miércoles, 12 de marzo de 2008

La inquietante expansión de derechos

No sé si lo leísteis ayer en la prensa. En resumen: Los Lichy, un matrimonio británico (diré en su descargo que él se llama "Tomato"), son sordos, y quieren que su segundo hijo sea sordo. Se llevaron una gran alegría cuando descubrieron que el primero lo era y temen que el segundo pueda oír. Así que están dispuestos a recurrir a la ingeniería genética para garantizar su sordera.

¿Os sorprende?

Pues los Lichy están convencidos de la nobleza de sus intenciones, porque ser sordo en realidad no es una discapacidad, sino la condición de miembro de una minoría cultural.

El padre lo ha declarado así a The Observer: "Ser sordo no significa una discapacidad o ser médicamente incompleto, significa formar parte de una minoría lingüística. Estamos orgullosos, no del aspecto médico de la sordera, sino del lenguaje que utilizamos en la comunidad en que vivimos", añade.

Vivimos tiempos extraños.

Recuerdo el caso, que se hizo famoso hace unos años por la polémica que generó, del psicólogo americano Gregg M. Furth (en su descargo diré que había estudiado en el Instituto Jung en Zurich) que decidió amputarse una pierna sana, no porque quisiera pertenecer a una minoría cultural, sino porque si era dueño de su cuerpo, ¿qué se lo impedía? Contó incluso con la colaboración de un cirujano, Robert Smith. Incomprensiblemente las autoridades médicas se opusieron a este gesto de expansión de las libertades y derechos de la persona.

Los interesados, disponen de abundante información en Internet sobre los dos casos.

30 comentarios:

  1. Con respecto al segundo caso recuerdo vagamente aquello porque apareció en el hábitat del unicornio. Y creo que no es un caso nada aislado. No sé qué pensar (parece enfermedad mental, ¿no?). Vamos, yo no. Pero la gente se tatúa masivamente, se escarifica... Hace poco pensaba hacerme un tatuaje de labios (quedan muy bonitos o al menos a quien se los conocí). Llevaba años gustándome la idea. En cuanto me dijeron que iba a durarme una semana la costra y que esa semana tenía que beber en pajita para evitar las infecciones...¡Ay la realidad! se acabó la idea (ni en los labios ni en ninguna parte. Dolor gratuito NO, gracias. Luego hay algo que se llama devotos (creo) que son aquellos amantes de las personas con mutilaciones. Tienen clubes y todo eso. Algo alucinante... Siempre la mente está detrás. No su complejidad sino sus complejos.

    Luego el tema de los sordos. Al leer las líneas donde ''ellos se explican'' recordé al hombre que me vino a dar aquella clase. Un presidente de una asociación de sordos. Un hombre muy orgulloso e intransigente (soberbio). De todo, de él mismo, de su lengua. Nos dio la sensación de ser un sectario. Es decir, la minoría marginal se arropa. Y el ghetto se convierte en el núcleo atractivo, excluyente de la masa. Dicen que la comunidad sorda es muy mal tomada. Yo pienso en lo siguiente: soy muy miope. Y si me quito las lentillas no veo tres en un burro. Cada vez que se ha dado el caso... he empezado a pensar cosas raras porque mi incapacidad me aísla. No dura mucho, claro. Sea como sea las gafas siempre andan a mano y solucionan el problema. ¿Pero y si el problema es una constante? Creo que la diferencia te marca. Y creo que al principio duele pero como el ser humano se supera es capaz de convertir la diferencia en una marca divina. Creo es hubris. Lo de mutilarse, lo de manipular genéticamente a otro para restarle posibilidades. Es un signo de estulticia porque sea como sea su hijo pueden aprender su lengua como yo intenté aprenderla. Mi limitación verdadera es esa, mi alma no puede comprender esas cosas...on Gregorio

    Ahora entre operarse los pechos y el pene, para admirarse o ser admirados, y querer que a uno le mutilen para ser admirado con pena. .. creo que la diferencia sólo reside en lo que a uno le gusta provocar. Y es que nunca estamos contentos con nosotros. Pero es más dentro donde no podemos estarlo.

    KSNDR

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  2. Lástima que no tenga ningún derecho sobre la amputación de mi dolorosa hipoteca, Don Gregorio...

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  3. Veo en esta escena tres complejos problemas de Bioética, no solamente el de los derechos:
    1.- La manipulación genética
    ¿Y si fueran los demás (sociedad) sordos incluido el ingeniero genético y tan solo esa especial família oyera? ¿Sería lícita la manipulación genética para mejorar las capacidades de la especie y poder oír?.

    2.- El de los derechos
    ¿Y si… se le pudiera preguntar al feto, lo que él quiere?

    3.- El de los valores sociales
    ¿Y si… vivieran en una isla desierta que fuera un paraíso terrenal donde solo habitan la família de sordos junto al ingeniero sordo?

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  4. El fascismo parental en su máxima plenitud.

    Si un ciego tuviese la oportunidad de ver y a pesar de ello decidiese permanecer ciego, por pertenecer a una minoría, allá él con su idiotez (o con inteligencia, quién sabe, a lo mejor le conviene permanecer ciego por cuestiones económicas o sociales).

    Ahora bien, ¿qué derecho tiene un ciego a privar de la vista a su hijo por una obsesión maníatica particular?

    Si los enfermos mentales deberían ser tratados o no es una cuestión discutible siempre que su enfermedad mental no afecte a otros. Ese es el caso del que se quería cortar la pierna, pero es qué no es el suicidio lo mismo: si soy dueño de mi vida puedo quitarmela, ahora hemos de considerar si el suicidio debe tratarse o no, en el caso de la pierna no es muy diferente.

    Como lo leí hace poco, me recuerda al personaje Kirillov de "Los demonios" de Dostoievski, que decide suicidarse tras haber llegado a la insana conclusión de que es la única forma de demostrar que es libre de todo Dios.

    Nadie tiene derecho a privar a nadie de sus capacidades naturales, espero que esa majadería no se lleve a cabo. Ya no es suficiente el "derecho a adoctrinar" de los padres y la sociedad en su conjunto que ya hasta se plantea poder fabricar humanos a medida aunque sean éstos castrados.

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  5. Con un caso como este empieza el libro de Michael Sandel titulado "Contra la perfección".
    Diu així:
    "Hace algunos años, una pareja decidió que quería tener un hijo, preferiblemente sordo. Las dos integrantes de la pareja eran sordas, y estaban orgullosas de serlo. Al igual que otros miembros de la comunidad "Orgullo sordo", Sharon Duchesneau y Candy McCullough consideraban la sordera como identidad cultural, no como una discapacidad que debiera curarse. "Ser sorda es un estilo de vida", decía Duchesneau. "Nos sentimos completas siendo sordas y queremos compartir con nuestros hijos lo que tiene de maravilloso nuestra comunidad de sordos: el sentimiento de pertenencia y conexión. Realmente sentimos que vivimos vidas ricas como personas sordas".
    Con la esperanza de concebir un hijo sordo buscaron a un donante de esperma con cinco generaciones de sordos en su familia. Y tuvieron éxito. Su hijo Gauvin nació sordo."

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  6. No entiendo a los Lichy. ¿Acaso no puedo yo, que no soy sordo, incluirme voluntariamente en esa minoría cultural, aprendiendo su lenguaje? ¿Es necesario que pierda el oído para pertenecer a esa minoría?

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  7. El problema vendrá cuando, el niño sordo prefiera (según su propia libertad), pertenecer a la mayoría que oye (también cultural) ¿Y no podrá? Pobrecillo.

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  8. El problema es decidir sobre la libertad de terceros , en este caso el futuro hijo , máxime utilizando técnica medicas , no para un fin curativo o de bienestar , según la ciencia medica , sino para crear una patología con la que se cree vivir mejor .
    La soberanía de la libertad individual , admite mutilaciones tatuajes ....incluso el propio suicidio que no esta penado , la ayuda al suicidio si , aunque cualquier medico alegando su código profesional o ético , puede negarse a practicarlo , pero el derecho individual existe .Sin embargo cuando entran intereses de otras individualidades , dudo les dejen utilizar la manipulación genética .

    Cosa diferente seria si ellos lo trasmitieran sin ninguna ayuda medica .Casos de progenitores que deciden tener hijos sabiendo que trasmiten patologías los hay .

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  9. Judith Rich Harris, la pensadora que escribió "El mito de la educación", libro que no me cansaré de recomendar como fundamental, diría algo parecido a lo que dijo acerca del por qué de la piel blanca y sin pelaje del homo sapiens: lo llamó "selección parental" y sostuvo que se trató de una selección de los padres tendente a preferir los hijos se parecieran lo menos posible a los animales de los que se consideraban "grupo aparte". No viene al caso discutir aquí si en ese caso se extralimitó anticientíficamente intentando hacer caer en el saco de su teoría todo lo que encontraba, pero... lo que sí me parece que encaja en su teoría de la grupalidad congénita humana es el caso de los padres sordos. ¡Una evidencia más que para mí confirma esa teoría!

    Nacho: no es fascismo o stalinismo parental, o no lo es más que en todos los casos humanos, lo que hace de la calificación algo vacío por genérico (en parte ya te contesté en otra parte acerca de esta tendencia que se tiene por costumbre). Los que estamos vivos hoy lo estamos a causa entre otros motivos que a esas selecciones parentales y grupales. Y quizás las rechacemos por no salirse de las prácticas que acepta nuestro propio grupo, lo que también es normal. En todo caso, si nuestro grupo puede imponerlo, que lo haga y no permita de una buena vez que haya sordos. ¡A qué tantas contemplaciones! ¡Ni sordos ni velos ni burcas! Y no lo digo en broma... ¿O eso parece?

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  10. Hemos matado a Dios y nos quedamos antes nuestros deseos sin demasiados criterios.
    Pero si aceptamos que cada uno tiene absoluta legitimidad para planificarse autónomamente su forma de vida, deberíamos tener sumo cuidado con no imponer nuestros criterios a los otros. A no ser que afirmemos que tenemos derecho a imponer nuestra forma de vida todos los que dependen de nosotros.
    La cosa se complica a medida que el "nosotros" se amplia, porque si decidimos vivir en el seno de una red de copertenencia, hemos de estar sujetos a leyes.
    Y las leyes es lo que nos impide que nos rijamos exclusivamente por nuestros deseos.

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  11. "o no lo es más que en todos los casos humanos", exactamente, no lo es más (si a caso es una cuestión de grado). Como la palabra fascismo puede quedar reaccionaria, digamos pues autoritarismo parental.

    La cuestión es si se deben "naturalizar" los derechos hasta aceptar que las neuras sociobiológicas puedan escribir las leyes. Si se naturalizan los derechos hasta ese punto no debemos quejarnos pues de que la gente sea adoctrinada en ideologías xenofóbicas, al fín y al cabo es algo natural; y así muchos más ejemplos.

    Hay ciertas cuestiones que no debrían ser forzadas por los padres en sus hijos, digo yo que la evolución nos ha podido llevar hasta el punto de comprender que eso es lo mejor para un sano desarrollo de los mismos. Por supuesto ya sería el colmo permitir privarlos de algo que les pertenece por el simple hecho de existir.

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  12. Lo que está claro es que, contra toda lógica, decidieron ser imbéciles y lo consiguieron.

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  13. Hemos matado a Dios y nos quedamos antes nuestros deseos sin demasiados criterios.

    ¿Hay mucha diferencia entre querer que mi hijo sea sordo, como yo, o que sea católico, como yo (o budista, musulmán, judío, mormón)? ¿Quién decide si hay diferencia?

    Sólo pregunto. Por supuesto que lo del sordo me parece aberrante.

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  14. No hay ninguna, el adoctrinamiento religioso esta casi al mismo nivel que la privación de facultades naturales. "Si alguien es demasiado pequeño para el sexo, lo es también para la religión".

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  15. Hay que ver cúanto papel de fumar hay por aquí hoy.

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  16. El fascismo parental es antiguo y se presta a extraños experimentos como aquel de aquella señora con su hija Hildegard, que cuando intentó rebelarse, se la cargó. Bueno, uno mismo que se corte lo que quiera, ya sea por no pecar o por ser dueño de 'él' pero los descendientes deberían estar protegidos, aunque no sé exactamente como ni por quien.

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  17. He estado pensando en lo que dice don Gregorio, a mí lo que me impide que acomode mis deseos a lo Natural no es la ley, es el respeto del Otro.

    No necesito leyes para saber que donde piso yo es mi parte y donde pisa el otro es la suya, mientras ninguno movamos los pies. Creo que me entiende.

    Pero sí, menos mal que existen las leyes. Porque no creo que todo el mundo (aunque sé que muchos sí) piensan como yo.

    No me considero mejor. No me considero peor. Considero tan importante al Otro como a mí.

    besos, con vino del Bierzo.
    Es tarde pero estoy ambientándome en mi viaje, ya sabe... San Jean Pied de Port seguro :)

    KSandra

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  18. Dos opiniones:

    1) Por regla general, porque es lo natural, lo normal y lo adecuado, los padres buscan lo mejor para sus hijos. Pueden equivocarse (todos somos humanos y erramos), pero por temor a equivocarse no van a dejar de actuar y tratar de procurarle lo mejor a sus hijos. Eso ni es fascismo, ni sobreproteccionismo, ni nada por el estilo.

    No sé si los que hablan aquí tienen hijos o no, pero si los tienen (y si no, cuando los tengan), les procurarán todo lo mejor que esté en su mano: buena educación, buena alimentación, buen descanso, cariño... también tratarán de protegerlos de lo que ellos consideren que puede hacerles daño: no les permitirán jugar con aparatos eléctricos en la bañera, o correr cerca de un precipicio.

    Si piensan que unas determinadas creencias pueden ayudarle material o espiritualmente, también le procurarán lo mejor en ello. Eso NUNCA puede ser considerado "fascismo" o "autoridad parental" en sentido negativo. La autoridad parental no sólo es beneficiosa, sino que además es necesaria. Ya me gustaría ver "correr a su aire" (en todos los sentidos) a los hijos de más de un librepensador...

    2) ¿Tienen derecho los padres sordos a limitar las capacidades de su hijo para hacerle bien? Para abordar esta cuestión hay que suponer que los padres obran de buena fé (si no, el tema no tendría nada que discutir) y que pueden considerar que una persona sorda tiene ventajas respecto a un oyente. Los padres buscan lo mejor para su hijo (eso es lícito y necesario). El Estado y las leyes deben estar ahí para determinar que eso no lo pueden llevar a cabo porque le están causando un perjuicio al hijo. Y esto se puede hacer porque es obvio y evidente que el niño puede aprender el lenguaje de signos sin necesidad de ser sordo (de hecho lo aprenderá, ya que lo necesitará para comunicarse con sus padres y hermano) y, por lo tanto el niño podrá igualmente formar parte de tan "elitista" grupo social.

    En situaciones en que la obviedad o la ciencia demuestren que la medida de los padres es perjudicial para el hijo, la Comunidad podrá actuar.

    Nada tiene que ver el caso de la educación en una determinada fé. A algunos les puede parecer que las religiones son el cáncer del mundo, pero eso (como mínimo) no está nada claro. Hay muchos otros que pensamos que hacen mucho bien.

    ¡No mezclemos el tocino con la velocidad!

    PD: No hace mucho que conozco este blog, pero lo que he visto me parece muy bueno. Da gusto leer las cosas tan bien dichas. ¡Enhorabuena!

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  19. Perdonadme si no os contesto a todos Tampoco estoy seguro de que lo tenga que hacer, porque os explicáis de maravilla, pero como anfitrión, os doy las gracias por vuestra presencia.
    Yo no pongo en duda la buena voluntad de los padres. Lo que creo que la ley está precisamente para salvarnos de la buena voluntad del prójimo.

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  20. Sólo para contribuir a pensar un poco y a evitar lo que para mí son "círculos viciosos": cuál es la genealogía de "la ley"? No nos lleva de regreso al hombre? Y otra cosa: qué determina el que "la ley" se imponga a los sordos: el carácter minoritario del grupo de sordos que desea que todos sean sordos (tal vez sólo dos padres), un grupo en el que no están los sordos que prefieren que sus hijos no lo sean (desde el punto de vista de nuestra ciencia y del mío, dicho sea de paso, los que están mentalmente sanos, claro)? Y por último, ¿de qué modo participan los recién nacidos de la democracia, la ley o la existencia misma de grupos de vencedores y vencidos, dominantes y dominados, hegemónicos y subordinados?

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  21. Caelos, lo que me planteas exigiría un par de botellas y mucho tiempo por delante, pero resumiendo mucho mi postura te diré que, bajo mi punto de vista, cada cultura es una forma de gestionar una determinada distancia del hombre con respecto a la naturaleza. Para que esa distancia sea creíble se ha de naturalizar a sí misma, con lo cual se acaba produciendo un olvido de lo estrictamente natural. El olvido de la naturaleza es la ley.

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  22. Sí, una docena de botellas y otra de días (porque más de una al día para mí es imposible, y ya exagerando). Para mí la Ley (por "normativa legal", es decir, legitimada) refleja más que la "no naturaleza", la naturaleza que incluye al hombre, con todas sus creaciones contradictorias. Esto es tan superficial que no sé por qué lo digo. Supongo que como preámbulo de las doce botellas... Además, no sé si te he interpretado bien. Si lo he hecho, te veo rousseauniano en este punto y si es así, no estoy de acuerdo. Si no quieres explicarlo en breve y no quieres cargar mucho este artículo, puedes mandarme un email que encontarás en mi perfil.
    Un saludo.

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  23. Carlos: Esto de los blogs es divertido, pero tiene el inconveniente de que no puede sponberte a explicar tus presupuestos cada vez que defiendes una idea, con lo cual, inevitablemente los intercambiamos monólogos.
    Tampoco esto está mal del todo, porque uno descubre de qué maneras se puede interpretar lo que dice.
    ¿Rousseauniano? Sí, en parte, en la concepción de la libertad; no, de ninguna manera en la concepción de la naturaleza.
    Mi concepción de la naturaleza es, en todo caso, la de Lucrecio. En su poema (De rerum natura) habla frecuentamente de las "moenia mundi" (las murallas del mundo), que son la protección cultural que forma nuestro ecosistema político. La naturaleza es ciega y omnipotente y no hay en ella manera de fundamentar una norma ética. O, si lo prefieres, podemos fundamentar en la naturaleza toda norma ética y su contrario. Para hacer creible el precepto de ser guardián de mi hermano necesito poseer una imagen de mi mismo y de mi hermano que no sea estrictamente natural. Y lo paradójico del caso es que este no ser estrictamente natural es lo natural en el hombre. Aristóteles decía -y Nietzsche repite- que el hombre es el animal con mejillas rojas. Por naturaleza es así, pero aquello que enrojece sus mejillas es cultural.
    El hombre necesita una cierta calidez y predicibilidad en su entorno que se lo proporciona, en parte, el hecho de compartir una lengua, un imaginario y unas ciertas convicciones con las personas de su entorno. Y todo esto que comparte es lo que, en determinadas circunstancias lo hace sentirse portador de valor o de vergüenza.
    La ley (y utilizo este concepto en un sentido muy amplio, porque tiene más poder coercitivo lo que avergüenza que lo que estrictamente prohibe) es el elemento culturalizador por excelencia.

    Cada cultura es una forma de gestionar una determinada distancia del hombre con respecto a la naturaleza. Para que esa distancia sea creíble se ha de naturalizar a sí misma, con lo cual se acaba produciendo un olvido de lo estrictamente natural. El olvido de la naturaleza es la ley.

    Por eso el olvido de la ley nos devuelve a la naturaleza.

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  24. Muy interesante y muchas gracias. Debo decirte, sin embargo, que no comparto em enfoque que te lleva a interpretar las cosas como resulta. No veo qué consecuencias se derivan en tu caso de essa interpretación, pero... Yo me inclino por ver el conjunto hombre/cultura como un todo nacido de la evolución, un todo inseparable en la práctica (aunque se separe en el análisis, etc., lo que es obvio) En la naturaleza de los animales ya hay acciones transformadoras y transmisión producto de la pulsión evolutiva y reproductora. El ser humano vive con extrañeza su propia conciencia y, desde mi punto de vista, esto lo lleva a interpretaciones incoherentes y confusa de sí mismo y del mundo. Creo que debemos enfocar al hombre con sus productos (la ley, por ejemplo, y también su violación) como un conjunto que debe ser explicado desde su naturaleza. Lo mismo se trata de matices y ambas lecturas, la tuya y la mía, son igualmente operativas. En todo caso, ya saldrán otras custiones y la confrontación volverá a aparecer, quizá más clara. Como bien dijo Strauss, que parece nos puede servir de puente o de bisagra: "Podríamos preguntarnos si el dualismo entre hecho y discurso no es el núcleo mismo de la vida humana".

    Ha sido y es un placer. Hasta la próxima y un abrazo.

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  25. Carlos, dices "yo me inclino por ver el conjunto hombre/cultura como un todo nacido de la evolución". Y yo también. Pero cuando hablamos de evolución hemos detener presente siempre algo obvio: que la suma de diferencias cuantitativas puede producir diferencias cualitativas. Si calentamos un kilo de azúcar, llega un momento en que el azúcar se carameliza, y si seguimos aumentando la temperatura, el caramelo se amarga, etc.
    La cuestión, para mi, es saber si "las cosas humanas" son o no el resultado de un salto cualitativo de este tipo o meramente el resultado de una modificación cuantitativa. Si lo fueran, podría ocurrir que las cosas humanas debieran interpretarse de acuerdo con su naturaleza específica, es decir con respecto a aquello que son ahora, no con respecto al lugar del que provienen. Y en aquello que son ahora los valores, creencias, opiniones, etc... juegan un papel. Y aquí volvemos a Strauss: Pudiera ser que el Todo no fuera noéticamente homogéneo. Y si este fuera el caso, una ciencia homogénea no nos podría servir para interpretar científicamente la realidad heterogénea.
    O dicho de otra forma: Pudiera ser que la ley entre los hombres no se redujera pura y simplemente a zoonomía.

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  26. A algunos les puede parecer que las religiones son el cáncer del mundo, pero eso (como mínimo) no está nada claro. Hay muchos otros que pensamos que hacen mucho bien.

    La xenofobia es algo de lo más natural y estoy casi seguro que nadie de esta covnersación educa a sus hijos para que lo sean.

    Ese argumento lo siento pero no arregla nada. Las apariencias de que algo sea bueno o malo no son una justificación válida.

    En general cuanto menos pensamiento embotellado se le inculce a un niño mejor, y la religión no es una excepción, pero claro, hazle entender esto a un religioso: imposible.

    ---

    Respecto a lo otro... sinceramente Gregorio, le instó a que lea (si no lo ha hecho ya) psicología social y sociobiología. Esa separación subversiva de naturaleza y humanidad es dañina hasta la médula. Hay gente que se dedica a estudiar esas cosas y se ha averiguado bastante, y cuanto más se sabe más se desvanece esa ilusión.

    Como una conversación sobre el tema resultaría infinita y no tengo la esperanza de cambiar su forma de ver las cosas lo resumiré en dos palabras: en mi opinión es una cuestión de grado. Incluída la razón, que es lo más extraño que poseemos (junto con la voluntad) es una cuestión de grado.

    Que como producto de ese mayor grado le parezca que se vuelve antinatural es algo subjetivo, y de lo que adolece bastante gente. Pero bueno, así son las cosas, seguiremos actuando de forma natural aunque creamos que no lo hacemos.

    Por otra parte digo que se sobrevalora el poder de la ley (igual que se sobrevalora el poder de otros artificios humanos, como las ideologías, las religiones, etc. etc.). En el momento en que la comodidad desaparece o existen turbulencias sociales la gente se amolda menos y menos a las leyes y más y más a sus instintos. En pocas palabras, la gente sigue las leyes porque en tiempos de tranquilidad es más ventajoso seguirlas.

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  27. Nacho: "La gente sigue las leyes porque en tiempos de tranquilidad es más ventajoso seguirlas". Totalmente de acuerdo. ¿Pero los tiempos de tranquilidad son diferentes de los tiempos en que se respetan las leyes?

    Me cuesta aceptar la zoonomía. La naturalización completa de la existencia nos lleva, a mi humilde modo de ver, al gulag. O, si lo prefiere, podemos recordar el nazismo de Conrad Lorenz. Dicho de otra manera: Espero que aún tarden un poco los etólogos en dictar las leyes humanas.

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  28. No es la zoonomía la que lleva al Gulag sino la marcha de los acontecimientos, la exitencia de tendencias que ganan y otras que pierden o se debilitan o se reorientan al ganar las primeras, tendencias en el mundo de las interacciones, de la complejidad real. Esto nos permite pensar que exite zoonomía. Pero también hay individuos que actúan "más allá" de la zoonomía, lo que es lógico si consideramos la misma complejidad como es, o sea, imperfecta desde cualquier supuesto idílico (supuestos que sin alternativa, también por zoonomía -yo no uso esta palabra más que porque me la has puesto en bandeja, pero no me gusta mucho- se forman en la mente e integran la cultura) De modo que la realidad da gulags y da sabios, da en definitiva lo que da. Por eso lo que decía de un conjunto que actua como un todo (contradictorio e irregular) a cuena del resultado evolutivo que es. Se trata de comprenderlo y no de aspirar a que el mundo se comporte como nos gustaría o de prevenir sus males mediante teorías. En todo caso, para hacer que vaya en un determinado sentido, hay que organizarse y engañar a los demás grupos: o sea, tomar el poder. Lo que no es francamente fácil ni posible para muchos grupos hoy en día, entre otros los liberales de todo tipo, ya que como mucho van a la zaga de la socialdemocracia o de alternativas peores que se gestan en su seno de manera sistemática... hasta dar a lugar al gulag.

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  29. Gregorio creo que ese miedo es infundado (al menos de momento), precisamente porque seguiremos actuando naturalmente por mucho que nuestro conocimiento científico avance. Mientras sigamos teniendo emociones y sigamos siendo irracionales (en cierto modo), seguiremos actuando como lo hacemos. Además es infundado por otro motivo más: ¿con cuál "modelo natural" de convivencia se quedarían los etólogos? Todos los modelos sociales/legales antropológicos tienen replicas en el mundo natural, todos: desde la democracia hasta el comunismo. Por Dios, mire las termitas, eso es casi comunismo puro y duro.

    En lo que no estoy de acuerdo es en ver una separación entre ley y naturaleza. Es decir, a los tiempos en que se sigue la ley hemos llegado de forma natural. Sí, por evolución sociocultural, pero es que eso no se excluye de la naturaleza. La única forma de separar al hombre de la naturaleza es aceptar una suerte de dualismo, sino no tiene mucho sentido hacerlo, sino es tan sólo una ilusión.

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