jueves, 31 de enero de 2008

Postales filosóficas: Franz Rosenzweig II

Me gusta el sentido del humor de Franz Rosenzweig:

En su momento hice que 'La estrella de la redención' [su obra más importante] fuera publicada sin prólogo. Me asustaban los tradicionales prefacios de los filósofos, con su cacareo tras poner el huevo y su descortesía hiriente hacia el lector que aún no atinó a nada, ni siquiera a leer el libro. Ni el propio Kant –tan sereno- sorteó el peligro, y ni qué decir sus vocingleros sucesores hasta Schopenhauer”.

Este texto es de una época en la que la enfermedad degenerativa que acabaría con su vida se encontraba muy avanzada. Poco a poco fue dejando de escribir y tenía que indicarle como podía a su mujer, letra por letra, el hilo de su pensamiento. Pero nunca desaprovechó, fueran cuales fueran sus circunstancias, la oportunidad de la ironía.

En realidad Rosenzweig nunca tuvo fácil eso de escribir. Concibió La estrella de la redención mientras se encontraba en el frente, en la Primera Guerra Mundial y fue escribiéndola trabajosamente en postales que le enviaba por correo a su madre. No creo que haya otro libro de filosofía escrito con más ansias de paz.

¡Salve, Franz!

miércoles, 30 de enero de 2008

Postales filosóficas: Kant

Para el Señor del Bosque, desaprendedor feraz.

Franz Rosenzweig escribió una especie de borrador de su gran obra, La estrella de la redención, cuando aún no sabía que escribiría La estrella de la redención. Por eso posteriormente lo consideró como su "Urzelle" (célula originaria). Ayer lo leí por primera vez y me encontré con este texto:

“La sola confesión sincera de que la libertad es “el milagro en el mundo de los fenómenos” hace personalmente de Kant el más grande de todos los filósofos. Todos los demás tratan más o menos de dar rodeos a la cuestión; sólo él lo expresa, sólo él no ha desaprendido a ser niño y loco merced a su trato profesional con la verdad”.

De repente estas palabras, "sólo él no ha desaprendido a ser niño y loco merced a su trato profesional con la verdad" borran esa imagen de seriedad extrema que había acompañado hasta ayer a mi imagen de Kant. Rosenzweig tiene razón y con ella me ha regalado la posibilidad de desaprender a Kant.

martes, 29 de enero de 2008

Las lágrimas de Creso

Cuenta Herodoto que cuando el gran rey Creso de Lidia recibió al ateniense Solón como huésped, lo primero que hizo fue enseñarle sus inmensos tesoros, que superaban todo lo imaginable. Después le preguntó si a lo largo de sus viajes había tenido la ocasión de encontrarse con un hombre más feliz que él.

“Sí –contestó Solón sin dudarlo- Telo de Atenas, que vivió en una ciudad afortunada, tuvo hijos sobresalientes, y vio crecer a todos sus nietos antes de morir”.

Creso se admiró del poco valor que Solón concedía a sus riquezas.

“El hombre, Creso –continuó Solón- está sujeto al azar. No hay dos días en su vida que sean completamente iguales. Así que para saber si un hombre es feliz tenemos que considerar toda su vida, en conjunto. Antes de la muerte, nadie merece el título de feliz.”

Creso no comprendió el sentido de estas palabras hasta mucho después, cuando derrotado por el rey de Persia fue condenado a morir en una hoguera. Y al comprenderlas, en lo alto de la pira, rompió a llorar.

lunes, 28 de enero de 2008

"Històries de la filosofia"


Presentació del llibre "Històries de la filosofia"

És un recull de les conferències sobre el tema pronunciades a l'Ateneu al llarg de la temporada 2006-2007.

Organitzador: Ateneu Barcelonès
Dia i hora: 28/01/2008 - 19:30 h.
Lloc: Sala Verdaguer

Descripció
Aquest llibre és especialment significatiu per la secció de Filosofia de l'Ateneu Barcelonès. Recull les conferències de l'any anterior pronunciades per un important grup de pensadors prou diversos i fins i tot de vegades contradictoris que repassen algunes de les fites més trascendents de la filosofia occidental, de Sòcrates a Wittgenstein.
El llibre s'inscriu en la tradició ateneística de debat i pretén, en conseqüència, oferir alhora eines per a una millor comprensió dels interrogants que tota una sèrie de pensadors clàssics (Sòcrates, Plató, Descartes, Hume, Mill i Wittgenstein) plantegen avui a un món que canvia.
El llibre, el tercer que neix de la secció de Filosofia, recull textos de Jaume Mensa, Gregorio Luri, Josep-Maria Porta, Miquel Costa, Gonçal Mayos, Antonio Defez i Ramon Alcoberro.

Vía: Ateneu Barcelonès


Vía: Rafael Robles
Gracias, Maty



Fe y sentido común

Into the wild

He visto esta tarde “Into the wild” (Hacia rutas salvajes), película que se le ha ido un poco de las manos a su director, Sean Pen. Pero no quiero hablar de esto, sino de Into the wild, expresión que propongo traducir así (aunque agradecía otras alternativas): “Asilvestrándose”.

Hay en las señas de identidad de la tradición americana una permanente atracción del límite, de la frontera, como si en el alma de cada americano viviese agazapada una llamada que la ciudad no puede contestar. Eso salvaje suele ser o bien algo que se ha de conquistar (y domesticar por medio del turismo o de la industria) o bien algo que se ha de soñar (el sueño del pionero). Pero lo natural me parece que es otra cosa.

Otra cosa que, por cierto, no tiene nada que ver con la ecología, que es una forma de piedad hacia lo salvaje.

¿Qué queremos decir exactamente cuando hablamos de la naturaleza indómita o de la naturaleza salvaje? Se supone que pensamos en algo grandioso, duro, dramático y hermoso; en algo que, en el fondo, nos ofrece algún tipo de coherencia en su desmesura y algún tipo de belleza en su crueldad. De la naturaleza, como ya se insinúa en los cuentos infantiles, se suele volver a casa más sabio y por eso tendemos a no pensar en ella cuando contemplamos un niño con terribles deformaciones congénitas, en una muerte súbita o en nuestras incapacidades para prever las consecuencias perversas de nuestras buenas intenciones.

¿Pero tiene la naturaleza sentido?

¿Y si en la mera pretensión de descubrirle algún sentido se encontrase ya una semilla religiosa?

Me parece que en el momento en que esperamos algo de la naturaleza comenzamos a ser piadosos, porque estamos llamando sin saberlo a las puertas de la providencia.

Buscamos el sentido y allá donde nos cansamos de buscar hallamos la lógica y la fe.

En definitiva: la contumaz insistencia en ver en la naturaleza lo que a ella le importa un bledo tener o no tener expresa con precisión nuestra necesidad de escabullirnos del nihilismo y vivir en la fe de la ciudad.

Quien espera, ya cree.

domingo, 27 de enero de 2008

Loa al sinsentido

Sigamos con la noche. A las 10 –o sea a las 22- veníamos paseando mi mujer y yo por el camino de la playa. Tras asistir en la Galería Aimara de Premià a una conferencia de Jaume Flaquer titulada "Introducció a L'Alcorà. Noves interpretacions", volvíamos a casa, caminando tranquilamente.

Sostiene Heidegger que el yo es tan débil que no es ni dueño de sus estados de ánimo, sino que son estos los que se apoderan a su antojo de las riendas del yo y lo llevan de aquí para allá como un trotón sumiso (esto último lo digo yo).

Tampoco los mecanismos de nuestro pensamiento dependen completamente de nuestra voluntad. Me he pasado toda la mañana intentando redactar una página sobre un problema aparentemente sencillo: el de la relación de la filosofía con su tiempo. Y no ha habido manera. Después de comer lo he intentado otra vez, y tampoco. Y sin embargo, cuando más desprevenido estaba, en medio de la conferencia, he dado con el extremo del hilo del que he podido tirar la coherencia de un razonamiento convincente. Llevaba papel y lápiz y he comenzado a tomar notas. Después alguien me ha felicitado por mi atenta dedicación a las palabras del conferenciante. “He visto que no parabas de tomar notas”.

Hacía un poco de fresco, pero la temperatura, con el cuello de la chaqueta levantado y protegido por la bufanda, una gorra y el calor de mi mujer a mi lado era más que soportable. Nos hemos encontrado con algunos pescadores, pocos; y tres muchachos jugando a fútbol en torno a una hoguera.

Y entonces nos hemos puesto a cantar.

“Roooosa d’abriiiil, Morena de la Seeerra deee Montserraaaat esteeel…”

El “Virolai”, ni más ni menos. ¡Ya me diréis si esto tiene sentido!

Arriba, en lo alto, un cielo estrellado parecía acoger con complacencia nuestro canto y las olas a nuestra izquierda venían a romper a nuestros pies con toda mansedumbre.

Después, ya puestos, hemos seguido con el “Caballo prieto azabache” de Miguel Aceves Mejía.

¡Hay que ver qué rica sabe a veces la libertad del sinsentido!

sábado, 26 de enero de 2008

Viaje al fin de la noche

Es imposible coger el tren de las 12.15 en la Plaza de Cataluña y llegar a Ocata sin que tu fe en el género humano haya sufrido un varapalo. Y eso que la tarde había ido muy bien. Una cena muy agradable en el Ateneu y un encuentro casual con dos azagreses y una canaria que cruzaban Barcelona en bici. Pero la noche, ya se sabe, saca lo más silvestre de nosotros mismos, como he comprobado nada más pisar el andén de la Plaza de Cataluña. Todos aquellos zombis con música escandalosamente alta estaban esperando mi tren. Y lo han tomado, en cuanto ha llegado, al abordaje. Una horda de veinteañeros bebiendo como cosacos y hablando a gritos como si fueran sordos ha invadido el vagón. Se meten con las chicas. Se insultan entre ellos. Fuman. Beben. Cantan. Gritan. Y vuelta a empezar. En el pasillo, rodeada de energúmenos pero absolutamente insensible a su presencia una chica delgadísima con minifalda lee El tercer sexo, de la Beauvoir. ¡Toma ya! Tres chicas feuchas vacían sus bolsos sobre la falda de una de ellas y comienzan a maquillarse. Los chicos se excitan. Ululan. Ellas los miran y se ríen, y después ponen morritos para pintarse los labios, fingiendo que no les afectan las groserías de la horda encelada. Con la lectora autista no se mete nadie. Algunos viajeros fingen indiferencia mirando por las ventanillas al anodino paisaje nocturno, pero siguen todo lo que pasa en el vagón a través de su reflejo en los cristales. El tren de las 12.15 es la caverna de Platón. El suelo se ha ido llenado de objetos diversos, especialmente vasos, que ruedan de aquí para allá con los vaivenes del tren, vaciando su contenido en regueros que se cruzan caprichosamente por el pasillo. Ahora beben directamente de las botellas y cuando las vacían, las dejan el suelo para que sigan el movimiento de los vasos. Y aún estamos en Badalona. ¿A dónde demonios van? El vagón se va cargando de humo y aromas espesos. Algunos machos alfa comienzan a quitarse ropa y a comparar sus tatuajes. Suenan teléfonos sin parar, sin decoro, escandalosos y ufanos y sus propietarios hablan a gritos porque tienen que hacerse oír por encima de las voces de la horda que, a su vez, tiene que hacerse oír por encima del estruendo de la música. Llegamos, finalmente, a Ocata. Nada más abrirse las puertas se suben dos chicas que se sientan en el pasillo. Una se cae, a plomo, sobre la otra. La del tercer sexo sigue inmutable. Me detengo en el andén para respirar el aire fresco de la noche y espero que el tren arranque para echar a andar. Efectivamente: Hay otros mundos y todos están en este.

jueves, 24 de enero de 2008

... por otra parte...

… por otra parte -y dicho lo anterior-, si se cree en una Europa sin fronteras en la que no haya límites para el acceso libre a la información en la lengua que sea…. ¿por qué evitar la llegada de la señal de una televisión en particular?


Añadido a las 13:02

Recibo una carta del Col·legi de Doctors i Llicenciats en el que se me comunica que la institución ha decidido adherirse a la campaña a la que hacía referencia en el post anterior y pide a quien quiera colaborar que ingrese 10 euros en la cuenta corriente del Colegio indicando los datos personales del que hace el ingreso.

Esta es la manera habitual de hacer las cosas en Cataluña, no la del IEC.

miércoles, 23 de enero de 2008

Solidaridad e información

He recibido una carta del Institut d’Estudis Catalans que me ha dejado perplejo. Se me comunica en ella que el Consell Permanent de l’Institut d’Estudis Catalans quiere apoyar la campaña que han puesto en marcha Jordi Pujol, Pasqual Maragall y los abades de Montserrat y Poblet “a consecuencia de que la entidad ciudadana Acció Cultural del País Valencià (ACPV) ha sido multada por el actual gobierno valenciano con 300.000 euros por haberse opuesto al cierre de repetidores de TV3”. Como el Institut considera que se encuentra ante un atentado contra “la libertad de expresión, la pluralidad informativa y la normalización de la lengua catalana”, ha decidido tomar partido cobrándole a cada socio 10 euros para contribuir al pago de la multa a ACPV.

Pero atención a esta joya de la misiva: “Para garantizar la confidencialidad de vuestros datos, este importe os será cobrado en un próximo recibo (…) excepto que exprese su deseo contrario antes del 11 de febrero”. Si quiero expresar el deseo contrario he de dar mis datos personales para que, obviamente, sepan quien no quiere solidarizarse con una causa tan noble y patriótica. Es la manera que tienen los señores del IEC de garantizar mi confidencialidad.

Frente a esta actitud del Institut d'Estudis Catalans me parece del todo irrelevante cuál sea mi posición respecto al cierre de los repetidores de TV3 y la multa a ACPV.

Yo creía que estas cosas no pasaban en Cataluña.

Fraga, Cicerón y el presente indefinido

“Porque, como dijo Cicerón, en definitiva los profesores de Política de eso nos ocupamos: «ad res publicas firmandas et ad stabiliendas urbes salvandosque populos omni nostra pergit oratio»; es decir, que «todo nuestro discurso se endereza a robustecer los Estados, consolidar las constituciones de las ciudades y salvaguardar los pueblos» (De Legibus, 37). Dada la gravedad de estas cuestiones, el propio Arpinate nos recomienda una máxima prudencia: «bene provisa et diligenter explorata principia ponantur», que es tanto como decir que pensemos muy bien lo que decimos, por el daño que podemos hacer a otros, y también por el que pueden hacernos a nosotros. Schmitt tendrá ocasión de comprobarlo y de recordar que escribir sobre Política es siempre ponerse en manos de alguien que puede proscribir”.

Manuel Fraga Iribarne, "Carl Schmitt: El hombre y la obra”, Revista de estudios políticos, 122, 1962, 5-18, p. 9.

martes, 22 de enero de 2008

¿Yunque o martillo?

Uno de los pasajes más intensos de las Memorables de Jenofonte es el de la conversación de Sócrates con Aristipo (II.1). En él, Sócrates parece convencido de que no hay una vía intermedia entre el dominio y la sumisión. Comentando este texto, escribe Strauss: “Viviendo entre seres humanos uno debe o gobernar o ser gobernado a la fuerza o por sujeción voluntaria, pero es el más fuerte el que decide cómo utilizar a los débiles. Es decir, si uno no está dispuesto a hacer de martillo, debe estar dispuesto a hacer de yunque; la vida humana es necesariamente política. Esto se aplica tanto a sociedades como a individuos; entre los individuos también el viril (manly) y fuerte explota al acobardado y al débil”

Leo Strauss

Xenophon's Socrates, p 34

lunes, 21 de enero de 2008

Futesas de la primavera de enero

I

A las once de la mañana tenía una entrevista con Joaquín Prats, que es el President del Consell Superior d’Avaluació del Sistema Educatiu Català. Quería contrastar algunos datos con él a propósito de unos artículos para La Vanguardia. El próximo, por cierto, se titulará “Harto de Finlandia”. Me he encontrado con una persona asequible, de trato directo, ideas muy claras, sincero y afable con la que no me ha costado entenderme. Al despedirme me ha entregado un libro suyo titulado “Los sistemas educativos europeos. ¿Crisis o transformación”.

II

He pasado después por La Central, donde me he topado con un libro curioso, “Alexifarmaca”, de Nicandro. Me he sentado a ojearlo y me he encontrado con la sorpresa de que al hablar de los venenos de Medea, nombra el “célebre ‘efemeron’” del que, lo reconozco, no tenía ni idea. Pero lo más curioso es que para combatir sus efectos mortales, Nicandro recomienda la médula de la férula de Prometeo. Como Enri sabe bien, hace algún tiempo que vengo sospechando que el fuego que robó Prometeo y que guardó, para transportarlo, en el interior de una ferula común, hace referencia a los efectos de la medula de esa planta

III

Al pasar delante de una tienda china no he podido resistir la tentación: le he comprado un zapato de cristal a mi mujer.

IV

A las 2 tenía comida en el restaurante Lázaro de la Calle Aribau, con Isabel Martí, de la Editorial La Campana, Salvador Cardús y Josep Maria Espinàs. En la mesa de enfrente comía Jordi Pujol y, a la izquierda, en un reservado, Ramón España. La comida me ha parecido exquisita y los comensales magníficos. Hemos dejado arreglado el país antes del primer plato.

V

De vuelta en Ocata he pasado por la Library. Tenía que atar algunos cabos del recital poético del próximo 28 de marzo en Ocata. Los artistas invitados -¡pásmense ustedes!- son, ni más ni menos que:

Enric Casasses
Josep Pedrals
Andreu Subirats

Tomàs Arias
Max Besora

sábado, 19 de enero de 2008

Postales filosóficas: Aristóteles moribundo

Uno de los libros más curiosos de la historia de la filosofía es el conocido como “Liber de pomo”. Se trata de un breve texto de origen árabe en el que se presentan de manera muy resumida y no menos cristianizada las ideas del Fedón de Platón. En el De Pomo van de la mano la inmortalidad del alma y la creación del mundo ex nihilo. Lo peculiar del libro no es, obviamente, esto, sino que sea Aristóteles, con una fruta en la mano, quien expone estas ideas a sus discípulos en su lecho de muerte.

Recordemos que en la Ética a Nicómaco Aristóteles confiesa que su propósito en ese libro no es investigar qué es la virtud, sino cómo conseguir ser buenos. Esta es la misma cuestión que resume las palabras del Aristóteles moribundo del De Pomo.

Imaginemos al filósofo extendiendo con mano temblorosa una manzana a sus discípulos para decirles estas últimas palabras: “Quae utilitas est scientiae sine fructu?

Postales filosóficas: Platón

viernes, 18 de enero de 2008

Política y vergüenza

En el caligráfico comentario que escribió Leo Strauss de las Memorables de Jenofonte, merece especial atención su tratamiento del diálogo que mantiene Sócrates con Cármides, que es el único joven al que anima a hacerse político. Cármides poseía grandes dotes intelectuales y era miembro de una de las mejores familias atenienses, pero a diferencia de la mayoría de los jóvenes de su grupo social, no manifestaba ninguna vocación política. Sócrates le dice que un hombre que, siendo capaz de mejorar los asuntos públicos y de esta manera conseguir honores para sí mismo, rechaza el compromiso de la vida política, es un cobarde. Cármides se defiende alegando que le da vergüenza hablar en público. Es capaz de defender cualquier argumento en privado, pero no ante la asamblea ateniense.

Según Strauss, lo que hace Sócrates para conseguir que cambie de opinión es liberarlo de este sentimiento, haciéndole ver que mientras es razonable sentir vergüenza ante los superiores, es absurdo dejarse dominar por ella ante los inferiores, es decir, ante los bataneros, zapateros, carpinteros, granjeros y comerciantes que forman la asamblea y cuya única preocupación real es comprar barato y vender caro. Sócrates libera a Cármides de la vergüenza desacreditando la asamblea democrática, es decir, al “demos”.

Tuvo éxito. Cármides fue uno de los líderes de la revuelta aristocrática que acabó con la democracia ateniense e impuso la dictadura de los treinta tiranos. “A los ojos de un demócrata leal -dice Strauss- la acción de Sócrates bien pudo presentarse como un acto de corrupción”.

Recordemos que Sócrates fue condenado a muerte por, entre otros motivos, corromper a los jóvenes.

jueves, 17 de enero de 2008

La hija de Temur Haitov

Recibo un mail de Temur Haitov desde Uzbekistán con esta foto y el siguiente texto:


Hola Queridos amigos
Feliz Año Nuevo!
El Año Nuevo que traiga todo lo mejor a casa de Ustedes y que todos los buenos deseos se realicen en este Año. Felicidades.
Soy yo Temur Uzbeko. Ustedes pueden felicitarme ya soy padre. El dia doce de diciembre nacio mi hija, mis padres le llamaron Shirin.
Temur, para que tengáis una idea es uno de los que están junto al ábol. El fotógrafo, un servidor de ustedes. Cuento todo esto porque si alguien tiene previsto viajar a Uzbekistán, que no lo dude, Temur es el contacto.


Dios bendiga a las enfermeras sutiles

I

Dios bendiga a las enfermeras que saben sacar sangre de una vena sin necesidad de dejarte el brazo como un colador. ¡Dios vierta sobre ellas todas sus bendiciones! La que hoy me ha extraído sangre estaba en estado de gracia y en un abrir y cerrar de ojos ha cumplido con su tarea pulcra y discretísimamente. La última vez que pasé por este trance me tocó una desalmada que parecía un torero ciego buscando la manera de acabar con un toro a estocadas. ¡Dios bendiga a las enfermeras sutiles!

II

Salía yo tan satisfecho de la experiencia vivida con mi enfermera etérea y me he encontrado en la calle con M* y su marido, H*. A M* la trato con mucho respeto, porque tiene poderes. Se le aparecen en sueños los que van a morir, justo dos días antes de palmarla. Ella, cuando recibe la advertencia, se limita a encenderle una vela a San Martín, pero desde que se enteraron en el pueblo, cada vez que aparece encendida una vela a San Martín se pone la gente a temblar. Palabra. H* prefiere vivir ignorante del nombre del futuro difunto, que lo que tiene que pasar, pasará. M* tiene unos poderes muy raros. Por ejemplo resulta un peligro cuando se distrae en un acto público, sea una misa o una ópera. En el momento en que ella se va, se van los oficiantes con ella y el cura comienza a desvariar y el tenor a desafinar. Normalmente la cosa se soluciona con un codazo de H*, que no la deja asistir sola a actos públicos.

III

Después he ido a Barcelona a enterarme de cosas que no puedo contar.

IV

Sí puedo contar que llevo los últimos meses perseguido por un libro. No sé si a vosotros os pasará algo así, pero en mi caso no es nada raro que un libro se empeñe en cruzarse en mi camino. Cuando me convenzo de que me ha elegido como lector, no tengo más remedio que comprarlo. Es lo que me ha pasado en los últimos meses con La estrella de la redención de Rosenzweig. Sus primeras líneas no me dejaban en paz. Me aparecían por los lugares más inesperados: Libros, conferencias, artículos… y ayer hasta me pareció encontrar una referencia a ellas en una serie de televisión. Así que lo he comprado. Esto dicen:

“Por la muerte, por el miedo a la muerte empieza el conocimiento del Todo. De derribar la angustia de lo terrenal, de quitarle a la muerte su aguijón venenoso y su aliento de pestilencia al Hades, se jacta la filosofía.”

miércoles, 16 de enero de 2008

El imán que defiende la escuela católica

Leo en el número de enero de Le Monde de l’Éducation un reportaje que me parece de sumo interés. Me ha sorprendido, en primer lugar, la normalidad con que Tareq Oubrou, el imán de Burdeos, se considera “el mejor propagandista de la escuela privada católica”. Un hecho como este debe meditarse despacio.

Lo primero que pienso es que algo muy grave le debe estar pasando a la escuela republicana francesa si un imán prefiere llevar sus hijos a una escuela católica antes que a la escuela pública del barrio. Pero inmediatamente me doy cuenta de que hay que valorar más el mérito de la escuela católica que el demérito de la escuela republicana.

En la actualidad parecen extenderse por toda Europa las escuelas privadas confesionales. Esta es la opción que están tomando los turcos en Alemania o los judíos en muchos lugares, que parecen convencidos de que la principal función de la escuela es conseguir lo que podríamos llamar la “etnización” de sus alumnos. En Francia, sin embargo, hay únicamente tres “lycées” musulmanes y entre los tres apenas alcanzan los 400 alumnos. Las familias musulmanas francesas, evidentemente, tienen sus prioridades a la hora de matricular a sus hijos. Y lo que estamos viendo es que para muchas de ellas (y el número está creciendo) el principal criterio no es la confesionalidad o la titularidad del centro, sino las posibilidades de normalización y ascenso social. Tienen en cuenta factores como el fracaso escolar, la disciplina, el silencio, el respeto o el fomento del trabajo personal.

Pero lo admirable es que estas familias tengan posibilidades efectivas de hacer realidad sus pretensiones. Por otra parte, al preferir las escuelas privadas católicas están en sintonía con el fenómeno general que se está produciendo en Francia.

En este momento el 10% de los alumnos de las escuelas privadas católicas es de origen musulmán, lo cual era inimaginable hace veinte años. Y el porcentaje va en aumento.

Según la confesión de muchos padres, en la escuela pública republicana se sienten tratados como emigrantes, mientras que en las escuelas católicas se sienten franceses. ¿No resulta paradójico?

Por cierto, la escuela católica a la que Tareq Oubrou, el imán de Burdeos, lleva sus hijos se llama “Alberto el Grande”.

martes, 15 de enero de 2008

En román paladino

Quiero fer una prosa en román paladino en el qual suele el pueblo fablar a su veçino, porque Tumbaíto sostiene que hablo diferente de la gente normal y corriente. Me imagino que cada uno habla su propio idiolecto pero, en todo caso, para demostrarle que sé hablar como la gente, le voy a dar una muestra de cómo hablan en mi pueblo, que es Azagra:

Ese zauril, tan babute y atarrau que acolla los pimientos es una miaja amujeretiau y tiene poca correa y mucha galvana, el falso d'él. Tiene el pelo royo, la cara de chosne, la tripa com'un cunacho y el morrico de cutico. Apondera y aldraguea más que nadie y como no se busca más que artijares por esos andurriales, no obiga nada. Lo criaron entecau y bebe más que’l agujero del'agualojo. Se pone como un cernadero comiendo chiringa, untamorros y patorrillo, que al laminero le gustan mucho las gordillas. A alviendos se las traga, el tarrul. ¡Qué amolau! Mete un ruido masticando que paice el pataconde. ¡En qué cochochos vive, no lo verás ni con el badil ni con l'ascoba! Pero este zanahurio hace unos barbos en caldo barredera tan picantes que son pa’salir jopiando. Hace también tirabetes pa'los muetes y juega al esvarizaculos con ellos, sin paral d'hacel chandríos. Es a veces más malo que la juncia pero -¡menos mal que se perdió la burra y s'encontró el ramal- todos los años sale de bocacil. “¡Güesque!”, le gritaba ahura mismo al boche del tarramainate de su chacho, poniéndolo a tiral del'aladro. Y si no l'hacía caso, l'arriaba un ruejazo o un buen varduscazo. ¡No te jiba!

Mientras componía esta prosica se me ha venido a la cabeza un recurso didáctico muy eficaz que utilizaba Sor Prudencia, la monja de los cagazones, que es como nombraban en mi pueblo a los párvulos. Si un niño no se sabía lo que la monja de nombre tan poco apropiado (aún guardan memoria mis carnes de sus pellizcos sañudos) suponía que debía saberse, se le cantaba a grito pelado esta humillante canción:

Vergüenza, vergüenza
ese chico motilón
no se sabe la lección.
Fuera, fuera del salón.

¡Dios mío, cómo nos gustaba cantarla, tanto que nos dejábamos los pulmones en el intento!

¡La que se armaría hoy si a algún maestro se le ocurriese emular esta didáctica pendenciera! Eran aquellos, sin duda, otros tiempos. Así como a los testarudos se les castigaba con el escarnio de esta letra, a los excelentes se los regalaba con recortes, que eran los trocitos de obleas que sobraban tras recortar las hostias (con perdón).

lunes, 14 de enero de 2008

Tratado de antropología elemental

Un rey le dirigió cinco preguntas a un filósofo.

La primera: “¿Qué es el hombre?”. El filósofo respondió: “La propiedad de la muerte, un huésped, un viajero que pasa. No puede escapar del dominio de la muerte; la muerte se apodera de todos sus días y todas sus penas; y según los méritos del hombre, se cobra un precio. Es un huésped porque pronto queda relegado en el olvido, aunque haya sido recibido con alegría. Da de comer y beber a ingratos pero no puede llevarse nada con él. A su llegada le han prometido mucho, pero no se lo han dado. Es un viajero que pasa, sin descansar ni un momento, ni durmiendo ni comiendo.”

La segunda: “¿A qué se parece?” Respondió: “A un montón de nieve, al rocío de la mañana, a un fruto fresco. La nieve se funde al mínimo calor. El hombre nace de la podredumbre y retorna a ella por la menor enfermedad. Al rocío de la mañana, porque el color vivo de su juventud se marchita en la vejez. A un fruto fresco que pendía del árbol y llegado a la madurez es roído en su interior por un gusano y cae, inútil (…).

Tercera: “¿Cómo se comporta?” “Como una llama en el viento, que pronto se apaga; una chispa sobre la mar que es absorbida por las olas; como la espuma dispersa de la tempestad; como la lana que el viento dispersa; como el humo rápidamente desaparecido”.

Cuarta: “¿Dónde vive?”. “En las guerras múltiples".

Quinta: “¿En qué compañía se encuentra?”. “Con sus siete compañeros: El hambre, la sed, el calor y el frío, la fatiga, la enfermedad y la muerte”.

Ettienne de Bourbon (muerto hacia 1261)

Tractatus de diversis materiis predicabilibus

Digamos que, efectivamente, Heidegger era un gran medievalista.

Sobre el principio de identidad

En una de sus cartas, el abad cisterciense Bernardo de Claraval (1090-1153) describe a Pedro Abelardo -el de Eloísa- (1079-1142) como un hombre diferente de sí mismo: “homo sibi dissimilis”. ¡Para que después vengan los posmodernos a teorizar sobre cortes epistemológicos y la evanescencia del sujeto.

domingo, 13 de enero de 2008

Una historia de amor

Conocí a M* en la universidad, donde cultivaba un cierto aire a lo Audrey Hepburn y disfrutaba mostrándose inaccesible. Conmigo comenzó a intimar el día que le fui pasando, una por una, las páginas que iba escribiendo en un examen de filosofía de la naturaleza.

Al acabar la universidad se fue a Londres y no volví a saber nada de ella hasta veinte años después, cuando nos encontramos casualmente en la inauguración de una exposición sobre los escitas en Caixaforum. Fue ella la que me saludó y me costó reconocerla. Diré únicamente, para no ser cruel, que Autrey Hepburn había quedado muy, muy atrás. Estaba trabajando para una editorial y buscaba lectores. De esta manera volvimos a recuperar el contacto.

Varios meses después, mientras comíamos juntos, comenzamos a repasar lo que había sido de nuestras respectivas vidas, y me contó lo que sigue.

Cuando llegó a Londres se alojó en una habitación que le alquiló un londinense de mediana edad muy educado y discreto. Ella apenas sabía inglés, con lo cual su comunicación se reducía a un intercambio de “How-do-you-dós”. “How do you do?”, le decía él cuando se cruzaban por el pasillo. “How do you do?”, le contestaba ella antes de encerrarse en su habitación. Pero poco a poco lo que comenzó siendo un saludo formal fue adquiriendo matices y casi sin darse cuenta entraron en un juego en el que intercambiarse un “How do you do?” en el pasillo era mucho más que intercambiarse un saludo. Ella notaba como él se detenía y ya no se arrimaba tanto a la pared, para que no tuvieran otro remedio que tocarse cuando se cruzaban y ella cedía sabiendo que un día la tensión que estaban creando explotaría. Pero lo que no podía prever era de qué manera.

Un día al llegar a casa encontró la puerta del dormitorio de él abierta. Tenía que pasar frente a ella para dirigirse a su habitación. Se detuvo poco antes de llegar al umbral. En el interior podía ver el gran espejo de la puerta de un armario que reflejaba la cama en la que él estaba echado.

Se armó de valor y entró.

Lo encontró inconsciente. Inmediatamente se dio cuenta de que le había dado un ataque. Llamó a una ambulancia y lo acompañó al hospital. Al poco tiempo llegaron los padres de él, que la trataron con suma amabilidad, dando por supuesto que era su pareja y cuando un médico muy serio les permitió pasar a verlo, le rogaron que lo hiciera ella primero, que esperarían un poco.

Entró y lo encontró con los ojos cerrados. Se acercó y le cogió la mano. Él abrió los ojos y se le iluminó la mirada. Quiso decir algo, pero ella se le adelantó: “How do you do?”. Él estaba cubierto únicamente por una sábana y era evidente que, fuesen cuales fuesen sus males, no era insensible a su presencia. Ella le apretó la mano con fuerza. Mientras la evidencia de lo que estaba pasando la conmovía profundamente. Y él, sin más, se murió.

Así, sin más. Porque así pasan las cosas.

sábado, 12 de enero de 2008

El presidente llorón

Por lo visto, George W. Bush les ha salido a los americanos muy llorón. Y para su desgracia, sus lagrimones carecerán del poeta que les conceda la dignidad del drama, mientras le sobrarán los cómicos que los rebajen a sainete.

“Tengo los hombros de Dios para llorar, y yo lloro mucho”. Esto es lo que dicen en Le Monde que Bush le ha confesado a Robert Draper, que acaba de publicar Dead Certain: The Presidency of George W. Bush.

Bush no solamente llora. Cree que ha derramado como presidente más lágrimas de las que se pueden contar.

Mala cosa. No me gustan los políticos llorones. Y ahora pienso también en Hillary. En general no me gustan los políticos emotivos, de esos que llegan al corazón del electorado, porque tienden a querernos demasiado. Y yo no quiero que los políticos me quieran o me soluciones la vida. Me conformo con que no me odien y no me creen problemas. Y esa es una tarea titánica.

Ah, tampoco me gustan los optimistas antropológicos, que me acomplejan por no estar a la altura de sus expectativas. Y George W. Bush, que en esto se parece a ZP, es un optimista compulsivo. “Sólo me da miedo una cosa –dicen que le dijo Aznar en las Azores-, tu excesivo optimismo”.

Lo que no es Bush es ese imbécil, intelectualmente borderline que hemos creado los europeos. La periodista que escribe el artículo de Le Monde al que me refiero, Lila Azam Zanganeh, habla con toda naturalidad de su “flagrante impopularidad” pasándose todos los datos comparativos por debajo de sus prejuicios, no en vano lo “flagrante” es lo que de tan evidente no necesita pruebas. Efectivamente, los europeos no necesitamos pruebas para ponerle a Bush orejas de burro. Mejor: orejas de burro llorón. Pero ahora que estamos entrando en la campaña electoral americana podemos darnos cuenta de lo difícil que es, en las sociedades individualistas modernas, crear grandes coaliciones. Quien las crea, gana. Y para ello se necesita algo más que ser un burro llorón: se ha de ser un gran elefante llorón.

viernes, 11 de enero de 2008

Sobre las sendas y el bosque

I

Al enterarse de la muerte de Scheler, Heidegger pronunció, en 1928, de manera espontánea un elogio fúnebre en su clase que finalizaba con las siguientes palabras: "Una vez más, una senda de la filosofía desaparece en la oscuridad".

II

En Lisboa, aparte de con algunos eruditos alemanes, tuve la oportunidad de reunirme con Ortega y Gasset. No pudiendo considerarse del todo seguro en la España franquista, se había instalado allí en los círculos de la alta aristocracia, una figura muy vitalista. Traté de persuadirle de que hiciera seguir a La rebelión de las masas un ensayo sobre La rebelión de los medios. No lo hizo, sin embargo. Desde entonces la historia se ha encargado de gritarnos al oído con una sola voz la coral de semejante tema.

Hans Georg GADAMER, Mis años de aprendizaje

jueves, 10 de enero de 2008

A Neelam

Ayer por la mañana estaba yo tan feliz en mi casa leyendo mis cosas cuando sonó el teléfono. "Soy ....". No entendí el nombre, pero, sinceramente, me gustó la voz. Era Neelam, que me llamaba desde Zaragoza tras conseguir mi número de teléfono con no sé que artimañas, porque quería oír mi voz de camarero de este Café de Ocata. Y como a mí me gustó desde el primer momento la suya, pues estuvimos oyéndonos las voces el uno al otro durante un buen rato. Yo, la verdad, me lo pasé tan agusto y, sin ninguna duda, salí ganando. Y hoy me ha llegado el libro que acaba de editar: "Yoga Nidra. Efectos en el cerebro y el sistema nervioso", Neelam Olalla. Si estáis interesados podeís solicitar un ejemplar (o más) a este mail:

publicaciones@prames.com

Así que ya me voy haciendo con mi mundo oriental. De Japón conozco a la Celia y de yoga conozco a Neelam.

Dr. Leo Strauss, scholar, is dead


Ya sé que es ilegible, pero... uno tiene sus manías. Se trata de la necrológica de Leo Strauss que apareció en The New York Times el 21 de octubre de 1973. Ese día el diario hablaba del Watergate, de un viaje de Kissinguer a Moscú y de las inundaciones en España: "Floods in Spain kill at least 93 people".

miércoles, 9 de enero de 2008

La filosofía es un cuento

Este comentario anónimo en el post de Las vacas, la música y la productividad ha tenido la culpa de todo.:

“¿Ha leído usted "EL ALMA DE HEGEL Y LAS VACAS DE WISCONSIN"?
Es de Alessandro Baricco y cuenta algo parecido...
Un abrazo señor Luri.”

Se me ha quedado clavado como un aguijón y para sacármelo he corrido esta tarde hasta la librería La Central a ver si daba con este libro. Pero en la Central me he encontrado con Javier Pérez Andújar, el autor de Los príncipes valientes, y, evidentemente, lo he preferido a Baricco, porque con Javier se habla de Sócrates poniendo ejemplos de Julio Verne, de la metafísica occidental con el vocabulario de Pipi Lamstrung y, por si fuera poco, está permitido hacer ensaladas con ingredientes de Darwin, Juan Manuel de Prada (cortado muy fino) y Roald Dahl. Además con él te pasan de manera natural cosas que de ninguna manera te pueden pasar con Baricco, por ejemplo que Eduardo Mendoza se pare en plena calle a comentarle a Javier cuánto le ha gustado su novela y solicitarle bibliografía sobre no sé qué punto.

A la noche, de vuelta a Ocata, he recuperado una pregunta que me había hecho Javier sobre el sentido de la filosofía una vez que el cosmos se lo hemos dejado a los astrónomos y a la física de partículas. ¿Para qué filosofamos? Mientras me encogía de hombros, abandonando la búsqueda de una respuesta, he abierto Mis años de aprendizaje, de Gadamer, y la he encontrado en la página 76:

“El pensamiento de Paul Natorp fue en cierto modo en su totalidad el intento por responder a aquella pregunta que se hacía Meister Ekkehart: ‘¿Por qué salís?’ Una vez más, la respuesta, como en Plotino, como en la mística, como en Fichte, como en Hegel, sigue siendo: Para encontrar el camino a casa”.

Exactamente es eso. Cuando el niño de los cuentos infantiles que abandonó su casa para buscar la aventura en el bosque se hace mayor sin renunciar a su pasado, inevitablemente se convierte en filósofo.

Claro está que mañana volveré a por el libro.

El escepticismo

“El escepticismo –escribe Pirrón- no se atreve a definir nada”. Efectivamente, como no cree conocer los límites conceptuales de las cosas y definir es poner fines o términos (“determinar”), los escépticos ni afirman ni niegan, simplemente se encogen de hombros, haciendo de este gesto de insensibilidad la clave de la felicidad. Tanto es así que se contaba que Pirrón vio un día cómo su maestro, Anaxarco, caía en una balsa de aguan y braceaba desesperado. Pirrón, fiel a la enseñanza recibida de su maestro, se encogió de hombros y siguió su camino. Anaxarco finalmente se salvó y lo primero que hizo fue alabar la impasibilidad del alma de su discípulo.

martes, 8 de enero de 2008

Una pregunta ingenua

¿En qué consiste exactamente esto de ExpoZaragoza?

Las vacas, la música y la productividad láctea


En 1931 (fecha a la que pertenece el recorte de este periódico) ya se estudió la posibilidad de complementar el aporte alimentario de las prímulas con corcheas para estimular así la productividad de las glándulas mamarias de las vacas. Pero como las vacas, como muy bien saben los seguidores de este Café, son muy suyas, tienen sus preferencias. Y esto es lo que intentó poner de manifiesto recientemente un grupo de científicos de la Universidad de Leicester. Descubrieron que las vacas no son insensibles al tipo de música. Las canciones con mayor poder lacto-estimulante son las siguientes: "Everybody Hurts", de REM; "What a difference a day makes", de Aretha Franklin; "Bridge Over Troubled Water", de Simon & Garfunkel; "Moon River", de Danny Williams; "Perfect Day", de Lou Reed; y la “Sinfonía Pastoral” de Beethoven. Lo de la "Sinfonía pastoral" lo entiendo, que tampoco es cuestión de poner en primer lugar una loa al explotador capitalista, pero la postergación de Lou Reed me duele, de verdad.

lunes, 7 de enero de 2008

Esto es el acabóse

¡Dios Santo, es cierto! William Kristol es colaborador (Op-ed columnist) de The New York Times. Ahora que el neoconcervadurismo se había acabado, aparece Podhoretz como colaborador de Giuliani y el mismísimo vástago de Irving Kristol cobra del New York Times. Estos muertos gozan de una salud de hierro.

Así comienza su artículo hoy: “Thank you, Senator Obama. You’ve defeated Senator Clinton in Iowa. It looks as if you’re about to beat her in New Hampshire. There will be no Clinton Restoration. A nation turns its grateful eyes to you”.

No me sorprende que sus enemigos (de los que no anda escaso) anden desgarrándose las vestiduras ante las puertas que le abre el New York Times.

Unos pocos datos sobre William Kristol:

  • En Libération (25-2-2003) se lo calificó de “halcón intelectual de la administración Bush” y alma de la derecha conservadora fundada por su padre.
  • Es tan buen hijo que por Nueva York se cuenta de él que en lugar de rebelarse contra sus padres, como hacían los jóvenes de su tiempo, se rebeló al lado de sus padres contra su generación.
  • En sus tiempos de estudiante en Harvard, fue discípulo de Harvey Mansfield, en cuyo círculo se movían también Francis Fukuyama y Robert Kagan.
  • En la administración del primero de los Bush, fue jefe de gabinete de Dan Quayle.
  • En los años de la administración Clinton dirigió, con el soporte financiero de Rupert Murdoch, el Weekly Standard.
  • El periodista Richard Cohen habló de la guerra de Iraq como la “Kristol’s War” (The Washington Post, 6-11-2002). Como si quisiera darle la razón, Kristol publicó con su amigo Lawrence F. Kaplan el libro The War Over Iraq: Saddam's Tyranny and America's Misión.
  • Entre sus amigos se encuentran Wolfowitz, Robert Kagan, James Woolsey, Lawrence F. Kaplan y Steven Lenzner. Con Steven Lenzner.
  • Por si no hubiera dado suficientes motivos para ganarse la inquina de los demócratas, editó junto con Christopher Wolfe Homosexuality and American Public Life (Spencer Publishing Company, 1.999).

Y ya veis, en The New York Times.

William Kristol enfrentándose a la dulce dialéctica a la que los ocurrentes americanos han dado el nombre de " getting the old pie-in-the-face treatment".

Postales filosóficas: Teoría y praxis


¿La vida es teorética?

Vía: Lims007

La historia más triste jamás contada

Según el Himno a Afrodita, Aurora raptó al joven Titono porque estaba enamorada de su deslumbrante belleza y quería conservarla para siempre a su lado. Así que tras el rapto solicitó a Zeus la inmortalidad para su amante, pero se olvidó de añadir que fuera acompañada de la eterna juventud. Por eso, cuando la odiosa vejez se apoderó de él inmovilizándole los miembros, Aurora lo escondió en el cuarto más secreto de su palacio. La voz de Titono –dice Homero- aún sigue fluyendo, pero sus piernas cada día tienen menos fuerza.

domingo, 6 de enero de 2008

Sobre la "moral fashion"

En La riqueza de las naciones Smith diferencia dos esquemas morales que según él prevalecen en todas las sociedades civilizadas. Uno sería el “strict or austere” y el otro el “liberal, or, if you will, the loose system”. El primero contaría con el respeto y la admiración de la gente corriente, mientras el segundo estaría adoptado por lo que Smith llama “people of fashion”. Ya sé que lo que Smith y nosotros entendemos por “fashion” no es exactamente lo mismo… pero sin embargo, creo que resulta interesante pensar esa diferencia desde nuestra concepción de lo “fashion”.

Smith sostiene que la gente corriente siempre ha sido partidaria de la rigidez moral y que las revueltas puritanas ganaron sus adeptos entre las clases bajas, mientras las clases altas eran mucho más licenciosas y permisivas. Hoy, salvo quizás en los Estados Unidos, con el formidable fenómeno de los “born christian again” (indisociable del crecente número de americanos que consideran que el declive moral es el principal problema del país), en los países económicamente más avanzados parece que estamos asistiendo a una universalización del “people of fashion” (en todos los sentidos del término), de tal manera que nos estamos quedando sin gente corriente (a no ser que lo corriente sea ir a la última tanto en trapos como en ideas).

En una fecha tan temprana como 1960 Daniel Bell llamó la atención sobre una contradicción que atraviesa las sociedades capitalistas avanzadas. Por una parte requieren para su funcionamiento de una cierta convicción de la necesidad de la autodisciplina y de la postergación de la gratificación inmediata del deseo; pero al mismo tiempo estimulan la autoindulgencia y el hedonismo impaciente. Tanto es así que la mercantilización del deseo se ha convertido en el principal motor de una economía que, sin embargo, necesita una mano de obra que no sea especialmente sensible a este mensaje.

La impaciencia por la gratificación hedonista y la mercantilización del deseo afecta especialmente al sexo. Alguna vez he llamado por aquí la atención sobre el sorprendente hecho de que la misma sociedad que degrada el tabaco al rango del vicio, tolera la promiscuidad sexual como una cuestión relativa al inalienable derecho individual a hacer con el propio cuerpo lo que más nos plazca.

Pero la moral-fashion no puede ocultar ya las contradicciones culturales de la liberación sexual. No ha sido una ganancia sin pérdidas y, por lo tanto, si ha sido un progreso, ha sido un progreso problemático. O sea: es problemático que haya sido un progreso.

sábado, 5 de enero de 2008

Sobre el aborto

Definitivamente, no soy progre. Entiendo por progresismo la convicción de que es posible liberar al hombre de sus condicionantes naturales y crear una vida determinada “progresivamente” sólo por factores culturales. Se tiende a identificar así lo cultural con la acción creadora del hombre; mientras que lo natural sería aquello que está a disposición de la cultura. En cierta forma el progresismo es la ideología que cree posible (obviamente con las mejores intenciones) romper el nexo causal existente entre las acciones humanas y sus consecuencias naturales. Posiblemente en ningún otro lugar se ve esto más claro que en el caso del aborto.

El del aborto me ha parecido siempre un tema muy serio. El concepto de “nasciturus” como ser que carece aún de personalidad jurídica pero que por eso mismo es capaz de tenerla, le otorga al feto una entidad diferente al de un mero agregado de células. Un feto no es un callo. Me parece que hay argumentos sobrados para entenderlo como un ser humano en potencia y, en cuanto tal, necesitado de tutela jurídica.

En tiempos de nuestros abuelos, cuando la naturaleza estaba inmediatamente presente en la conducta humana, era evidente para todos que las relaciones sexuales podían tener consecuencias naturales y, por lo tanto, se asumía que un ser inteligente y responsable debía asumir las consecuencias de sus actos libres.

Hoy, cuando la naturaleza es lo que está a nuestra disposición (y no nos engañemos, es por esto mismo por lo que somos ecologistas) la sexualidad se ha convertido en una acción que no debería tener ninguna consecuencia más allá del disfrute que pueda ocasionar su práctica. A no ser que voluntariamente uno quiera someterse a la cadena natural de actos y consecuencias, o sea, a lo que se ha dado en llamar "paternidad responsable".

Todo esto estaría muy bien si no fuera porque la realidad se empeña en importunarnos con sus datos, recordándonos que en la gozosa experiencia de la sexualidad, precisamente por ser tan laminera, conviene no olvidarse de la prudencia, especialmente cuando se practica con el fin exclusivo de gozar de ella (cosa a la que no tengo absolutamente nada que objetar, sino al contrario). Me refiero a la realidad la que nos enseñaba sus orejas ayer mismo en los datos que recogía El País de las estadísticas del Ministerio de Sanidad. Los resumo:

  • En el año 2006 (¡el 2006!) el número de abortos realizados en España superó la barrera de los 100.000 (exactamente 101.592).
  • Una de cada 100 mujeres de 15 a 44 años aborta en España cada año.
  • Casi el 40% son menores de 25 años.
  • El 14% no llegan a los 19.
  • Cada vez se interrumpen más embarazos y a una edad más temprana.
  • Aumenta el número de las mujeres que abortan por segunda, tercera o cuarta vez. En un 31% de los casos, la mujer ya se había sometido al menos a un aborto con anterioridad. Y en 1.240 ocasiones se trataba al menos de la quinta interrupción. En el caso de las menores de 20 años, el 12% ya había abortado previamente.

Las conclusiones que me parecen desprenderse tanto de estos datos como de los comentarios que he ido leyendo en diferentes lugares son las siguientes:

  • Progresivamente se está utilizando el aborto como un método anticonceptivo más. La despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo ha dado lugar entonces a un fomento de su práctica (y esto ya es harina de otro costal).
  • Los analistas oficiales están perplejos. No entienden por qué los jóvenes de la sociedad de la información no usan anticonceptivos.
  • Estos analistas recurren a la explicación que menos explica nada: La culpa es la falta de educación. El presidente de la Federación de Asociaciones de Planificación Familiar lo tiene claro: “Un aborto es un fracaso educativo y asistencial". Es decir, nada tiene que ver en ello la voluntad de quien tiene relaciones sexuales. La sexualidad parece haberse convertido en la conducta más inocente, tanto que en ella se está autorizado a ser irresponsable. No hace mucho que se pretendía poner en los institutos máquinas expendedoras de preservativos. Pero si es tan bueno garantizar el uso de preservativos para los adolescentes, ¿por qué no animamos a las familias que les entreguen cada mañana uno a sus hijos junto con el almuerzo?
  • Como falla la educación, hay que facilitar al máximo el acceso a métodos anticonceptivos, que se deberían vender sin receta, comenzando por la píldora poscoital.

Lo de la educación sexual para adolescentes siempre me ha hecho mucha gracia. ¿Cómo se lleva a cabo? Para empezar sería una educación en la que estaría muy mal visto poner deberes o hacer prácticas de laboratorio o intercambiar experiencias sobre técnicas y procedimientos gozosos. ¿Formarían el sadismo y el masoquismo una unidad didáctica? Si decimos que no, es que creemos que los contenidos de la educación sexual deberían estar determinados por algún criterio moral y no solamente por criterios fisiológicos y eróticos. Pero si la moralidad entra en juego de una manera tan determinante, es que entre la educación sexual y la enseñanza de la geografía hay alguna diferencia considerable.

"No hay que tener miedo a hablar de sexo", dice el presidente de la Federación de Asociaciones de Planificación Familiar, ignorando que nunca se ha hablado de sexo más que en la actualidad.

viernes, 4 de enero de 2008

Liriqüescencias

El post anterior me ha hecho recordar los poemas liriqüescentes de mi amigo Esteban Soler. He aquí algunos:

I

amor,
sin ti
el tiempo sería empo
y yo
por no poder ser tuyo
sería eternamente yo

II

sin ti
no puedo estar contigo
sino en el congo

III

contingente sin ti,
luego conngente

IV

con tí: eso es el estío

V

sin tí los gatillos cantan ki-ki-ri-kí
y los relojes sólo hacen ctac ctac

jueves, 3 de enero de 2008

Postales filosóficas: El tiempo

Vía: El señor enviñetado


Recuerdo las palabras del poeta: "Amor, sin ti, el tiempo sería empo."

Postales filosóficas: Al-Razi

El médico persa Abû Bakr Muhammad ibn Zakarya al-Râzî (muerto hacia el 930), que no es precisamente el filósofo más admirado del Islam, comienza su Medicina espiritual con estas palabras: “Dios, ensalzado sea su nombre, nos ha dado la razón para obtener por ella, tanto del presente como del futuro, los mejores beneficios que podamos conseguir; es el mejor don que Dios nos ha dado (...). Debemos apoyarnos en ella para todo y juzgar con ella todas las cosas. Debemos actuar según lo que ella nos manda hacer”. Aplicando este criterio en La conducta virtuosa del filósofo, sostiene que “a veces se hace preciso beber para disipar las penas”.

Levanto mi copa por al-Razi.

miércoles, 2 de enero de 2008

Dos de enero. Segundo post del año.

Junto a la historia de la filosofía se encuentra su hermana gemela, la mitología de la filosofía. Son como dos plantas trepadoras que crecen en el mismo tiesto. Como tienden a enredarse la una en la otra es tan difícil construir una historia de la filosofía sin mitologemas como una mitología sin filosofemas. Esto es lo que me propuse señalar en mi Guía para no entender a Sócrates. Cosa distinta es si lo conseguí.

Hay mitos filosóficos de todo tipo. Cuanto más grande es la figura del filósofo, más abundan las leyendas que le conciernen. Por eso hay tantas sobre Sócrates, Platón y Aristóteles. Voy a recoger una muy poco conocida sobre la Academia de Platón que me gusta especialmente. La encontré en el Policraticus de Juan de Salisbury (1159) y sostiene que Platón quiso fundar la Academia en un lugar muy alejado de Atenas en el que había frecuentes sacudidas de tierra para que los filósofos tuvieran siempre miedo y así ser modestos y, por lo tanto, aptos para la sabiduría. Posiblemente Juan de Salisbury se basa en el Adversus Iovinianum de Jerónimo, donde leemos que Platón eligió para su escuela un lugar pestilente, para que sus discípulos, ocupados en protegerse de la enfermedad, despreciaran los ardores de la carne y se dedicaran exclusivamente a los del intelecto. Esta versión se encuentra también en la Historia calamitatum mearum de Abelardo. Los mitos tienen la ventaja de que nos permiten elegir, a los que andamos flojos de fe, de entre varias versiones, la que más nos interesa. Y me quedo con la del Policraticus. Lo que cuentan Jerónimo y Abelardo no me acaba de cuadrar. No entiendo muy bien por qué los discípulos de Platón tenían que estar todo el santo día vigilando su profilaxis si lo que tenían que aprender con ella era la irrelevancia del cuerpo. Lo que cuenta Juan de Salisbury me parece, por el contrario, cargado de sentido. Nada ha de exigírsele a un filósofo con más severidad que el recuerdo de la naturaleza. Un filósofo que ha olvidado la naturaleza puede ser un gran competidor de los poetas, pero no un filósofo.

Viene todo esto a cuento de las noticias que recoge la prensa de hoy sobre la violencia desatada en Kenia, país que se tenía por uno de los más estables del África negra. Alguien que leía el periódico a mi lado me ha dicho con cierto sobresalto que le resulta imposible comprender cómo se pueden quemar vivos a más de 30 mujeres y niños refugiados en una iglesia. Yo le he preguntado por qué le resultaba más difícil comprender la violencia que la convivencia. Y ahí nos hemos enzarzado, como el mito y la filosofía.

El guionista caprichoso

 I A eso de las cuatro de la tarde ha sonado el teléfono. Era una de esas llamadas que esperas que nunca lleguen y que cuando llegan, siempr...