domingo, 30 de diciembre de 2012

El oasis catalán


10 comentarios:

  1. Impresionante.
    Un -cierto- respeto por las lágrimas de Cleries. Por lo que sé, es efectivamente una buena persona, que lleva toda una vida picando piedra en el asociacionismo más solidario.

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  2. Bueno, Quintà, también és un poco o mucho outsider, veremos qué tal. Por cuota femenina podían haber puesto unas cuantas damas más, al menos el PP las pone a mandar de verdad y no sólo en carteras 'asistenciales' con perdón de la educación vigente.

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  3. http://www.tribuna.cat/cronica/cultura-i-mitjans-de-comunicacio/quo-vadis-alfons-quinta-01-10-2012.html

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  4. Para despistados: Quintà está como una cabra (es un decir), pero suele estar muy bien informado.

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  5. Faltava això, evidentment una opinió:
    http://www.tribuna.cat/cronica/cultura-i-mitjans-de-comunicacio/quo-vadis-alfons-quinta-01-10-2012.html

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  6. Es la primera vez que traigo a Quintà a este café. Yo también creo, como Esparver, que suele estar bien informado. En este caso me he remitido a su artículo para así ahorrarme de decir yo alguna de las cosas que dice él y que me habían llegado por otras fuentes.

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  7. Aclaro, por si hubiera dudas, que los juicios morales son de Quintà, no míos.

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  8. Yo también leo a Alfons Quintà. Seguramente hay cierto resentimiento poco disimulado pero por lo menos en ElDebat.Cat aparece una crítica a CIU y al independentismo exacerbado y, en ocasiones, incluso racista. Y sí, Quintà por sus relaciones y antiguos cargos está muy bien informado. Voy a plagiar una frase de Broch: "Viena está al borde de un alegre apocalipsis" ¿Que tal reemplazar Viena por Catalunya?

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  9. Es una delicia leer las crónicas "por de dentro" de Quintà, quien tiene una larga experiencia de contacto con el poder que le otorga un plus de credibilidad del que otros comentaristas políticos carecen. Me recuerda, su lectura, las crónicas parlamentarias de Martín Prieto en el País, de antigua memoria. Su técnica para desvestir al rey mesiánico merece pasar a las antologías del mejor periodismo. Leyéndolo tengo la impresión de asistir a la más fiel escritura de la Historia, sin necesidad de esperar a que, pasado el tiempo, vengan los historiadores académicos a salirse por la tangente de las lecturas programadas ideológicamente, como le ocurre al inefable Culla i Clarà cuando pontifica a tort i dret como si tuviera la clave de lo pasado, de lo presente y de lo por venir.

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