lunes, 30 de abril de 2012

La condición humana

Un parricida que había matado a su padre y a su madre se dirigió al juez, cuando se retiraba para dictar sentencia, diciéndole: "Señor juez, no olvide usted que soy un pobre huérfano!"

Para Freud esta era la ironía de las ironías.

Ya lo decía Terencio: " homo sum: humani nihil a me alienum puto". Nunca acabamos de comprender estas palabras.

domingo, 29 de abril de 2012

Obviedades

Me gusta la carne. Soy un gran carnívoro. Pero el hecho de que Hitler fuera vegetariano no le añade a mi pierna de cordero ningún condimento moral.

viernes, 27 de abril de 2012

La limosna de los niños

29 de mayo de 1804, tras escribir palabras llenas de emoción sobre la Jungfrau, que todavía “no ha profanado ningún mortal”, Schopenhauer lamenta el acoso de los niños campesinos de los pueblos de los Alpes suizos, que persiguen al extranjero “pidiéndole limosna”.

Los tiempos, efectivamente, cambian.

Marx ecologista

Cuenta Lafargue que "Muchas veces le oí [a Marx] repetir lo que decía Hegel, el maestro de filosofía de su juventud, 'Hasta el pensamiento criminal de un malhechor es más grandioso y sublime que las maravillas del cielo'"


Mujer desalada

 
Ando tan atareado-laberíntico que no tengo tiempo ni para escribir un post decente, así que ando colgando imágenes, que es lo propio de los melancólicos (aunque quizás los melancólicos de verdad se cuelgan de imágenes).


Valors per superar la crisi



Esto es lo último que he hecho. Me he leído 2.200 cuentos infantiles sobre el tema "Valors per superar la crisi" y he escrito un informe de 20 páginas sobre lo que he creído ver. Estoy convencido de que se va a hablar bastante de su contenido, porque es periodísticamente muy laminero. Tiempo al tiempo.

miércoles, 25 de abril de 2012

Cultura

“Whenever I hear the word ‘culture’, I bring out my checkbook.” Le mépris (1963)

“Cada vez que oigo la palabra "cultura" saco la cartera".

B.B. en "Le mépris", del Godard, claro  (1963). Traigo la imagen aquí por el café, como es obvio.

Arte sin fronteras


Henri de Toulouse-Lautrec en la playa de Le Crotoy, Picardía, en 1898, fotografiado por su amigo el galerista Maurice Joyant. Posteriormente las imágenes fueron publicadas como postales. Lo cual nos vuelve a poner de manifiesto aquello de Xenius: lo que no es tradición, es plagio.


En 1961 Piero Manzoni enlató 30 gramos de sus propias heces en 90 latas de conserva que debían venderse de acuerdo con la cotización de su peso en oro. Pero en 1991 en Sotheby un ejemplar alcanzó los 67.000 dólares. Las malas lenguas (y no por ello han de dejar de ser certeras) cuentan que más de una lata ha explotado, con los efectos artísticos subsiguientes.

En fin, ya lo ven: mi vida es rara. Son las seis de la mañana y ando dándole vueltas a este asunto.

lunes, 23 de abril de 2012

¿La ignorancia es un derecho?

Vía NYC Educator

Los jóvenes franceses la prefieren rubia


La conclusión más relevante de las elecciones francesas (a mi humilde parecer):


Salauds de jeunes ! On les flatte, on les plaint, on les caresse dans le sens du poil, on leur promet monts et merveilles, on se désole de leurs journées d’école trop longues, on s’inquiète pour leur retraite, on leur demande pardon de leur laisser un monde aussi horrible. Et tout ça pour quoi ? Pour qu’ils votent Le Pen ! Ces ingrats ne respectent rien.

Seguir leyendo: CAUSEUR

domingo, 22 de abril de 2012

Día del libro

En realidad mañana sólo es el día del libro y no necesariamente el de la lectura. 

Sobre victorias y derrotas

"Las victorias –dice Lessing- son pruebas muy ambiguas a favor de la causa justa, o mejor, no lo son en absoluto", tanto es así que "aquel que ha tenido la última palabra y quien hubiera debido tenerla sólo raramente son la misma persona". 

Que quede claro que no estoy pensando en el fútbol.

sábado, 21 de abril de 2012

Recortes y dignidad

Artículo en El Periódico de Cataluña.          

               Cada vez opino sobre los recortes acabo con mala conciencia. Veo a la gente de a pie con las ideas claras, pero los economistas no se ponen de acuerdo. A pesar de que intento dejarme guiar por los que saben, me veo impelido a obedecer más a mis buenas intenciones que a mi inteligencia de lo que está pasando. Ciertamente no me gustan nada los recortes. ¿A quién demonios le puede gustar trabajar más –si trabaja-, ganar menos y pagar los servicios públicos más caros? Pero si me preguntan a ver si quiero someterme a una operación, también me parecería mal, por eso me dejaría aconsejar por mi médico de confianza. ¿Vista la falta de acuerdo entre los economistas, hemos de recurrir a ideólogos de confianza? ¿Y si o un ideólogo ante una crisis es como un curandero ante un cáncer?
            Quiero pensar que a los políticos les mueve algún sentimiento más noble que el masoquismo y sé que las bravuconerías siempre son más fáciles en la oposición. De hecho los recortes los comenzaron los socialistas y si ahora hemos pasado del recorte al tijeretazo, no tengo claro que de gobernar los socialistas se le soliviantaran a la Merkel.
            Si algo hemos aprendido con la crisis es que es soberano quien tiene poder para comprarte la deuda. O dicho de otra manera: quien tiene poder para imponerte una reforma constitucional. Resulta que ser pobre hoy es ser lo que ha sido siempre un pobre: un tipo que apenas cuenta; que la política además de con valores tiene que ver con correlaciones de fuerza y que los derechos efectivos son los que te puedes pagar.
            Uno, en el fondo, tiene la sensación de que por no haber querido tomarnos una taza de sentido común en su momento ahora hemos de tomar taza y media de neorrealismo. El 23 de febrero del 2009 Salvador Cardús ya dejó bien claro lo que había que hacer en la universidad catalana en una conferencia en Tribuna Barcelona. Entre otras cosas recordaba lo evidente: que la educación nunca ha sido gratuita en ningún nivel.
            Ante las duras medidas que se anuncian no sería honesto apiadarse del alumno que vegeta por las facultades y acababa aprobando por agotamiento de un profesorado que, por cierto, a veces ha estado más interesado en mantener una estructura que en garantizar la calidad de la enseñanza. En quien nos hemos de fijar es en el alumno capacitado que no dispone de suficientes recursos para seguir estudios universitarios. Si a este alumno lo abandonamos, dejándolo sin las becas necesarias, entonces lo que habremos recortado habrá sido nuestro sentido de la dignidad.

Ante el día del libro

Vía Disonancia. Gracias, Lourdes.

viernes, 20 de abril de 2012

Lecciones de la historia

La principal lección que podemos aprender de la historia es que la historia nos muestra todo, pero no aprendemos nada.

El 27 de abril de 1928 la revista sionista Jüdische Rundschau advertía de que "con lógica y hechos no puedes refutar prejuicios que están fijados profundamente en la sangre".

jueves, 19 de abril de 2012

¿Comprenderemos?

Acabo de leer lo que sigue hace un segundo y me parece que puede ser adecuado traerlo hasta aquí en un día como hoy:

"Nunca olvidaré el 24 de junio de 1922. Fue el día en que Walther Rathenau, un judío alemán que era el ministro de asuntos exteriores, fue asesinado. Era uno de los amigos más íntimos de Troeltsch. Ese día Troeltsch llegó tarde a su clase, y cuando finalmente llegó, mientras subía a la tarima, vimos que estaba pálido y nervioso. Dijo -y nunca olvidaré sus palabras- "Hemos estado hablando aquí sobre filosofía de la religión. Lo que hoy ha pasado, y de lo que no habéis sido informados, pertenece a esta materia. Walther Rathenau, uno de mis amigos más íntimos, ha sido asesinado por dos estudiantes de bachillerato que dicen ser nacionalsocialistas. Lo han matado porque era judío. Este es el inicio de la tragedia alemana. No soy capaz de dar clase esta mañana. Si habéis estado atentos a mis clases (...) comprenderéis que lo que hoy ha pasado es un capítulo importante de la filosofía de la religión".

Michael A. Meyer (ed), Joachim Prinz, Rebellious Rabbi.

Futesas gabachas

Para no hablar de los españoles, hablemos de los franceses, que es menos doloroso, pero dejadme deciros al menos que tengo la impresión de que debiéramos pedirnos perdón a nosotros mismos. De nuevo he comprobado que no nos importaría hundirnos siempre que tuviéramos oportunidad de ridiculizar al capitán por lo mal que lo ha hecho.
 



lunes, 16 de abril de 2012

sábado, 14 de abril de 2012

Nada

I
“Las memorias de Luis XVI se parecen a las de un montero. Leed las fechas más importantes, y os asombraréis de lo que anota. Escribe la palabra ‘nada’ en los días en que no ha cazado, pues para él son días perdidos. '11 de julio de 1789, nada; marcha de Necker; 12, víspera y reserva; marcha de los señores de Montmorin de Saint-Priest y de la Lucema; 13, nada; 14 de julio, nada’” (Hyppolyte Taine). 

II
“Por los días que precedieron a la Duma nacional, cuando todo el país se siente estremecido por las convulsiones, Nicolás II escribe: '14 de abril. Me he paseado con camisa-blusa ligera y he reanudado los paseos en lancha. He tomado el té en la terraza. Stana ha comido y paseado con nosotros. He leído.’ ‘14 de julio. Después de vestirme me fui en bicicleta al balneario y me bañé con deleite en el mar.’, '15 de julio. Me he bañado dos veces. Hacía mucho calor. He comido sólo con mi mujer. La tormenta ha pasado.’” (León Trotsky).

La servidumbre satisfecha

No hay nada en la vida comparable a la irrupción de tu nieto en casa gritando con su lengua de trapo "¡Yayo! ¡Yayo! ¡Yayo!".

Bien es cierto que el nieto utiliza al yayo de mascota y el yayo, sumamente obediente, se deja hacer mil perrerías. Ha tenido que llegar a estas alturas del camino para entender que lo de la "servidumbre voluntaria" no es nada comparado con la "servidumbre satisfecha".

miércoles, 11 de abril de 2012

El oteador de la niebla

Winslow Homer:  The Fog Warning (1885)
Via Museum of Fine Arts, Boston

Tanto decir, tanto decir que la política era una cosa de expansión de derechos...  y va y resulta que la política es lo que ha sido siempre: correlación de fuerzas. El que tiene más fuerza es el soberano y el que tiene menos fuerza obedece, por las buenas o por las malas. El forzudo lo mismo te puede imponer un cambio constitucional que una intervención. Hay países intervinientes y países intervenidos y los primeros son los que tienen el poder para decretar el estado de excepción. Nada nuevo bajo el sol. Los países pequeños sólo se pueden permitir el lujo de tener intereses económicos... cuyo dinamismo no controlan.

Mi cada vez más admirado Schmitt decía que en política el estado de excepción es equivalente al milagro en religión. La prueba de ello es que hoy estamos asistiendo en primera fila a un milagro. Es cierto que los descreídos de siempre simplemente no se creen lo que está pasando y con tal de no mirar a la naturaleza de las cosas cara a cara prefieren refugiarse en el consuelo de las teorías conspirativas, pero allá cada cual. El milagro está aquí y se pone de manifiesto en todo lo que hemos olvidado de golpe. ¿Quién se acuerda ahora de los derechos de tercera generación? ¿Quién de la cultura del ocio y del crédito fácil? ¿Nadie recuerda cuando ZP nos decía que nuestro crecimiento nos impulsaba con tal energía por el camino del progreso que en cuatro días superaríamos a Francia? Si hemos cambiado de vocabulario es porque se nos ha cambiado el mundo. Tanto, que ahora nos da miedo el futuro. No hay progresista que no esté dispuesto a firmar ahora mismo su conversión al presentismo del virgencita, virgencita, que me quede como estoy.

Me llaman la atención -relativamente, todo hay que decirlo- las caras de perplejidad de quienes no se acaban de creer que los derechos, los sacrosantos derechos, fueran tan frágiles. Pero en realidad no son frágiles los derechos. Los frágiles somos nosotros... especialmente si no tenemos fuerza para protegerlos. Por esta razón la política nos muestra su cara más genuina cuando nos sabemos empujados por fuerzas que no controlamos y que disponen de nosotros, interviniéndonos o no, según sea el caso.

La postmodernidad... ¿quién se acuerda de ella?

¿Y saben ustedes qué? ¡Pues que esto tiene pinta de que el milagro no ha hecho más que comenzar!

Por motivos que no vienen al caso estoy llevando a cabo una investigación muy interesante sobre la percepción de los niños catalanes tienen de la crisis. Sus sueños -que son los sueños que el presente les deja soñar- son los de los acosados por el azar: un refugio en el bosque. Son niños pesimistas que confiesan continuamente que el único refugio de que disponen es el de su familia. De una familia en que muchos niños han sorprendido ya a los padres llorando de miedo.

lunes, 9 de abril de 2012

¡Con lo fácil que es todo!

Quiñonero, comme d'habitude, en estado de gracia:
Sería muy fácil evitar esas críticas y complacer a quienes evocan otras alternativas económicas, políticas, sociales, otros modelos democráticos.
Bastaría con que España diese la espalda a Europa y saliese voluntariamente de la zona euro:
 Se recomienda una visita al Infierno.

Open Minded

Yoan Capote. Open Minded.

domingo, 8 de abril de 2012

sábado, 7 de abril de 2012

... y cada noche sábado

Leyendo a Ruiz Quintano, que escribe hoy sobre La Canina, he recordado un sarcófago romano que juega irónicamente con el precepto délfico que tanto impactó a Sócrates, "Conócete a tí mismo". Conocerse a uno mismo es, entre otras cosas, aceptar la propia mortalidad sin aspavientos. Pero hoy, mientras que no tenemos reparos en mostrar la carne viva en cualquier circunstancia y de cualquier manera, ocultamos la carne muerta. No se debe, por ejemplo, enseñarla a los niños, no sea que se vayan a traumatizar. El pecado de la carne es hoy el de la impudicia de la carne muerta. En los funerales ocultamos el cadáver y contratamos a músicos, para hacer de la muerte algo sentimentalmente etéreo. Nos cuesta entender que alguien esté dispuesto a dar la vida por nosotros, especialmente si después hemos de decidir qué hacer con su cadáver.



¿Cómo afecta todo esto a la percepción de lo noble? La nobleza se ha entendido tradicionalmente como la dedicación en cuerpo y alma a algo que es más grande que uno mismo. En la posibilidad de esta dimensión finalista de la existencia humana se encuentra la singularidad de lo humano. Si la eliminamos o la reducimos nos vemos abocados a tener que explicar lo humano a partir de lo infrahumano. Por ejemplo a partir de Darwin. Parece evidente que para preservar la integridad del cuerpo es del todo imprescindible resistirse a entregar la propia fidelidad a causas que nos exijan "demasiado".

Más cosas sobre La Canina: aquí y aquí.

viernes, 6 de abril de 2012

Cada día es viernes

Ninguna religión ha hablado más de la fe que la cristiana. Y cuando se habla mucho de algo es que eso de lo que se habla está muy lejos de ser evidente. Es decir, que hablamos de la fe porque es lo que más nos falta. Esta carencia sería letal para cualquier religión... excepto para el cristianismo, porque la duda le es inherente. Por eso mismo es la religión más extraña.

Seguramente lo que acabo de decir sorprenderá a más de uno, pero los hechos centrales del Evangelio muestran contundentemente a quien sepa leer esta centralidad de la duda. En el Evangelio se recoge, sin subterfugios, la duda de todo el mundo, hasta la del mismo Dios. No decía ninguna tontería Tertuliano cuando defendía que todo en el cristianismo es tan absurdo que no puede sino ser verdadero. 

El relato de la pasión de Jesús se abre, de manera aparentemente paradójica, con su entrada triunfal en Jerusalén entre los Hosannah del mismo pueblo que pocas horas después pedirá su condena a muerte a voz en grito, pasando sin solución de continuidad de la adhesión a la condena. Nada del otro mundo. Todo en el Evangelio es humano. Demasiado humano, incluso. Aún se mantiene vivo el eco de su llegada cuando Jesús celebra con sus discípulos la cena pascual. En el transcurso de la misma reconoce que uno de ellos lo traicionará y que Pedro, aquel sobre el que fundará su iglesia, renegará de él antes de que cante el gallo. Al concluir la cena se dirigen al Monte de los Olivos. Falta Judas. Pero en lugar de resaltar su ausencia, Jesús hace extensivo a todos lo que le ha dicho a Pedro: "Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche" (Mateo y Marcos). Apartándose de ellos, se arrodilla y comienza a orar: "Abbá, Padre, si quieres, aparta de mí esta copa" (Lucas, Marcos, Mateo). "De ser posible, aparta de mí esta hora" (Marcos). Esta imagen de un Dios arrodillado que teme la muerte y sufre por lo que es inevitable es de una grandeza impresionante. Lucas dice que su sudor "se volvió como gotas de sangre que bajaban hasta la tierra". Mateo y Marcos coinciden en que estaba triste y angustiado. Mientras tanto sus discípulos en lugar de orar a su lado, duermen (Lucas, Mateo). Y cuando vieron cómo lo hacían prisionero, su reacción fue abandonarlo y huir (Marcos). 

Es conducido a la casa del sumo sacerdote, donde según el testimonio unánime de los cuatro evangelistas, Pedro, efectivamente, negó por tres veces que lo conociera. "No conozco a este tipo", dijo exactamente. Marcos puntualiza que reforzó su negación con muestras de ira no exenta de palabras gruesas. A continuación fue llevado ante  Pilatos, que lo condena a muerte con su gesto de lavarse las manos. Fue crucificado en un lugar llamado Gólgota, que quiere decir La Calavera, entre los escarnios incluso de un criminal crucificado a su lado (Lucas). Murió en torno a la hora nona, tras exclamar con voz potente: "Eloí, Eloí, ¿lema sabactani?", Es decir, "¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?" (Mateo, Marcos). Esta es la hora más importante de su vida y la más grave del Evangelio. Es el momento que parece cerrar su estancia entre los hombres, pero su despedida tiene la apariencia de una duda blasfema. Nos cuesta entender lo que está aconteciendo.Cuando Benedicto XVI visitó Auschwitz se preguntó dónde se encontraba Dios mientras las grandes masacres del siglo XX estaban desangrando a la humanidad. "¿Por qué, Señor, permaneciste callado? ¿Cómo pudiste tolerar todo esto?". Algunos católicos consideraron estas preguntas desafortunadas, sin darse cuenta de que ya están presentes en el Calvario, donde el Hijo de Dios se siente abandonado por su Padre, cuyo reino ha venido a anunciar. 

Respecto a la resurrección, lo mínimo que se puede decir es que, de tan discreta, fue recibida por los seguidores de Jesús con reticencia. María Magdalena se encontró la puerta del sepulcro removida y por Marcos sabemos que sintió tanto miedo que tardó en transmitir a los discípulos lo que había visto. Cuando lo hizo, éstos no la creyeron. Según Lucas, incluso tomaron sus palabras como un delirio. Mateo, con una frase que parece una autoinculpación, se limita a decir que "algunos dudaron". Añade Lucas que antes que a sus discípulos directos, Jesús se presentó como si fuera un caminante a dos discípulos un poco marginales que iban camino de Emaús y se puso a caminar con ellos. A pesar de su proximidad y del diálogo que mantuvieron, tardaron mucho en reconocerlo. Cuando finalmente se presentó entre los once, les reprochó su incredulidad (Marcos), pero ellos lo recibieron asustados y con miedo, creyendo contemplar un fantasma (Lucas). Sólo creyeron en él cuando les pidió algo de comer. Juan afirma que Tomás era el más escéptico. "Si no veo en sus manos las señales de los Clavos y no meto mi dedo en el agujero de los Clavos y mi mano en su costado, no creeré", decía. 

De acuerdo con Juan, en una de sus apariciones mantuvo el siguiente diálogo con Pedro: 
- Simón, Hijo de Juan, me amas (agapas me) más que éstos? 
- Sí, Señor, tú sabes (oidas: es el mismo verbo que empleó para negar que lo conociera en casa del sumo sacerdote) que te quiero (philo se). 
- Apacienta mis corderos. Simón, hijo de Juan, ¿me amas (agapas me)? 
- Sí, Señor, tú sabes (oidas) que te quiero (philo se). 
- Apacienta mis ovejas. Simón, hijo de Juan, ¿me amas (phileis me)? 
- Señor, tú lo sabes todo (oidas). Ya lo sabes que te quiero. 
- Apacienta mis ovejas. 

El verbo de las dos primeras preguntas de Jesús es "agapáô". El de la tercera es "philéô", que es el mismo que ha empleado Pedro en todas sus respuestas. Finalmente parece que Jesús se conforma con recibir de Pedro el amor que éste le puede dar. Es bien singular este Dios que ama incondicionalmente a los hombres y se contenta con ser correspondido con el frágil amor humano. Tan singular, que el polemista pagano Celso desconfía de él. ¿No es imperfecto, se pregunta, un Dios con esta demanda de amor? Pero quizá el genio del cristianismo radica precisamente en la sospecha de que el amor, la fidelidad y la felicidad tienen una problemática vida en común y por eso nos remite a un amor, una fidelidad y a una felicidad que son fruto del deseo, sí, sin duda, pero por encima de todo, de la esperanza. Pero resulta que esa esperanza que tanto necesitamos para amar y ser amados es, precisamente, lo que más nos cuesta mantener, como el mismo texto del Evangelio se encarga de poner de manifiesto. Cuanto más aumenta nuestra perplejidad más comprendemos que quien no entiende el pecado no ama a los hombres. Por eso nada hay menos cristiano que el fanatismo.

jueves, 5 de abril de 2012

Amores cruzados

Katherine Mansfield estaba dispuesta a soportar las infidelidades conyugales, pero no a recibir en casa las cartas de la Princesa Bibesco, la amante de su marido. Para poner punto final a la situación, le escribió la siguiente nota: 
24 March, 1921

Dear Princess Bibesco,

I am afraid you must stop writing these little love letters to my husband while he and I live together. It is one of the things which is not done in our world.

You are very young. Won't you ask your husband to explain to you the impossibility of such a situation.

Please do not make me have to write to you again. I do not like scolding people and I simply hate having to teach them manners.

Yours sincerely,

Katherine Mansfield

La Princesa Bibesco, de soltera Elizabeth Charlotte Lucy, era hija de Herbert Henry Asquith, primer ministro británico de 1908–1916. En 1919 se casó con el príncipe Antoine Bibesco, un diplomático rumano asentado en Londres, que tenía 22 años más que ella y era amigo (¿demasiado amigo?) de Marcel Proust. Él es la persona que se encuentra tras el personaje proustiano de Robert de Saint–Loup, descrito como un aristócrata guapo y bisexual. Fuese como fuese, lo cierto es que Antoine no hacía, ni mucho menos, ascos a las señoras.  Rebecca West  (amante de H.G. Wells y Charlie Chaplin) lo describió como "a boudoir athlete".

De 1927 a 1931 Antoine fue embajador de Rumanía en Madrid y la Princesa Bibesco aprovechó la ocasión para hacerse amante de José Antonio, diez años más joven que ella. Azaña le dedica unas líneas en sus memorias, presentándola como una "loca que habla a gritos y acumula impertinencias." Sin embargo parece que poco a poco fueron congeniando y de hecho cuando fue encarcelado, ella movió a su favor los hilos diplomáticos que tenía a su alcance. También intercedió ante los gobiernos británico y francés a favor de su amante, José Antonio. Se conserva una carta que él le dirigió en inglés desde su prisión, en Alicante.  A José Antonio le dedicó diez años después de su fusilamiento su última novela, titulada "The Romantic". 


Sin palabras


miércoles, 4 de abril de 2012

Miércoles

—El tonto no se inquieta cuando le dicen que sus ideas son falsas, sino cuando le sugieren que pasaron de moda —enseña Gómez Dávila.

Jorge Bustos

martes, 3 de abril de 2012

Martes

"Hemos cometido errores. Hay que estar atento para asegurarse de que se está haciendo todo lo posible para que los niños sean lo primero. La estabilidad de los docentes, por ejemplo. Hay que asegurarse que la estabilidad de los docentes garantiza la justicia, sin por ello proporcionar un blindaje a la incompetencia."

 Randi Weingarten, presidente de la Federación Americana de Maestros, el segundo sindicato docente de los Estados Unidos, reconociendo en The Washington Post que los sindicatos han estado más preocupados por las condiciones de trabajo de sus miembros que por la mejora de la enseñanza.

lunes, 2 de abril de 2012

Lunes


"De hecho -escribe Leo Strauss por algún sitio-, todos los moralistas dignos de este nombre han reconocido alguna vez que la justicia pura e intransigente conduce a la cicuta, a la cruz o a la pira, más que a las ventajas de este mundo".

Uno de los grandes genios del siglo XX


Podría aducir mil razones para justificar su genialidad, pero si alguien necesitase alguna, que se fije en sus ojos. De todo cuanto dice, me quedo con esta frase:"I'm not essentially a happy person, but I have all kinds of joy. And there is a difference, you know."

La entrevista fue grabada el 10 de octubre de 1985, pocos días después de su 70 aniversario. Dos horas después murió de un ataque al corazón en su casa de Los Ángeles.

Vía Open Culture

domingo, 1 de abril de 2012

Domingo de ramos

François Miclo

“Parmi toutes les grandeurs du monde, il n’y rien de si éclatant qu’un jour de triomphe : et j’ai appris de Tertullien que ces illustres triomphateurs de l’ancienne Rome marchaient au Capitole avec tant de gloire que, de peur qu’étant éblouis d’une telle magnificence ils ne s’élevassent enfin au-dessus de la condition humaine, un esclave qui les suivait avait charge de les avertir qu’ils étaient hommes.” Nous sommes aujourd’hui, au Louvre, en 1662, et c’est ainsi que Bossuet commence son sermon du dimanche des Rameaux. Louis XIV est venu entouré de sa cour écouter le grand prédicateur, qui n’est pas encore évêque, mais simple prêtre. Ces hommes ont en commun, comme toute l’aristocratie, une valeur qu’ils placent au-dessus de tout : l’honneur. Or, Bossuet consacre tout son sermon à démontrer que l’honneur est toujours faux, vain, trompeur, mensonger.

Bossuet, ce n’est pas simplement Corneille servant la messe : c’est, avant toute chose, un homme de la Contre-Réforme. Lui, le jésuite, a médité l’enseignement de Vincent de Paul et de Pierre de Bérulle. Il entend, à son tour, retourner aux évangiles avec intransigeance, mais également avec beauté. Intransigeance et beauté, c’est le programme tout entier du renouveau catholique.

En démontant, devant le roi et la cour, le mécanisme de “l’honneur du monde”, Bossuet reste dans les clous de l’évangile du jour. Il va à l’essentiel. Le dimanche des Rameaux est un moment particulier dans le calendrier liturgique. Il annonce le Triduum pascal, qui conduira le croyant au coeur du mystère chrétien : la Passion et la Résurrection.

Mais il constitue également un moment en soi : c’est le triomphe à l’antique. Tout va bien. Mieux serait impossible. Jésus de Nazareth a fait beaucoup de terrain. Il a tenu des meetings harassants partout en Galilée (“Pierre, tu t’occupes de la sono ?”, “Judas Iscariote, les produits dérivés !”, “Henri Guaino : que ferais-je sans toi ?”) et il a décidé de monter à Jérusalem passer Pessa’h avec des proches – essentiellement des membres de son staff de campagne. À l’approche de la ville, la clameur monte : l’Élu est là ! Et l’ascension pateline vers les sommets se mue en apothéose. On l’acclame : “Hosannah !” (ce qui veut dire, à peu près en juif ancien : “Jésus président !”). Certains – qui n’ont pas compris que l’occupant romain ne parle pas encore italien – se mettent à crier : “Santo subito !” Les spécialistes, comme Jérôme Jaffré qui est de tous les bons coups depuis le Néolithique, pronostiquent une issue évidente : une élection à 70 % dès le premier tour. Sans se forcer, avec ses airs de roi des juifs normal, ce Jésus de Nazareth est un cador.

Puis, zim boum, zim badaboum, c’est l’accident bête. Tout s’accélère et s’obscurcit. Les mêmes qui l’avaient acclamé demandent sa mise à mort. Crucifié, enseveli, descendu aux enfers.

Évidemment, le dimanche des Rameaux n’est pas, pour les chrétiens, une fête politique. La question est théologique. Elle institue une différence radicale, et pour tout dire ontologique, entre la Jérusalem terrestre et la Jérusalem céleste, ce hiatus entre les deux propositions évangéliques : “Le royaume est parmi vous” et “ma royauté n’est pas de ce monde”.

Néanmoins, les Rameaux demeurent la plus politique des fêtes chrétiennes : elle illustre, d’abord, le principe que Jean-François Kahn a décrit sous l’expression : “Léchage, lâchage, lynchage”. Aux Rameaux, on lèche. Puis on passe la Passion tout entière à lâcher et à lyncher. Mais ce n’est pas qu’un phénomène politique. Après Elias Canetti dans Masse et puissance, René Girard a montré tout l’enjeu anthropologique de ce phénomène qui appelle des groupes humains à passer, d’une manière quasi instantanée, de l’adhésion au rejet, de l’amour à la haine. Comment une telle possibilité nous est offerte de vouloir détruire ce que nous avons tant désiré ? Ce que la philosophie nous apprend avec de grands mots et de longs discours, Aragon l’a écrit et Brassens l’a chanté : « Rien n’est jamais acquis à l’homme Ni sa force / Ni sa faiblesse ni son coeur Et quand il croit / Ouvrir ses bras son ombre est celle d’une croix / Et quand il croit serrer son bonheur il le broie / Sa vie est un étrange et douloureux divorce / Il n’y a pas d’amour heureux. »

Le génie du christianisme est d’insérer, avec violence, un coin dans l’idée que l’amour et le bonheur sont condamnés à vivre leur vie séparément. Il nous apprend qu’il existe un amour et un bonheur qui ne sont pas fruits du désir, mais de l’espérance. C’est le sens du dimanche des Rameaux : toute promesse est ailleurs.

Sigue AQUÍ (en clave electoral francesa)

La violencia estructural

Ha llegado la hora fatal de los sociólogos de baratillo. Tras los hechos periféricos de la manifestación del jueves, la escandalera informativa y, ahora, los sociólogos.

Vamos por partes.

Me temo que voy a decepcionar a alguno de los clientes de este café, pero mi agente provocador y yo asistimos a la manifestación del pasado jueves. Les ahorraré los argumentos que me animaron a ir, pero se los puedo resumir con la expresión latina "in dubio, pro reo". Hicimos el recorrido siguiendo a pocos metros a los líderes de los sindicatos convocantes. Dicho sea de paso: yo creo que este país tiene un chollo con los sindicatos que tiene y que el juego tan de moda del tiro dialéctico al sindicalista le hace un flaquísimo favor a la democracia, pero este es otro tema. La manifestación, ¿qué quieren que les diga?, me pareció bastante sosa, por no decir aburrida. Eché en falta un poco de inspiración en las consignas (que por cierto, los manifestantes seguían con una tibieza evidente). Ya no se grita con gracia y eso desmoviliza mucho, lo cual es letal para cualquier manifa. Además los líderes sindicales, al menos los catalanes, no están para competir por un premio de retórica. ¿Es mucho pedir que digan tres frases sin colar un anacoluto? Fíjense ustedes cuál sería mi estado que hasta recordé con melancolía aquella manifestación contracultural del primero de mayo del 79 en que asistí pasmado, recién llegado de Pamplona, al espectáculo de unos manifestantes muy serios gritando por la calle Aragón "Juan Carlos, escucha, Sofía está en la ducha" y cosas de tono más procaz en las que se le advertía a "Juan Carlos, macho", de lo que Sofía, supuestamente, hacía con Camacho.

Y estando la marcha aburrida a uno se le va mirada del horizonte y se le pierde por cuestiones colaterales. Por eso podíamos ver arder algún contenedor en los cruces de las calles próximas. Era bastante fácil deducir quiénes eran los responsables y qué se proponían. Cuando la manifestación acabó, con la Internacional (yo ya no estoy en condiciones de cantar lo de "famélica legión") y El cant dels Segadors, intentamos alcanzar la Plaza de Cataluña para tomar el tren, pero nos lo impidió una nube de gas lacrimógeno, así que tuvimos que ir dando un rodeo hasta Arco de Triunfo, donde nos enteramos que el último tren ya había salido, así que la manifestación nos costó una pasta de taxi.

Uno que ha visto manifestaciones fuertes por Navarra, ve esto de Barcelona desde una cierta distancia. Y la verdad es que, sin minusvalorar su gravedad, no me parece que merezcan tanto aspaviento. Por supuesto, es condenable el gamberrismo ideológico, pero más que rasgarse las vestiduras delante de las cámaras, lo que hay que hacer es actuar con diligencia, inteligencia y discreción. Que para eso está la policía. La publicidad que se les está regalando a los vándalos es impagable. ¡Mira que se han dicho cosas terribles estos días! Incluso un periodista que personalmente tiene todo mi aprecio llegó a comparar los hechos del jueves con la Semana Trágica. Hombre... entre quemar containers y quemar conventos hay una diferencia notable. Los revolucionarios de hace un siglo querían, de verdad, hacer la revolución, estos muchachos sólo se hacen autopropaganda, a la cual contribuye mucho el escándalo de algunos políticos cuya ineficiencia ya no se puede ocultar más tiempo.

Pero lo más insufrible es que, como las desgracias nunca vienen solas, ahora parece haber llegado la hora de los sociólogos y como, por lo que se ve, la mayoría son muy buena gente, la mar de objetivos y con el corazón "más bien a la izquierda" (expresión que es una de las manifestaciones más cursis de la beatería moderna), después de decir que está muy mal quemar containers y asaltar tiendas, advierten de que no nos hemos de olvidar de "la violencia estructural", que es lo realmente preocupante y la raíz de todo el asunto.

Esto de la violencia estructural a mi me recuerda al "pecado estructural" de los teólogos de la liberación, que es un pecado con un pecador sin rostro. La cosa es paradójica, pero a los teólogos de la liberación la paradoja les resultaba útil para explicar que ellos estaban a favor de las víctimas del pecado estructural. Esto es lo mismo que nos vienen a decir los de la muchachada antisistema barcelonesa, con la diferencia que ahora son ellos los que se presentan como víctimas y, por lo tanto, de acuerdo con la lógica de la razón victimológica, como los cargados de razón. Los sociólogos que aparecen estos días por los medios de comunicación se presentan como los encargados de dar certificados de inocencia a las víctimas. Sí, nos vienen a decir, está mal lo que hacen, pero es que están desesperados. No miréis lo que hacen, mirad lo que padecenpor culpa de la violencia estructural.

Yo no tengo manera de saber lo que padecen, pero sospecho que la condición de víctima es una condición más desgraciada que honorable. Yo, al menos, no la quiero ni para mí ni para los míos. Lo noble, más bien, me parece que es no dejarse atrapar por la razón victimológica. Insisto: No sé cuánto padecen y no tengo por qué dudar de que muchos lo estén pasando muy mal,  pero sí sé, con completa seguridad, que el acto de quemar un container o de asaltar un comercio no es fruto de la violencia estructural, sino de una decisión libre (prefiero no considerar la alternativa de la enajenación mental). Lo hicieron porque quisieron. 

El guionista caprichoso

 I A eso de las cuatro de la tarde ha sonado el teléfono. Era una de esas llamadas que esperas que nunca lleguen y que cuando llegan, siempr...