Los que, de verdad, no descansan nunca, son los tontos. Eso sí que es deprimente.
I Amanecer en Atocha. Todos estamos de paso. Las estaciones son monumentos al desarraigo, especialmente a esta hora de la mañana, cuando aún...
Los que, de verdad, no descansan nunca, son los tontos. Eso sí que es deprimente.
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