martes, 9 de septiembre de 2008

Vigencia de Santayana


Estoy leyendo los Diálogos en el limbo de Santayana y me vuelvo a encontrar con su escritura elegante y precisa y con la plena vigencia de su pensamiento. Con la necesidad que tenemos de maestros, ¿cómo es que despreciamos con olímpica ignorancia a los que de verdad pueden enseñarnos? No lo sé. Y tampoco me propongo adivinarlo. Me conformo con disfrutar de la inteligencia de este filósofo cabal, de la que os ofrezco una muestra a continuación.

Una vez el mundo entero era un jardín en que un niño tierno y rubio, que se llamaba Autólogos, jugaba y parloteaba a solas. Había por cierto una anciana que cuidaba el jardín, una diosa disfrazada; pero vivía en una cueva y sólo salía de noche, cuando el niño estaba dormido, porque, como el murciélago y el astrónomo, veía mejor en la oscuridad. Tenía una afilada podadera puesta en una larguísima pértiga, con la cual podaba silenciosamente todos los árboles y arbustos del jardín, hasta las ramas más altas, cortando los vástagos muertos y haciendo caer nubes de hojas secas; y muchas veces, murmurando para sí misma agrias palabras ininteligibles, cortaba una flor, o bien un capullo, de suerte que el niño al despertar los echaba de menos y no podía imaginar qué había sido de ellos. Ahora bien, el niño, jugando, ponía nombre a todas las cosas que le agradaban o desagradaban; y a la rosa la llamaba Belleza, y al jazmín Placer, y al jacinto Dulzura, y a la violeta Tristeza, y al cardo Dolor, y al olivo Mérito y al laurel Triunfo, y a la vid Inspiración. Gran contento le daban todos estos nombres, y tanto aumentaba su interés hacia esas flores y plantas, que pensaba que tales nombres eran sus almas. Pero un día, habiéndose herido con las espinas de una rosa, le cambió el nombre por el de Amor; y esto lo movió a pensar por qué había puesto aquellos nombres determinados a cada cosa más bien que otros totalmente distintos; y el niño empezó a sentirse más viejo. Estaba rumiando este problema, y había dejado de jugar, cuando entró en el jardín un hombre envuelto en un manto negro. Era un botánico y dijo: “Poco importa qué nombres les des a las flores, porque ya tienen nombres científicos que indican sus verdaderos género y especies; la rosa no es más que una rosa, y no es Belleza ni Amor; y así todas las otras flores. Son simplemente flores y plantas, y no tienen alma”. Al oír esto el niño empezó a llorar, con gran fastidio del botánico, a quien, como era hombre ocupado, le disgustaba la emoción. “Al fin y al cabo”, agregó, “ess nombres tuyos no harán daño alguno, y puedes seguir usándolos si quieres, pues son más hermosos que los que describen verdaderamente las flores, y mucho más cortos; y si la palabra alma te es particularmente preciosa, hasta puedes decir que las plantas y flores tienen alma: sólo que, si deseas ser un hombre y no siempre un niño, debes comprender que el alma de cada flor no es más que un nombre para su modo de vida, que indica cómo despliega sus pétalos por la mañana y los cierra acaso por la noche, como tú los ojos. Nunca debes suponer que, porque la flor tenga alma, esta alma haga otra cosa que lo que veas hacer efectivamente a la flor”. Pero el niño no se consoló, y cuando el viento hubo secado sus lágrimas, contestó: “Si no puedo dar a las plantas y flores hermosas nombres que sean en realidad sus almas, y si no puedo contarme a mí mismo cuentos verdaderos acerca de ellos, no jugaré más en el jardín. Y puedes quedarte con todo él y ponerte a herborizar, pero te odio”. Y el niño se fue a dormir esa noche muy acalorado y enfadado. Entonces, tan silenciosa como la reptante luz de la luna, la vieja salió de su cueva y fue derechamente al lugar en que el niño dormía y dándole un gran tajo con su podadera le cortó la cabeza; y se lo llevó a la cueva y lo enterró bajo las hojas que habían caído esa misma noche, que eran muchas. Cuando a la mañana siguiente volvió el botánico y vio que el niño se había ido, se quedó muy perplejo, “¿A quién –se decía- le voy a enseñar ahora botánica? Ahora no hay nadie a quien le interesen las flores, pues yo no soy más que un profesor, y si no puedo enseñar a nadie los nombres exactos de las flores, ¿para qué me sirven las flores a mi?”. Tanto le agobió al pobre esta idea, que perdió el conocimiento por completo, y como, ante todo, estaba muy marchito, pronto quedó reducido a unos duros tendones y huesos, como los nervios de una hoja seca; y aun esos restos no tardaron en desmenuzarse, y así se evaporó del todo. Sólo quedó su manto negro, para delicia del trapero. Pero la diosa en forma de vieja siguió podando el jardín y no pareció que cambiara en nada sus costumbres por la muerte del niño y el botánico.

13 comentarios:

  1. ¿Qué se busca real y exactamente en un blog? A ver,a ver...no me lleve una solemne decepción...Me puede contestar todo el mundo,no pongo límites.Gracias,por si hay algún alma caritativa que desea enseñar al que no sabe y hace juntamente una obra de misericordia conmigo y mi ignorancia sobre este tema.

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  2. Depende...
    ¿Una pizca de inteligencia? ¿Algún saber medio perdido en las brumas de la memoria? O, sencillamente, que alguien cuelgue un texto que, por unos instantes, te ilumine.
    Es éste el caso en el que nos encontramos, Mabel.

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  3. Leyendo estos días a Oakeshott, he encontrado lo que me han parecido numerosas coincidencias en la custión de religión, moral, etc. con Santayana.
    Ya de paso, un apéndice a lo comentado hace unos días (por si le interesa):

    http://www.neh.gov/news/humanities/2008-09/South_Bend_Artists.html

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  4. La presencia de Santayana fue muy relevante en USA y, efectivamente, aparece, nominada o innominada, en todos los debates filosóficos relevantes al menos hasta los años cincuenta.
    Ya voy acabando la biografía de Rorty, que leo poco a poco, a medida que puedo restar tiempo a los compromisos. Me asombra descubrir cómo mientras en Europa andábamos aún envueltos en el existencialismo y el estructuralismo (a finales de los setenta del siglo pasado), las universidades norteamericanas comenzaban a liberarse del peso de la filosofía analítica y se abrían a corrientes de todo tipo.

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  5. Mi pretensión no era,ni por asomo,que me respondiera el Sr.Luri.Gracias a adu1.

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  6. Vigencia es decir poco. En 1921 caló como nadie a los que ahora están tan de moda en el ensayo The Irony of Liberalism. De rabiosa actualidad.

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  7. Alguna vez,encorvada mi espalda por el trabajo con el que sudo mi frente y me gano el pan que me alimenta y la ropa que me viste y el lecho donde yago y todo eso que ya escribió Machado,tengo un resquicio pensador que me pregunta,¿Dé donde saca tanto tiempo tanta gente para estar siempre pegada a un blog con elucubraciones ,comentarios,respuestas,retoques,más respuestas y más retoques y así todo el tiempo del mundo o casi?Continúo con mi espalda y todo lo demás.No tengo todo el tiempo del mundo;no sé si es un infierno o un paraíso,aunque me decantaría por lo último.Igual están jubilados.O nacieron millonarios.

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  8. O a lo mejor todo lo que has dicho explica por qué el país va como va. A lo que yo contribuyo todo cuanto puedo, proclamo.

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  9. ¿Te estás refiriendo a mí?Como no dices nombres,súper....Pues si el mundo va así,como un poco mal, es por los que trabajamos?Vaya ,voy a tomar nota de la frase.Igual va así porque nedesita menos elucubraciones solaces para unos pocos que al fin y a la postre necesitan de los brazos de quienes plantan lechugas y tomates y peras y amasan el pan y mientras lo hacen piensan un poco,cantan,rien y siguen trabajando.Gracias,súper por comprar sus productos.Tú y los privilegiados de la vida continuad naïfs para siempre.Si no sabéis (o no queréis contribuir en más,qué se le va a hacer?)Yo voy a continuar vendiendo peras y manzanas y escoubidu biduahhh que es lo que me tocó hacer en la vida.Ah y gracias,reitero,por comprarlas.Tú y el largo etc continuad rascándoos la cabeza y mesándoos los cabellos.No está mal.Perdona,pero mi trabajo me espera.!QUÉ SUERTE HE TENIDO DE NACER!(de nacer como soy)

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  10. Bueno, oféndete lo que quieras donde no hay ofensa ninguna, empezando porque sólo hablaba de mí mismo. Lo que sí que está claro es que si en tantas y tantas oficinas se permite el acceso a Internet, donde malgastamos el tiempo porque nadie asume responsabilidades ni es capaz de organizar el trabajo, es simplemente para que no cante todo demasiado. Cada uno contribuye al Carnaval del mundo como puede.

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  11. Bueno,tus últimas frases me han parecido más convincentes.Pero,no me negarás que hay algunos posts y comentarios ofensivos.Yo no me ofendo,a no ser,que la cosa sea muy gorda,más bien imagino y aprendo.No vendo peras ni manzanas,como habrás comprendido,pero no me gustan excesivamente los blogs tan prioritarios .La vida hay que vivirla prácticamente sobre todo.Gracias súpersan...por contestarme,ya sé que Gregorio,no lo hace puesto que está enfadado conmigo sempiternamente.
    Cuando quieras vamos a un mercado y compramos de todo lo necesario para vivir,deinde filosofaremos.Si no quieres venir,yo voy sola y no pasa nada.Primero vivo deinde filosofaré sólo si me apetece,puesto que no soy muy filosofona.Saludos a todos.

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