprometida (por el nombre que se insinúa a sus espaldas)


La filosofía


Coles Phillips - "In a Position to Know", 
portada de Life, 7 de abril de 1921

viernes, 8 de marzo de 2013

Leyes orgánicas de la política

Primera: La urgencia de los problemas a resolver es siempre mucho mayor que nuestra inteligencia para resolverlos. 

Segunda: Nada ha impedido nunca a nadie intentar engrandecerse si se cree suficientemente fuerte para hacerlo.

El papable del Café de Ocata


El cardenal Reinhard Marx, por la cosa del apellido, claro.
¡El papa Marx! ¿Se lo imaginan ustedes?

jueves, 7 de marzo de 2013

Caridad Mercader entraîne ses miliciens



Interesantísima foto y creo que muy poco conocida en la actualidad. Aparece en un reportaje de una revista francesa aparecida el uno de agosto de 1936. Lo más interesante es el pie de la foto:  "Caridad Mercader, membre du comité central communiste espagnol, entraîne ses miliciens vers l'hôtel de Postes" (evidentemente, de Barcelona).

martes, 5 de marzo de 2013

Heidegger, ¡qué risa!

Un alma caritativa y anónima ha conseguido ni más ni menos que Heidegger me iluminara esta mañana tan gris con una buena carcajada.




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