martes, 2 de julio de 2013

Kleist y el rebuzno de un asno

Camino de París, en 1801, Kleist tiene un accidente. Su coche pasa al lado de un burro. El burro rebuzna. Los caballos se espantan y el coche vuelca. Esta es la reflexión que motiva este accidente en el poeta:

¿Depende la vida de un hombre del rebuzno de un asno? Si en ese momento todo hubiera terminado, ¿habría vivido para eso? ¿Es ése el sentido que el Creador le ha dado a esta oscura y enigmática vida terrenal? (carta a Wilhelmine, 21 de julio de 1801).

7 comentarios:

  1. Diez años después, el mismo Kleist se daba la respuesta.

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    1. Eso lo tiene usted que explicar. ¿Se refiere a que la respuesta se encuentra en la elección consciente de la última escenografia? ¿A la necesidad de una mujer que muera justamente unos instantes antes que tú? En todo caso es evidente que la escena de su suicidio parece estar diseñada para que sea completamente opuesta a la del burro. Pero, sin embargo, en aquel mismo momento en que Kleist se pegó un tiro, había cientos de burros rebuznando por el mundo.
      ¿Sabe usted que los médicos que le hicieron la autopsia se admiraron del tamaño de su hígado?

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    2. Es fácil que el que se hace ese tipo de preguntas se acabe dando ese tipo de respuesta.

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  2. A mi me parece una evidencia de la presencia de Dios, estamos sometidos a algo mayor, misterioso y para algunos hombres sin sentido, i que ? . Que lo comprendamos o no es otra cosa. Lo sepamos o no, seamos consecuentes o no, nuestras vidas siempre miran a la muerte...

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    1. De un Dios absurdo, por supuesto, y dicho sea sin mala intención.

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    2. Un dios Absurdo ? porque no !!!
      Però como dijo Jung lo que no es consciencia es proyeccion, el absurdo donde esta en Dios, o en usted que no comprende ? Dicho sea sin mala intención...A los humanos nos cuesta mucho aceptar simple y llanamente que no comprendemos, que estamos superados. Ahí tendemos a buscar argumentos solo para llenar el vació. Comprendo que para los que vivis en un mundo sin Dios, esta clase de situaciones dan vertigo però un Dios absurdo no calmara vuestra inquietud, al contrario la ensancharà.

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