viernes, 26 de julio de 2013

Wakefield o Ulises,

Hay un cuento de Nathaniel Hawthorne que lleva como título el nombre mismo del protagonista, «Wakefield». Este hombre permaneció veinte años alejado de su mujer (al igual que el viajero griego) pero, en realidad, lo único que hizo fue irse a vivir de incógnito en un pisito que había alquilado dos calles más arriba. Se ve que un buen día salió de viaje y no volvió... Su mujer y todo el que lo conocía lo dieron por desaparecido, así que ella tuvo que resignarse a una soledad del todo ilusoria y a una falsa viudedad (Penélope?). Pero Wakefield rondaba por aquel barrio de Londres -su barrio- disfrazado con una peluca (no como un vagabundo, tal como sabemos de Ulises) y hasta tenía el valor de pasar frente a su viuda, sin decirle nada (Od. XIX). No ponía los pies en el umbral de casa. Así estuvo veinte años, hasta el día que volvió...

Copiado literalmente de AQUÍ, el blog de un gran helenista... y amigo.

3 comentarios:

  1. El gato de Schrödinger5:24 p. m., julio 26, 2013

    Un caso notable de procrastinación, el de este personaje.

    Siento una fascinación especial por estos personajes absurdos y trágicos como Wakefield, Bartleby, Jean-Claude Romand (el protagonista de la estupenda novela de Emmanuele Carrère "El adversario ") o el mismísimo Meursault de Camus.

    Si bien es cierto que, en el caso de Wakefield, la cosa no terminó tan mal, pues se reunió finalmente con su esposa y continuaron donde lo habían dejado, cuesta leer el breve relato de Hawthorne sin tener la impresión de que ese final resulta poco verosímil y que Wakefield, en realidad, quedó para siempre desplazado y convertido en un paria solitario. No obstante, al basarse en una historia real referida por la prensa, no queda más remedio que reconocer que la realidad ignora con frecuencia los preceptos del buen narrador.



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  2. La huída de la sociedad hacia un paraíso desconocido, paraíso por ser desconocido, precisamente... La aventura siempre se ve desde fuera con desazón, como sucede con Claire en Until the End of the World. Como espectadora, deseo su redención, aunque sin la adicción que desarrolla por ver sus propios sueños, no habría historia.

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  3. No havia vist el teu enllaç... dispensa el retard. El conte de Wakefield té el component de fons de l'Odissea però també, i sobretot, la reflexió sobre una insensata manera de viure nostra.

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