domingo, 21 de noviembre de 2010

Ciencia y antropología

Son abundantes los científicos que dirigiéndose al hombre le piden que deje de creer en fantasías para poder llevar una vida racional, es decir, científica, cuando debieran exigirse a su mismo dar cuenta de la complejidad humana, sin despreciar nada de lo humano por ser demasiado humano, para merecer el nombre de científicos.

7 comentarios:

  1. Son abundantes los filosofos que dirigiendose a los cientificos les piden que dejen de creer en una vida racional para poder llevar una vida compleja, es decir, filosofica, cuando deberian exigirse a si mismos dar cuentas del metodo cientifico, sin despreciar nada de la vida racional por ser demasiado racional, para merecer el nombre de filosofos.

    ResponderEliminar
  2. Un filósofo que no sea racionalista no sé si merece el nombre de filósofo. Otra cosa saber de qué racionalidad estamos hablando. ¿La racionalidad propia de las cosas humanas es la misma que la de las cosas no humanas?

    ResponderEliminar
  3. No tengo inconveniente en añadirle que si las cosas humanas y las no humanas son noéticamente homogéneas, es decir, si la manera de estudiar las cosas humanas y las cosas no humanas no requiere ninguna diferencia cualitativa esencial o, en otra formulación quizás más radical, si las ciencias naturales no tienen necesariamente por objeto una reducción del mundo de la vida, entonces, estoy completamente equivocado, cosa que podría perfectamente suceder.

    ResponderEliminar
  4. La vida da para mucho cuando es vida. Da para filosofar y para hacer ciencia, para imaginar etc. Solo hay un modo de razonar bien y no sirve para entenderlo todo.

    ResponderEliminar
  5. Creo que tienes parte de razón Gregorio. La verdad es que en ocasiones parece que algunos científicos, y también no científicos, estén empeñados en encontrar la respuesta más alejada de todo lo que podemos calificar como "íntimamente humano", como si la verdad residiera en una especie de masoquismo autodestructivo de todo anhelo o esperanza humana.
    El racionalismo es básico en cualquier indagación científica pero, ¿en qué medida ser racional tiene que equivaler a ser un cínico, un desconfiado eterno de la naturaleza humana y de este mundo, a buscar respuestas para las personas a pesar de las personas?

    ResponderEliminar
  6. Creo que tiene razon que las cosas humanas y las no humanas requieren metodos distintos; como economista lo que hago tiene muy poco que ver con lo que hace un fisico en el laboratorio. Pero supongo que entendi lo de la "vida racional" de forma mas amplia.

    Puedo poner un ejemplo, para suplir mis carencias expresivas. Pongamos la religion. Uno puede (1) creer en lo que su religion diga, y hartarse de teologia, y creerse en su derecho de imponer ascensores que suben solos los sabados; o (2) intentar entender porque la religion es omnipresente. Creo que por (2) uno puede ir por muchos caminos, y en mi opinion los mas satisfactorios reducen la religion al mundo de las cosas no humanas (neuro-evolucion y memes y cosas asi). Uno puede seguir creyendo a pesar de ir por la ruta (2), pero (si es honesto) va dejar la religion en la esfera estrictamente privada.

    Digamos que yo pido que todo el mundo haga almenos un esfuerzo por la segunda ruta.

    ResponderEliminar
  7. rA: Ma parece que la religión (la religión teísta) sólo encuentra su lugar en la esfera privada allá donde hay una religión patriótica capaz de dotar al espacio público de un simbolismo propio. El sueño liberal de vaciar el espacio público de símbolos para que puedan tener cabida en él todas las diferencias es eso, un sueño.
    En mi opinión a favor de la religión actúan dos fuerzas complementarias:
    1. La de la dimensión simbólica de un hombre que necesita integrar su experiencia de la finitud en una explicación coherente del todo.
    2. La de la dimensión simbólica del Estado que necesita sustentar la ley en un soporte más firme que el de la aritmética parlamentaria.

    ResponderEliminar

El guionista caprichoso

 I A eso de las cuatro de la tarde ha sonado el teléfono. Era una de esas llamadas que esperas que nunca lleguen y que cuando llegan, siempr...