miércoles, 28 de febrero de 2007

El síndrome de Prometeo

En el llamado “Apéndice de Perotti” se recoge una fábula de Fedro (15 a.C. – 55 d.C.) titulada “De la verdad y la mentira” que no tiene desperdicio:

Antiguamente, Prometeo, modelador de una nueva generación,
con sutil esmero dio forma a la Verdad
para que pudiera administrar justicia entre los hombres.
Llamado de pronto por el mensajero del gran Júpiter,
confió su taller al falaz Engaño,
al cual había admitido recientemente como aprendiz.
Entusiasmado éste con su trabajo, con el tiempo que dispuso
modeló con sus hábiles manos una estatua de igual rostro,
de las mismas proporciones y semejante a la otra en todos sus miembros.
Cuando ya casi la tenía perfectamente terminada, le faltó barro para hacer los pies.
Volvió el maestro; el Engaño, turbado por el miedo,
se sentó rápidamente en su sitio.
Admirado por tan gran similitud, Prometeo
quiso que se viera la superioridad de su propia obra.
Así pues introdujo las dos estatuas a un mismo tiempo en el horno.
Una vez completamente cocidas e infundido en ellas el soplo de la vida,
la sagrada Verdad avanzó con paso sosegado;
por el contrario, la figura mutilada quedó clavada en el sitio.
Por eso la falsa imagen, que era el producto de una obra furtiva,
recibió el nombre de Mentira.
Estoy de acuerdo con los que dicen que no tiene pies.

Algunos estudiosos piensan que en esta fábula de encuentra el origen de la antigua leyenda del Golem. En 1812 fue recuperada por Joachim von Arnim en su Isabel de Egipto. Pocos años más tarde, en 1816 un selecto grupo de ingleses que se encontraba en Suiza, a orillas del lago Léman, entretuvo su ociosidad leyendo en voz alta, al calor del fuego, las historias de un libro titulado Fantasmagoriana. Entre ellas se encontraba una versión del relato de von Arnim. Aquella misma noche uno de los presentes, Mary Shelley comenzó la redacción de su Frankenstein o el Moderno Prometeo.

Otras versiones del golem son las de E.T.A. (Los secretos, de 1820), U.D. Horn (Der Rabbi von Prag, de 1842) y, por supuesto, la de Gustav Meyrink (Der Golem, 1915) que fue llevada al cine en 1920 por Wegener.

Y en esas estamos, empeñados en crear seres superiores a nosotros. En cierta forma ya lo hemos conseguido. Hasta comienzos del siglo XX aún era creíble que el hombre fuera la medida de todas las cosas. Hoy no. Hoy el hombre es un ser medido por sus aparatos. De ahí que Günter Anders haya descrito a nuestra cultura por su “síndrome del complejo de Prometeo”: es el que estamos comenzando a sentir al contemplar las soberbia de nuestras máquinas.

martes, 27 de febrero de 2007

Ocata - New York

Hace dos años hicimos las maletas y nos fuimos, toda la familia, a pasar una semana a Nueva York. Era abril y aún había nieve por los rincones umbríos de Central Park y al anochecer soplaba un viento helado que lejos de desanimarnos, nos empujaba a mi hijo y a mi a recorrer las calles, atravesando Manhattan de punta a punta a horas intempestivas. Nos dimos unas caminatas que nos dejaban baldados y felices. Cuando ya no podíamos dar un paso más entrábamos en los bares más raros que encontrábamos y a la salida, si no había otro remedio, cogíamos los transportes públicos. La gente es, siempre, el mejor espectáculo. Fue un gran viaje. En una de nuestras escapadas decidimos ir a huronear por Harlem. Hay tributos que es necesario pagar a la propia fantasía. Además mi hijo quería comprar no sé qué musica estrambótica. Entramos en diversas tiendas y en todas nos trataron de la forma más correcta. En una de ellas, que estaba regentada por unos negrazos imponentes, auténticos rascatechos, comenzamos a hablar de esto y de lo otro e, inevitablemente, salió el tema del barrio.

- Si queréis emociones fuertes, fuertes de verdad -nos dijo uno de aquellos hombrazos-, lo que tenéis que hacer es ir a España.
- ¡Somos de España! -le contestamos.
- Pues el lugar más peligroso que conozco yo está en España.

Nos añadió que había estado trabajando de guardaespaldas en Torrevieja, pero que se había cansado de vivir peligrosamente y había decidido venir a retirarse a la placidez de Harlem.

Al regreso descubrimos pronto que era mejor hablar poco de nuestro viaje y, en cualquier caso, no convenía mostrar excesivo entusiasmo. La mayor parte de nuestros amigos no se podía creer que en el aeropuerto nos hubiesen tratado con amabilidad y diligencia, que hubiésemos viajado en metro por toda la ciudad sin ningún percance, que hubiéramos descubierto librerías magníficas y restaurantes baratos, etc, etc. A algunos parecía que estábamos provocándolos si les asegurábamos que nos había entusiasmado ese milagro de monstruosidad a la medida del hombre que es Manhattan.

La verdad verdadera es que el único disgusto que tuvimos fue con una panda de gamberros que no paró de dar la lata en el tren en nuestro trayecto de El Prat a Ocata. Se subieron en la estación de Sants y se apoderarn del vagón como si fuera un despojo conquistado al enemigo. Por un momento incluso añoramos Harlem.

lunes, 26 de febrero de 2007

Aforismos de las 21:15

I
Un muerto vivo es el que no para de quitarse el pasado de encima, intentando sobrevivir a su avalancha.

II
Nuestras verdades nos confunden, porque olvidamos que la verdad del cuchillo es también la herida.

III
Le gustaba buscar su imagen en las charcos, tras la lluvia, a donde acude también a reflejarse el cielo. Ocurre que nosotros y los dioses sólo nos vemos con claridad en lo efímero.

IV
Nadie se emociona con más sincera intensidad que un cursi ante la firma de un cuadro.

V
El respeto del prudente hacia las rutinas es tan indiferente al mundo como la impaciencia del imprudente por anticipar el futuro desconocido. Uno busca las cosas en su patina y otro en su inmediatez nativa. Ambos juegan a entretener esperas.

VI
¡La soledad es tan mala compañera!

VII
La vergüenza, como la timidez, la inseguridad o la desconfianza, huelen. Son perceptibles de lejos.

VIII
Para tener futuro conviene llevarse muy bien con el pasado.

IX
Fue y le dijo: “Es mucho más liviana la condena de estar sólo contra ti que la libertad de habitar sólo sin ti”.

X
Hay quien no para de dar vueltas intentando hallar en su mareo un sentido. O alguna dirección o algún olvido.

XI
La historia del arte tiene por objeto comercializar lo estéticamente correcto.

XII
La melancolía es la virtud narcisista de quien teme al futuro.

XIII
La función de la cultura es hacernos olvidar nuestra naturaleza y la de la ley penalizar los brotes intempestivos de memoria.

XIV
Es sabido que la cultura es la agricultura de las plazas públicas.

XV
El hecho de que para hacer brillar las imágenes de Dios se haya recurrido desde tiempos inmemoriales al fulgor del oro ha acabado contaminando teológica y escatológicamente a este metal.

XVI
Repito el aforismo anterior, pero con una duda. ¿Y si es al revés?

domingo, 25 de febrero de 2007

El discreto encanto de la falacia "ad hominem"

Me ha parecido muy instructiva la entrevista que Nuria Escur realiza a Ayaan Hirsi Ali en el Magazine de La Vanguardia. Me imagino que recordáis a Ayaan, que en poco tiempo ha pasado de parlamentaria holandesa a emigrante en los Estados Unidos.

- Algunos sectores políticos -afirma la periodista- lamentan que usted se haya desplazado hacia postulados propios de la derecha.

- Yo les diría -contesta la entrevistada- que las personas que se consideran de izquierda hoy en día hace muchos años que han dejado de ser progresistas. La izquierda, salvo honrosas excepciones, se ha convertido en un sector reaccionario. La propia izquierda se cuestiona por qué se están escindiendo. ¿Es progresista decir que "todas las culturas son iguales"? No. ¿Es progresista decirle a una mujer que ha huido de una situación de abuso que llamarás a un mediador para que la devuelva al infierno de su marido? No. ¿Es progresista defender una religión que es contraria a la vida, que trata a las mujeres peor que a animales domésticos, amenaza la vida de los homosexuales y no separa Iglesia y Estado?... ¿Eso es progresista? ¡No eso es reaccionario!

La respuesta es clara. Meridianamente clara y la periodista podría haber sacado buena tajada de ella. Sin embargo decide optar por el malabarismo ideológico con un comentario dirigido en exclusiva al lector, y por lo tanto hurtado a la entrevistada, que no tiene desperdicio:
"Me dice eso, pero no puedo evitar verle un gesto a lo Condoleezza Rice. No sé si es ese cuello de camisa almidonado o el reflejo frío de las perlas, pinchando entre frase y frase, pero reconozco que su discurso "neocon", en ella, me desasosiega."
¡Qué joya! Yo la pondría en una antología de la falacia. Digas lo que digas, si tienes un aire a lo Condoleezza Rice, eres neoconservadora. Y, por lo tanto, sospechosa. ¡Y no digamos nada si me siento herido por el reflejo frío de tus perlas! La venerable retórica reservaba un nombre preciso para esta singular manera de razonar: el de falacia "ad hominem". Se trata de un razonamiento sesgado y tendencioso que tiene, básicamente, esta estructura:
1. Alguien -llamémosle "A"- afirma algo que no me gusta.
2. No puedo o no quiero cuestionar lo que dice "A" pero puedo extender una sombra de sospecha acerca de él.
3. Conclusión: Conviene no fiarse de lo que dice "A" porque su lógica puede estar contaminada por su sombra.
La conclusión de la entrevista es doble:
1. El hábito no hace al político, excepto en el caso de los neocón.
2. Las conductas definen a los políticos, excepto en el caso de los progres.

sábado, 24 de febrero de 2007

Aforismos de la hora del café

I
Los revolucionarios creen vivir en el momento supremo de la historia, el más clarividente, en la atalaya histórica que les permite contemplar el panorama completo del pasado y del futuro. Por eso no dudan en someter completamente lo dado a su deber ser absoluto. Ni Dios, al crear el mundo, se atrevió a tanto. Fue mucho más humilde, ya que dio un margen de libertad al diablo.

II
El cinismo de la verdad es con frecuencia, como el paisaje, un estado del alma.

III
Pensarse y decirse “yo” es jugar con la ilusión de encontrar la imagen fija de uno mismo en la corriente del río que nos refleja.

IV
Nuestra pereza con frecuencia salva a las cosas, al permitirles demorarse en su fragilidad, sin tener que justificarse ante nuestros deseos.

V
La melancolía es una pasión conspiradora contra la terapia del olvido.

VI
El anciano que mira en silencio al mundo es porque ha visto depositarse sobre él un poso de fatalidad, obra exclusiva del tiempo, que el gesticulante nerviosismo de los jóvenes contribuirá a acrecentar. A este silencio lo llaman sabiduría.

VII
Sólo nos hacemos presentes a nosotros mismos cuando la luz de una mirada de deseo o de rechazo nos concede la experiencia de la perplejidad. Lo demás son sinsaberes.

VIII
La esperanza tira de los inseguros como de un tirano lisiado un esclavo frustado y vengativo.

IX
Decían los antiguos que la naturaleza creó al hombre para verse a sí misma, consciente de su propia belleza. Los modernos, que aprendimos a dudar de todo, sospechamos que el espectáculo resultó decepcionante. Y de esa decepción nació la cultura.

X
Si no pudiéramos descansar de nosotros mismos, ¡qué carga seríamos para los demás!

viernes, 23 de febrero de 2007

El Sócrates de Kierkegaard

Diez años después de la muerte de Hegel (1831) Søren Kierkegaard defendió en Copenhague su tesis doctoral sobre el concepto de ironía. Es claramente una toma de posición filosófica contra el idealismo de Hegel y a favor de la 'docta ignorancia' socrática. De hecho el Sócrates de Kierkegaard es un refutador del idealismo y como tal lo presenta ante el panorama filosófico del siglo XIX.

Este Sócrates tiene mucho de sosia de Kierkegaard. Es como si el danés necesitara para enfrentarse al olímpico Hegel el amparo protector de un filósofo venerable. La empresa, desde luego, tenía algo de titánica. Por eso, cuando sostiene que Sócrates había encontrado finalmente en Hegel a alguien con el que valía la pena discutir, el lector no puede librarse de la sospecha. ¿Está protegiéndose de la acusación de hybris, que era la que merecían los humanos que se atrevían a equipararse a los dioses?

A los ojos de Kierkegard, Hegel representaba el triunfo de la teoría pura y despiadada, despojada de matices. Hegel es el arquitecto de un sistema formalmente asombroso, pero rígido y, por lo tanto, inhabitable; mientras que Sócrates representa al hombre que cada uno somos, necesitado de cobijos menos aparatosos, pero más habitables. Hegel es el narrador de la historia de lo humano; Sócrates es el sujeto que construye su historia, pequeña, pero irreductiblemente suya. Hegel es el apóstol de la Verdad, Sócrates el desvelador de la autenticidad.

El pensamiento de Kierkegaard sobre Sócrates se encuentra, en sus líneas generales, en su “Ensayo sobre el concepto de ironía”, donde defiende, muy resumidamente, lo siguiente:
  • Sócrates es el primer filósofo de la existencia. De ahí que con frecuencia se encuentre más cerca del ciudadano Jenofonte que del especulativo Platón.
  • Platón no ha sabido captar la ironía socrática en su integridad, debido a que la ironía socrática no es similar a la platónica. Platón mitificó tanto a su maestro que tomó en serio lo que éste decía irónicamente.
  • La Apología de Sócrates o bien es espuria, o bien se explica de manera totalmente irónica. En la confesión de la pitia sobre su sabiduría y en la conciencia socrática de su propia ignorancia hay una ironía profunda que no habrían sabido captar ni Platón ni Hegel.
  • Sócrates no sólo utilizó la ironía, sino que además se consagró a la ironía hasta el punto de sucumbir a ella. Por eso Aristófanes llegó a estar cerca de la verdad.
  • Sócrates es profundamente romántico porque está atravesado por una permanente y trágica nostalgia de infinito, puesta de manifiesto por la contradicción ente la infinitud de la experiencia ética, y las limitaciones de la existencia humana.
  • En este hiato entre la infinitud de la ética y la finitud de la existencia nace la ironía socrática que lleva aparejada la refutación de todo idealismo.
  • Así como la filosofía comienza con la duda, la vida digna de ser llamada humana comienza con la ironía, que es fruto de una ignorancia que se ha hecho consciente de sí. Esta ignorancia que se sabe ignorante lejos de ser ineficiente, permite la acción de la voluntad.
  • El saber que sabe ignorante y apuesta por la voluntad, es el único saber compatible con la existencia humana.
Espero, Señor Otro, haberlo dejado satisfecho.

jueves, 22 de febrero de 2007

Once aforismos, un poema y una carta

1. Los aforismos: Homenaje a Albert Cutillas (el Sloterdijk catalán), tras escucharlo ayer en el Horiginal (AÑADIDO DEL SÁBADO 24: tras un anónimo y pulcro estirón de orejas, corrijo el lapsus calami: "ABEL CUTILLAS", no Albert):

I

El tiempo: ese enemigo mortal, matón de patio de escuela, que juega, cruel, a darnos treguas.

II

Hay quien vive como si llevara toda su vida escrita a mano en un manojo de folios mal sujetos bajo el brazo.

III

El científico en su laboratorio juega a ser profeta.

IV

La distancia crítica con la propia época es la condición sine qua non de la auténtica cultura y de la irremediable infelicidad.

V

También la vida tiene su dignidad, que tirará por la borda, claro, al mar del último suspiro. Allá donde naufraga toda conciencia.

VI

La cultura propiamente dicha es cultivo solitario del desarraigo.

VII

Tener cuerpo nos hace culpables.

VIII

La viva vivida a conciencia es un sueño.

IX

La nostalgia de la aventura es la forma de vida del jubilado ocioso. O sea, del europeo actual.

X

Quienes temen a la ética, sueñan con la orgía. Es decir, con un yo inocente, que no tenga que dar (se) cuentas (a sí mismo).

XI

Me resulta incomprensible el amor a la naturaleza. La naturaleza en su sentido más propio es la muerte viva: Mirad el festín de vida que garantiza un cadáver.

2. El poema

Cuando la Micaela,
la amiga de infancia de mi madre,
a la que enterraron sus hijos con todos sus joyas
en un ataúd blindado -a veces suceden cosas así-,
vio por primera vez el mar,
una mañana de mayo en la Concha,
-ya muy entrada en años-
no paraba de llenarse las manos
con las olas que acudían a su reclamo
quebrándose en sus tobillos hinchados
por cuarenta años de posguerra
y se decía a sí misma en voz alta:
¿Has visto, Micaela, qué cerca
está aquí el cielo,
que hasta puede cogerse con la mano?

3. La carta

La sociedad cerrada y la justicia

Defiende Leo Strauss en Derecho Natural e Historia que en la medida en que el hombre es por naturaleza social, es decir, está hecho de tal forma que necesita vivir en sociedad, su humanidad es sociabilidad.

El hombre se refiere al otro en cada uno de sus actos no por un cálculo utilitario, sino por naturaleza. Sobre esta sociabilidad reposa el derecho natural del hombre en el sentido estricto de la expresión.

Puesto que el hombre es naturalmente social, la perfección de su naturaleza incluye la virtud social por excelencia, la justicia:
“la justicia y el derecho son naturales”.
Pero si es natural el deseo de justicia, ha de ser también natural una cierta conciencia de la necesidad de la represión del deseo, pues no todo deseo puede estar permitido si hemos de satisfacer la demanda paralela de justicia.

Hay por naturaleza, entonces, una disposición (una apertura hacia la justicia y el autocontrol) a la que cada comunidad orienta con una normas precisas.

Las comunidades humanas son posibles porque el hombre es por naturaleza social. Pero la realización de esta naturaleza requiere que la comunidad le ofrezca al que llega nativamente a ella una cierta clausura del sentido de lo posible. Por eso toda sociedad es una sociedad cerrada (y aquí Strauss está polemizando claramente con Popper, a quien despreciaba) en la medida en que necesita satisfacer las demandas de confianza mutua, esto es, de un cierto grado de uniformidad que haga previsible el comportamiento del otro. Sin esta previsibilidad no hay comunidad ni responsabilidad mutua.

Así pues,
"las fronteras de la ciudad marcan los límites de la preocupación por el otro.”
Pero si la sociedad en el seno de la cual el hombre puede desarrollarse como ser social (esto es, alcanzar la perfección de su naturaleza) es necesariamente una sociedad cerrada, la división del género humano en grupos independientes es conforme a la naturaleza.

Las ciudades no crecen como las plantas. Hay en ellas un elemento de elección arbitraria de los criterios de copertenencia y exclusión. Y es necesario que así sea. Es necesario que una sociedad sea cerrada si quiere ser justa. Es decir: si quiere ser justa conforme a la naturaleza.

miércoles, 21 de febrero de 2007

La risa de la muchacha tracia

Es decir:
La risa de la muchacha tracia
o
la crítica popular a la 'garrulitas' de los filósofos

I
En Teeteo 174 ab, dice Sócrates refiriéndose a Tales de Mileto:
"para contemplar las estrellas alzó la vista y cayó en un pozo, y entonces una muchacha lista y chistosa, tracia, se burló de él, pues se afanaba en saber lo que hay en el cielo pero le pasaba desapercibido lo que tenía delante suyo, a sus mismos pies. Y esta misma burla sigue alcanzando siempre a los que viven en filosofía".

II
Blumenberg sugiere -y es sugerencia straussiana digna de ser meditada- que Platón está viendo caído en el pozo a Sócrates y que la muchacha que se burla es la polis de Atenas.

III
En todo caso la desconfianza que la gente con vértigos intelectuales siente hacia los filósofos es proverbial. Tanto que las palabras de Sócrates en el Teeteto adquirirán pronto la forma del proverbio.
"Lo que está sobre nosotros -se decía- no nos importa".
IV
Lactancio (Divinae Institutiones, III, 20):
"Hay un cébre proverbio atribuido a Sócrates: lo que está sobre nosotros, no nos concierne (quod supra nos, nihil ad nos).”
Minucio Félix repite palabra por palabra este proverbio (Octavianus XIII) y lo presenta como argumento para embridar la "libido philosophandi".

V
Hubo hasta filósofos que creyeron posible filosofar ocupando el lugar de la criada burlona. Son los cínicos. Según Diógenes Laercio (VI, 27), Diógenes el cínico se burlaba de los matemáticos que miran hacia el sol y la luna, pero no ven lo que tienen a sus pies. Con los cínicos la risa se profesionaliza en la filosofía misma.

VI
Estobeo (Florilegium, LXXX, 3):
"El cínico Bion de Borístenes dijo que los más ridículos eran los astrónomos, que no ven los peces ante sus pies en las playas, pero afirman de sí mismos reconocerlos en el cielo”.
VII
Cicerón, sin embargo, atribuye el proverbio a Demócrito (De adivinatione II, XIII, 30):
“Demócrito, como físico, no torpemente bromea (y nada hay más arrogante que este género de hombres): “quod est ante pedes, nemo spectat, caeli scrutantur plagas” (lo que está ante sus pies nadie mira, zonas del cielo escrutan).
Este verso es, en realidad, de Ennio, y seguramente pertenecía a su Ifigenia. Pero no tenemos por qué dudar de que Demócrito haya expresado alguna idea semejante.

VIII
Según Tertuliano (Ad Naciones, II, 15) el autor del "quae super nos, nihil ad nos" no fue ni Sócrates ni Demócrito, sino Epicuro.

IX
Andrea Alciato ilustra esta cuestión en el emblema 103 de su Emblemata" (1531) con la figura de Prometeo, aclarando que si Zeus lo castigó fue, precisamente, por atreverse a mirar a las alturas con descaro de iconoclasta.

QVAE SVPRA NOS NIHIL AD NOS.

Caucasia aeternum pendens in rupe Promethaeus
Diripitur sacri praepetis ungue iecur
Et nollet fecisse hominem, figulosque perosus
Accensam rapto damnat ab igne facem
Roduntur uariis prudentum pectora curis
Qui coeli affectant scire Deumque uices.

Así fue traducido "en rimas españolas" en 1549

Atado está Prometeo en alta roca
del Cáucaso, y el hígado comiendo
un águila le está, que entre la boca
cuanto más come más le está creciendo.
Es su voluntad culpa vana y loca
crecerle su penar continuo viendo,
qual crece el de los que saber presume
las ciencias, que los ánimos consumen.

martes, 20 de febrero de 2007

Graffiti pompeyanos

Ayer por la tarde estuve hablando en la ESDI (Escuela Superior de Diseño) de Sabadell del nacimiento del espacio público. Comencé con el ágora griega y acabé con los muros de Pompeya. Es sabido que esta dinámica ciudad imperial fue sepultada el 24 de agosto del 79 d.C., por la violenta erupción del Vesubio, pero muchos desconocen que las excavaciones arqueológicas han devuelto a la luz más de 20.000 graffiti, con inscripciones y dibujos que nos resultan completamente familiares. Como tendemos a pensar que el hombre de la ciudad antigua era completamente distinto de nosotros, la sorpresa que provocan estos textos aparentemente triviales es mayúscula. Ponen de manifiesto que la palabra en la ciudad se usa de muchas maneras y, también, que uno de sus usos permanentes es el anónimo del que quiere hablar sin ser visto. No hay en estos graffiti nada que no hayamos leído por las paredes y puertas de nuestros edificios públicos. Os selecciono una mínima muestra:
- “Votad a X".

- “Nos hemos meado en la cama; realmente / somos una calamidad. / ¿Quieres los motivos, posadero? ¡No había / ningún orinal!”


- “Quío, espero que tus pústulas ulcerosas se abran de nuevo y que te abrasen más aún que hasta ahora”.


- “El dinero no huele”.


- “Marco estuvo aquí”.

Existen incluso lo que podemos llamar “meta-graffiti”, como este:
“Me asombra, oh pared, que aún no te hayas derrumbado bajo el peso de las tonterías de tantos escritores”

Evidentemente el amor y el sexo ocupaban un lugar preeminente. Encontramos todos los tonos del romanticismo, desde el sentimentalismo nostálgico al lamento agrio del amor herido:
- “Vírgula a su Tercio: eres un cerdo”.

- “Salud al que ame, muerte al que no sepa amar!”.

- “Vibio Restituto durmió solo aquí y echaba de menos a su querida Urbana”.

Junto al amor, el erotismo, que recoge desde la expresión de los más diversos deseos a la descripción de gestas sexuales. Y hay también anuncios en los que alguien se ofrece sexualmente por una cantidad especificando con claridad su especialidad. En un banco, a la entrada de la ciudad, se leía:
“Si alguien se sienta aquí a descansar, que lea primero este anuncio: Quien quiera follar, que busque a Ática. Cuesta 16 ases.”
En las calles había anuncios como estos:
“Esperanza, sí a todo, nueve ases”.
Puse estos ejemplos con la intención de mostrar, además de la tuzudez de la humanidad del hombre, que junto a la visibilidad que la ciudad ofrece, se encuentra también una oferta de sombra. Pero sólo en la ciudad se puede elegir la expresión pública anónima. Y no hay espacio público que, tarde o temprano, no recoja su paradójica e impertinente huella.

La viña del Señor


Efectivamente, de todo hay en la viña del Señor. Y está bien que así sea. Vía riotclitshave

lunes, 19 de febrero de 2007

Futesas XIII

I

"Producir tanta felicidad como podamos, e impedir la miseria, es el propósito más adecuado y el fin de la verdadera moralidad y la verdadera religión"
He encontrado esta frase en un diálogo imaginario entre David Hume y John Home que forma parte de las "Conversaciones imaginarias" de Walter Savage Landor (Cátedra, 2007). La obra me ha llegado esta mañana por correo. Ha sido una agradable sorpresa. Sus editores son Javier Alcoriza y Antonio Lastra. ¿De dónde saca esta pareja tiempo -porque sabiduría y capacidad les sobra- para hacer tantas cosas como hacen y hacerlas, todas, tan bien? ¡Mi homenaje, retorcidamente ponzoñoso! Evidentemente la frase la dice Hume.

II

"Si realizas algo bueno con fatiga, la fatiga se va, lo bueno se queda. Si haces algo vergonzoso con placer, el placer se va, lo vergonzoso se queda".
Estas palabras del estoico Musonio me gustan. Especialmente porque las encuentro en las antípodas de la pedagogía moderna.

III

Al filósofo cínico Peregrino le dediqué un post en su momento, cargando las tintas en los aspectos más hiperbólicos de su agitada vida. Sin embargo Aulio Gelio, que fue su discípulo, lo trata en sus Noches áticas de "varón grave y constante". Añade que "se alojaba en un tugurio fuera de la ciudad de Atenas" y que cuando lo visitaban, "frecuentemente", "le escuchábamos decir muchas cosas de modo provechoso y honesto". Me tiene intrigado, este Peregrino.

IV

Sobre el concepto de "humanitas", dice Aulio Gelio que no significa lo que el vulgo cree, es decir, una "cierta bondad y benevolencia respecto a todos los hombres indistintamente", sino "educación y formación en las buenas artes". Y explica así estas palabras:

"Quienes sinceramente anhelan y buscan estas artes, esos son sobre todo los más humanos (humanissimi): en efecto, el interés y la instrucción en esa ciencia han sido dados únicamente al hombre, de entre todos los seres animados; por ello ha sido llamada humanidad (humanitas)".
V

Eurípides:
"Callar cuando es menester y hablar cuando es prudente."
VI

Crisipo sobre la justicia:
"Se dice que es virgen como símbolo de que es incorruptible y de que jamás se entrega a los malhechores, y de que no acepta ni palabras especiosas, ni ruegos y súplicas, ni adulación, ni cosa alguna de ésas; conforme a ello, es representada sombría, con rostro contraído y mirada ardiente y penetrante, para que inspire terror a los injustos y confianza a los justos, al ser su rostro, para éstos, benigno; para aquellos, hostil."

domingo, 18 de febrero de 2007

La ciencia y la fe


¿Y yo que encuentro que la vida humana no cabe entera ni en un sitio ni en otro? Sin embargo bien pudiera ser que ambas actitudes cupieran, incluso sincrónicamente, en una misma vida humana. ¿Es el principio de contradicción el más terapéutico de los principios?

Paestums fríos y cervezas dóricas

A la Maga, que a veces se asoma por estas páginas, la ha atropellado un coche en Madrid a la salida de un cine. A ella y a su marido, que se ha llevado la peor parte. Pero me preocupa, a pesar de todo, un poco más la Maga porque hace unos años decidimos liberarnos del fatalismo de la genética y declararnos hermanos por gracia de nuestra mutua voluntad. Y si mi madre decía que "la sangre no es agua", pues yo digo que la voluntad tampoco, y con más motivo. Va y por culpa de un conductor enloquecido que circulaba a toda pastilla contra dirección, por pocas me quedo sin hermana voluntaria. Habían ido a Madrid, a darse una vuelta por Arco. Y han acabado en urgencias de un hospital. Y no quiero hacer bromas fáciles sobre similitudes y diferencias entre los dos ámbitos.

Respecto Arco y al arte que allí se muestra, y que he podido entrever (evidentemente de manera muy sesgada) por la tele y las revistas, una pregunta:

¿Por qué el templo dórico de Paestum es más hermoso que un vaso de cerveza fría?
No, lamentablemente la frase no es mía, sino del gran Somerset Maugham, que sostiene que "nadie ha podido explicar nunca por qué el templo dórico de Paestum es más hermoso que un vaso de cerveza fría" (Cakes and Ale).

sábado, 17 de febrero de 2007

Del Espía de Mahler al gol de Sócrates

Tras el consejo del Espía de Mahler, he decidido proyectar en el café de Ocata el famoso partido entre Alemania y Grecia en el que Sócrates (sí, el hijo de Sofronisco y Fenarete y marido de Jantipa) marcó el gol más importante de su vida:


Vía: Nausicaa.

Una advertencia: Veréis que entre los alemanes juega "el Kaiser", Franz Beckenbauer. No es del todo extraño: Heidegger se extasiaba con su juego. Y, ¡qué queréis que os diga!, mejor que admirase los pies de Beckenbauer que las manos de Hitler.

Cash Hurt

A propósito del óxido vital:

viernes, 16 de febrero de 2007

El óxido vital

Catón, Carmen de moribus:
"Pues la vida humana es casi como el hierro: si la usas, se gasta; si no la usas, la herrumbre, sin embargo, lo destruye. Del mismo modo vemos que, usándola, los hombres se desgastan; si no la usas, la inercia y el entorpecimiento causan más detrimento que el uso."

Aforismos de las 2:33 de la mañana

I
¿Tiene el caníbal ardores de conciencia?

II
Era tan inválido que esperaba a la vida sentado.

III
Por amar sólo lo profundo, se ahogaba en cada superficie.

IV
La felicidad, para escándalo de la virtud, es una grandísima puta caprichosa, que raras veces corresponde a quien la ama.

V
Epitafio: “Ser un muerto significa que tú, que me traes flores, eres una ajena y total desconocida”.

VI
Toda filosofía se reduce a una inmensa añoranza de realidad.

VII
Sólo un suspiro separa la vida de la muerte.

VIII
Yo normalmente miento, sobre todo cuando soy sincero (le dijo el amante a su imagen del espejo).

IX
Para no tener cara de cuerpo sin alma conviene creerse uno mejor de lo que es. Pero no demasiado, que entonces se te pone cara de alma sin cuerpo.

X
No porque se sucedan las páginas escritas se encuentra una vida en un relato; ni porque se sucedan los días, un relato en una vida.

XI
Otro epitafio: “Ya no soy nadie y tampoco nada

XII
Finalmente expelió la solitaria cordial del amor, tan insaciable.

XIII
La vida que no se consume, caduca pronto.

jueves, 15 de febrero de 2007

Amores reales II

Como podéis ver, San Valentín ha tenido la virtud de hacer reverdecer las raíces de mi romanticismo. Además de mirar embelesado las historias de amor de las revistas del corazón (¡hay que ver cómo sufraga nuestra estulticia el paro millonario de una considerable panda de inútiles!), ando con la imaginación revuelta de amores reales. Hoy, con los de Felipe IV.

Cuando el padre Flórez se pone a hacer la lista de sus hijos bastardos, casi se queda sin tinta: don Francisco Fernando Isidro de Austria, de madre ignorada; doña Ana Margarita, religiosa agustina; don Juan José de Austria, hijo de la comedianta conocida como La Calderona; don Afonso, dominico y obispo de Málaga; don Carlos; don Fernando de Valdés, general de artillería; don Alfonso Antonio de San Martí, obispo de Oviedo y Cuenca, hijo de una dama de la reina; don Juan de Cosío, religioso... y así hasta la treintena.

Madame de Aulnoy, en sus impresiones sobre la corte, sostiene que formaba parte de la etiqueta el que las queridas del rey ingresaran en un convento al ser abandonadas. Y añade a modo de ejemplo que, estando el rey prendado de una dama de palacio, acudió una noche a llamar a su puerta, pero ella, al entender para qué se la requería, contestó : "Vaya, vaya con Dios; que no quiero ser monja". Y es que una mujer que había sido tocada por el monarca sólo podía ser tocada posteriormente por Dios.

Antoine de Brunel añade en su Voyage d'Espagne curieux, historique et politique lo siguiente:
"Se habla en Madrid de una dama que le fue inexpugnable, pero que sin embargo se entregaba a otros para divertirse. Se excusaba siempre de las persecuciones del rey, protestando que no era que no estimase su persona, sino que la respetaba, pero que no quería ser puta de historia."
Y yo me quedo en la duda de si es más vergonzoso ser puta de historia que mema (o memo) de semanario.

miércoles, 14 de febrero de 2007

Amores reales

Cuenta Sánchez Dragó en "Gárgoris y Habidis" a propósito de Carlos II (1661-1700) la siguiente increíble, y por eso probablemente cierta, historia:
"Mamó toda la leche del país agarrado a las ubres de catorce nodrizas vicisitudinarias, más las dieciséis de repuesto a las que accidentalmente recurría (...). Se las daba aquel energúmeno de impotente, si bien era tan rijoso como un mandril, hasta el extremo de que su atribulada esposa tenía prohibido calzar bragas, con objeto de que jamás seda alguna se interpusiera entre su ingle y los arrebatos del rey. Costumbre ésta que motivó episodios tan divertidos e inéditos en los anales de la Corona como aquel en que la augusta consorte se quedó enganchada por un pie al estribo de su corcel, y el animal corría desalmado chichoneando el occipudio de su dueña entre adoquines y boñigas, y dos caballeros -honra de la juventud dorada- acudieron al quite, y ya en él no pudieron soslayar la visión de los blancos muslos; y esa deleitable imagen llevaba aparejada la pena capital, y los dos gentilhombres tuvieron que salir a uña de caballo mientras el Consejo el Reino deliberaba. Carlos -ofendido y cejijunto, pero presionado por el cónclave- optó al cabo por indultarles con la condición de que se condenara al puñetero caballo a la horca, y así se hizo, erigiéndose el patíbulo en los jardines de palacio y permaneciendo en la soga durante muchos días el cadáver del ajusticiado para escarmiento de mirones y entretenimiento del rey a la hora del desayuno."

lunes, 12 de febrero de 2007

House. Brutalmente honesto.


Me mandan esta imagen de Navarra. Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor, porque esto también debe ser libertad de expresión. Tomás Caballero, era concejal de UPN en Pamplona. Un demócrata cabal.

Satán llorando

Un teólogo musulmán oyendo el sonido de una flauta exquisita, dijo a sus discípulos:
Es la voz de Satán que llora sobre el mundo”.
Les explicó que Satán llora sobre el mundo porque no puede detener su permanente hundimiento en el olvido: llora por las cosas que pasan; quiere reanimarlas, porque mientras ellas caen, sólo Dios permanece. Satán no puede dejar de llorar porque ha sido condenado a enamorarse de las cosas que pasan y al verlas desvanecerse con tanta rapidez, se deshace en lágrimas.
"¿Es posible -se preguntaba María Zambrano- enamorarse de las cosas que pasan, incluyéndonos a nosotros mismos, sin llorar por su desvanecimiento?"

domingo, 11 de febrero de 2007

Futesas XII

I
Vengo de ver una película mala, mala, mala, de la que no pienso hacer publicidad. Le salvo, sin embargo, esta frase:
"Antes quería cambiar el mundo. Ahora me conformo con marcharme con dignidad."
II
Fiestas populares. Pan y circo. El carnaval de Tenerife está en todas las conversaciones. Busco en "El tiempo inmóvil" de Voltes Bou:
"En 1144 Alfonso VII organizó en León vistosos festejos para celebrar los esponsales de su hija natural Urraca con el rey García de Navarra, y en programa resaltó el hermoso espectáculo que dieron unos ciegos provistos de garrotes, entre los cuales se soltó un cerdo al cual habían de matar a palos, y herirle, para lo cual se golpeaban entre sí".
Cierro el libro satisfecho. He encontrado un motivo para el optimismo y la confianza en el progreso. Espero que lean esto en Bilbaopundit.

III
Buscando sostener la ola de optimismo que me invade, acudo a Antony Wood, un anticuario de Oxford, ciudad en la que Carlos II de Inglaterra pasó el verano de 1665:
"Aunque pulcros y alegres en apariencia, eran, sin embargo, muy puercos y bestiales, dejando al marcharse su excremento en todos los rincones, en chimeneas, gabinetes, carboneras, bodegas. Toscos, ordinarios, putañeros, vanidosos, vacíos, despreocupados".
Se refiere, claro está, a la Corte. ¡Y después nos quejamos de nuestros políticos!

IV
La verdad, como el paisaje, es un estado del alma.

V
Con el alma exultante de gozo, le cedo la palabra a Lou, y con él os dejo.


Las maneras de la filosofía


Otra cosa: Desde Bilbaopundit me ha caído encima un meme. Tengo que nombrar cinco personas que hayan influido en mi vida en los campos del pensamiento, la literatura y la música. Pues ahí va (aunque no sé si mañana al despertarme continuaré pensando lo mismo):
Pensadores : (1) Sócrates-Platón, (2) Leo Strauss, (3) Alexander Fol, (4) Jan Patocka y (5) Jordi Sales.

Escritores
: (1) Milan Kundera, (2) Esquilo, (3) Borges, (4 y 5) Pla (que Pla es mucho Pla).

Músicos:
(1) Lou Reed, (2) Led Zeppelin, (3) Jethro Tull, (4) King Krimson y (5) Heidegger (me gusta cuando calla, porque está como ausente).
Le paso el meme a: El Espía, Luis Rivera, Celia, Pedra Lletraferida y Francesco. Y no se admiten reclamaciones.

sábado, 10 de febrero de 2007

La caverna II




De nuevo con la caverna.
Esta vez de la mano de Fred_Eerdekens, un artista de las sombras.



Platón Rep. VII, 514 a-b:
"Compara nuestra naturaleza respecto de su educación y de su falta de educación con una experiencia como esta. Represéntate hombres en una morada subterránea en forma de caverna (...). En ella están desde niños con las piernas y el cuello encadenados, de modo que deben permanecer allí y mirar sólo delante de ellos, porque las cadenas les impiden girar en derredor la cabeza. (...)
- Extraña comparación haces, y extraños son esos prisioneros.
- Pero son como nosotros.

viernes, 9 de febrero de 2007

Demonstration About Nothing


Me apunto. Propongo el "Día internacional de la no reclamación". Sería un día para saborear lo que tenemos al alcance de la mano; para mirarnos al espejo y mentirnos que somos cojonudos; un día para dejar colgado en el armario el deseo de ser buenos. Sería un día de permiso para las cosas. Las dejaríamos en paz para que se movieran a su antojo, sin exigirles que aspiren a ser lo que queremos que sean el resto de los días del año. Un día, en definitiva, normal e intrascendente. Hasta un poco aburrido, si se quiere, pero en el que nos despertaríamos sin premuras y nos daríamos el lujo de acostarnos sin mala conciencia, dispuestos a dormir a pierna suelta.

En cuanto a la remodelación de El Café de Ocata, eso queridos clientes, ha sido obra exclusiva de Maty, a quien públicamente le concedo barra libre de por vida. Gracias, muchas gracias.

jueves, 8 de febrero de 2007

Crítica de la razón democrática I

Sostiene Leo Strauss que el dogmatismo es la actitud intelectual que tiende a identificar el objeto de nuestro pensamiento con el lugar en el que la fatiga nos obliga a pararnos. Hay que sospechar, por lo tanto, de la pereza mental, puesto que siempre nos tiene parados a la altura de nuestras narices.

He pensado en esto mientras leía en Escolar.net que Pedro Piqueras, director de informativos de Telecinco, ha decidido eliminar la sección de economía de los noticiarios, porque no interesa a nadie. Es decir, no interesa al espectador medio que sustenta económicamente a la cadena. Los que no ven más allá de sus narices cargan contra Piqueras. Pero en realidad Piqueras, como cualquier responsable de cualquier televisión privada, sabe muy bien que las parrillas de programación las acaba confeccionando el telespectador.

Si partimos de la definición más elemental de la democracia como sistema político que fomenta la igualdad de sus ciudadanos libres, no podemos por menos de sorprendernos de las memeces que son capaces de elegir los ciudadanos, en el uso de su patrimonial derecho a elegir. Aceptar este hecho tiene, sin embargo, implicaciones graves. Tanto es así que para muchos resulta mucho más reconfortante sostener lo contrario: que son los poderes, fundamentalmente los mediáticos, los que, voluntariamente, tienen atontadas a las masas indefensas y conformistas. Para estos últimos es más reconfortante sentir piedad por un ciudadano tan facilmente maleable que comprometerse en la crítica del conformismo voluntario del ciudadano medio. ¿Qué actitud es más lealmente democrática?

Creer honestamente en la democracia obliga a comportarse como un partidario leal de la misma y, por lo tanto, crítico. Y esto supone aceptar el poder, inmenso, del ciudadano sin por ello verse obligado a comulgar con cualquier forma de su uso.

En otro lugar he criticado a nuestro sistema escolar por fomentar lo que yo llamo “el zappismo intelectual” de nuestros alumnos. La pedagogía del interés, entendida como pedagogía de la diversión, es el primer paso en la creación del ciudadano caprichoso, que es aquel que se sabe armado con el zapping de sus antojos.

Valerie Solanas II

Valerie Jean Solanas nació el 9 de abril de 1936 en New Jersey. Con dieciséis años tuvo un hijo, David. En 1966, recién licenciada en psicología, andaba haciendo de puta por Greenwich Village, muerta de hambre.

Escribió una obra titulada Up Your Ass y se la llevó a Warhol a principios de 1967. A él le encantó el título, pero la acabó perdiendo sin haberla leído. Finalmente –escribe en su diario- tuve que reconocer ante Valerie que había perdido su Up Your Ass. Entonces comenzó a pedirme dinero. Me dijo que se alojaba en el Hotel Chelsea, y me aseguró que no tenía ni un céntimo para pagar su habitación. Una tarde de septiembre apareció cuando estábamos a medio rodar una secuencia de ‘I, a man’ y le dije que se animara a participar y ganara así 25 dólares en vez de irme dando la lata. Aceptó encantada y filmamos con ella una escena corta realmente divertida. Y eso fue todo.

Pero eso no fue todo. El 3 de junio del 68 Valerie y Andy se encontraron en el ascensor de The Factory. Él había salido en busca de una receta de Obetrol. Lo prefería al “speed” que consumían sus amigos y volvía con Jed Jonson, que acababa de comprar un montón de tubos fluorescentes. Warhol notó algo raro en Valerie: llevaba maquillaje. Mario Amaya, el editor de Art & Artist, estaba esperando a Warhol para discutir algunas cuestiones relativas a una eminente retrospectiva en Londres. También andaba por ahí Paul Morrissey. Cuando Andy salió del ascensor, sonó el teléfono. Era Viva, que lo llamaba desde el Kenneth's Hair Salon, donde se estaba tiñendo el pelo de rojo para participar en Midnight Cowboy. Después de varios minutos de conversación, Warhol le pasó el teléfono a Fred Hughes. Entonces Valerie sacó un 32 automático y apretó dos veces el gatillo. Andy se tiró al suelo e intentó protegerse bajo un escritorio. Un tercer tiro le atravesó el cuerpo. Después confesó a sus amigos: "Me dolió tanto que deseé morirme”. Valerie se fijó entonces en Mario Amaya y volvió a disparar. Falló y disparó de nuevo, rozándole la cadera. Después apuntó a Fred Hughes, que le rogó que los dejara en paz. Ella dio media vuelta y apretó el botón del ascensor. Pero inmediatamente se giró. Se le encasquilló el arma y sacó una segunda pistola del calibre 22 que llevaba en una bolsa de papel. Llegó el ascensor y bajó a la calle, a esperar la llegada de la policía.

La ambulancia llegó 30 minutos más tarde. A Mario y a Andy los llevaron al Columbus Hospital. El conductor de la ambulancia les aseguró que hacer sonar la sirena costaba cinco dólares extra. Mario le rogó que no escatimara en gastos. A partir del disparo Andy abandonó el Obetrol y se pasó al Dexamyl.

Valerie alegó en su defensa que "él tenía demasiado control de mi vida". El New York Times le dedicó toda una página. Aquello era más de quince minutos de fama. Warhol estuvo clínicamente muerto durante unos segundos y nunca se restableció completamente de sus heridas.

En el verano de 1969 Valerie fue condenada a una pena sorprendentemente leve: tres años. Warhol se negó a testificar en su contra. La noticia fue recogida con letras menores por el New York Times, al lado de un aviso dirigido a los residentes en Manhattan sobre el cambio de horario de recogida de basuras.

En el 86, Mario Amaya murió de SIDA. En el 87, murió Warhol, tras una operación de la vesícula biliar. En el 88 un enfisema pulmonar acabó con la vida de Valerie. Ese mismo año murió Jean-Michel Basquiat, por una sobredosis con apenas 27 años. Alguien dijo en el entierro de Basquiat que la única cosa que el mercado aprecia más que a un artista joven es a un artista joven muerto. Valerie Solanas tenía 52 años. Los últimos los malgastó trampeando un poco de futuro entre hospitales mentales y sórdidas callejuelas de San Francisco en las que ejercía la prostitución para costearse algún viaje por sus venas. Todos los periódicos del mundo se hicieron eco de la muerte de Warhol; los más importantes diarios de Nueva York recogieron con gran despliegue la de Basquiat; ningún periódico mencionó el fallecimiento de Valerie.

Andy cita 11 veces a Valerie en su diario. Y casi siempre con temor. Por ejemplo el domingo 18 de agosto de 1985, mientras descendía de la “limo” que lo traía a su casa desde el aeropuerto, una chica le gritó: ¡Andy! ¡Your mother is a whore!. Inmediatamente pensó en Valerie.

Valerie escribió en 1967 el Scum Manifesto. Ella misma lo vendía impreso a multicopista por las calles. Maurice Girodias, de Olympia Press (editor francés de Lolita, Candy y Tropic of Cancer) le dio 600 dólarers como anticipo de una novela basada en él. Se los gastó en San Francisco. Ultra Violet se lo leyó a Warhol, quien comentó: "She's a hot water bottle with tits. You know, she's writing a script for us [Up Your Ass]. She has a lot of ideas."

miércoles, 7 de febrero de 2007

El corazón es una casa con dos alcobas

Gustav Janouch: El corazón es una casa con dos alcobas. En una reside la pena y en otra la alegría. Nunca se debe reír demasiado, ya que de lo contrario se puede despertar a la pena que vive en el cuarto de al lado.

Franz Kafka: ¿Y a la alegría? ¿Puede despertarla una pena ruidosa?

Gustav Janouch: No. La alegría es dura de oído. No puede oír la pena del cuarto contiguo.

Kafka asintió.

martes, 6 de febrero de 2007

Marx y los marxistas

I

Don Enrique Tierno Galván es una de las figuras más mitificadas de la izquierda española. Sin duda tendría muchas virtudes para merecer su catasterismo. Pero el Viejo Profesor también tenía sus momentos de diabetes intelectual. Aquí os traigo un ejemplo digno de contar en cualquier antología de la beatería progre más edulcorada: “el matrimonio entre Karl y la hermosísima Jenny fue una anticipación de la pareja que el socialismo busca: una unión en que la sexualidad se disuelva en el amor y la convivencia continua no engendre el resentimiento".

II

Que le responda el propio Marx: "Entre la filosofía y el estudio del mundo real media la misma relación que entre la masturbación y el amor sexual".

lunes, 5 de febrero de 2007

Jan Werich

Me fascina ver cuando el público se tambalea de risa como un barco en las olas del mar agitado, decía el actor Jan Werich, uno de los firmantes, junto a Patocka y Havel de la Carta de los 77. Sin embargo a los médicos que le diagnosticaron cáncer de tráquea les confesó: ¡La risa es el eco de nuestro llanto!

La caverna (reloaded)

domingo, 4 de febrero de 2007

Tommaso Campanella

"Siempre aprendo alguna cosa de las hormigas, de las moscas y de los pequeños seres naturales, y Su Señoría [Monseñor Querenghi] puede darse cuenta de que detesto aprender de los hombres. »

Es esta una observación de Tommaso Campanella (1568-1639) que saco del olvido gracias a esa editorial que me ha proporcionado los mejores momentos de lectura de mi vida, Les Belles Lettres.

Teniendo a los insectos por modelos, Campanella se atrevió a ordenar con un comunismo meticuloso las minucias de la vida de los hombres, a fin de que pudieran vivir en felicidad, filantropía, armonía y virtud. A su proyecto le dio el nombre de “La ciudad del Sol”. Pero consideró necesario rodear a esta república, aparentemente feliz, con siete murallas en cuyos muros imaginaba inscrito todo el saber necesario, de manera que los solarianos pudieran estudiarlo a medida que se paseaban. El gran enemigo de este proyecto era el ocio, la madre de todos los vicios.

Los « solarianos » manifestaban un gran interés en mejorar su raza, riéndose de nosotros, que nos preocupamos de perfeccionar las de los animales mientras nos descuidamos de la nuestra. Para ello era especialmente importante que hubiera más gente sana de cuerpo que sabia de mente, puesto que los sabios no son muy de fiar en las cosas de la procreación. «Como están ocupados siempre en especular, su espíritu animal (que es el encargado de la procreación) es débil, y engendran hijos débiles. » Eliminados los sabios, lo que queda es la virtud de un comunismo sexual más voluntarista que voluptuoso.

Lo más asombroso de La Ciudad del Sol no es su contenido, sino el que fuera escrita en la cárcel napolitana en la que Campanella estuvo veintisiete años recluido.

Este filósofo dominico poseía unos conocimientos enciclopédicos y una memoria minuciosa y precisa. Todo le interesaba, desde la magia a la política. Por participar en una conspiración fue arrestado en 1599 y sometido a lo largo de seis interminables meses a todo tipo de torturas. En los tormentos perdió a jirones casi un kilo de carne. Me imagino que fue observando los trajines de los insectos de su celda como fue construyendo su Ciudad del Sol.

Escribió otras muchas obras, además de poemas y una extensa correspondencia, entre cuyos destinatarios se encontraba Galileo. Cuando finalmente fue liberado, se dirigió a Roma, donde intentó dar a conocer sus escritos. Pero la aparición de los mismos le ocasionó nuevos motivos de persecución, por lo que tuvo que refugiarse en Francia, donde el propio Richelieu lo tomó bajo su protección. En la corte francesa redactó el horóscopo del futuro Luis XIV.

Lo que más estimaba Campanella era dar largos paseos por el campo, observando la variedad de las aves, cuyos cantos imitaba con exactitud, y llenándose con lujuria los pulmones de aire fresco. Su amigo Nicolas Chorier nos cuenta que tenía al aire por el alma del mundo.

Scum Manifesto I

Valerie Solanas, "Scum Manifesto":

Vivir en esta sociedad significa, con suerte, morir de aburrimiento; nada concierne a las mujeres; pero, a las dotadas de una mente cívica, de sentido de la responsabilidad y de la búsqueda de emociones, les queda una – sólo una única – posibilidad: destruir el gobierno, eliminar el sistema monetario, instaurar la automatización total y destruir al sexo masculino.
(…)
El macho es un accidente biológico, una mujer inacabada, un aborto ambulante, un deficiente con la sensibilidad limitada. Atrapado a medio camino en esta zona crepuscular extendida entre los seres humanos y los simios, su posición es mucho más desventajosa que la de los simios: al contrario de éstos, presenta un conjunto de sentimientos negativos – odio, celos, desprecio, asco, culpa, vergüenza, duda – y, lo que es peor: plena consciencia de lo que es y no es.

sábado, 3 de febrero de 2007

Futesas XI

I

Del llamado "Evangelio de los egipcios": “El alma es difícil de encontrar y de comprender, pues no se queda quieta ni en una misma forma ni en una misma pasión, sino que siempre está cambiando”.

II

San Agustín: “anima humana no parva quaestio est”.

III

Kafka:

Y continuamente se oye al que pasa silenciosamente ante la puerta” (El castillo).

Cada uno tiene su manera de emerger del mundo subterráneo; yo lo hago escribiendo” (Carta a Felice).

IV

El conformismo comienza con la definición (Georges Braque)

V

Luciano, "Menipo" 25-30: “La mejor vida y la más sensata es la de los hombres corrientes (ho tôn idiôtôn áristos bíos), deja de especular sobre los fenómenos celestes y de examinar las causas finales y los primeros principios; escupe sobre estos silogismos sabios y considerando vanas todas estas preocupaciones, ocúpate de de una sola cosa entre todas; de cómo disfrutar del presente y pasarlo riendo de casi todo y sin tomarte nada en serio

VI

Hay entre las fábulas de Esopo una antifábula, la 63. Tiene como protagonista al político ateniense Démades (350-319), decididamente promacedonio. Dice lo siguiente: "Démades hablaba en una ocasión al pueblo de Atenas, al no prestarle los ateninses demasiada atención, pidió que le permitieran contar una fábula de Esopo, aceptaron y comenzó diciendo: 'Deméter, la golondrina y la anguila hacían el mismo camino. Llegados a un río, la golondrina echó a volar y la anguila se sumergió'. Dicho esto, se calló, y le preguntaron: 'Bueno, ¿y qué hizo Deméter?' El orador respondió: 'Irritarse contra vosotros, que abandonáis los asuntos del Estado y preferís oír una fábula de Esopo.'"
No sé muy bien si en esta fábula Esopo se ríe de sí mismo o está pensando en el día en que Démades intentó un proceso de deificación de Alejandro.

VII

En el cercanías de RENFE, camino de Barcelona. Al pasar por Montgat una mujer, a mi lado, hablando sin pudor por el móvil: “¡La soledad es tan mala compañera!”. Tendría unos treinta años. Llevaba sobre las rodillas “La mort d’Ivan Ilitx”, de Tolstoi, con una marca de lectura al comienzo. Se bajó en San Adrián. Al levantarse del asiento se le cayó un papel. Lo recogí al llegar a la Plaza de Catalunña. Tenía escritas dos frases. La primera decía: “Cristalero. Viernes, a partir de las 17. Y la segunda: “No entiendo a mis ojos si te veo, ni a mis manos si te ausentas”.

viernes, 2 de febrero de 2007

Transporte ecológico

Esta es la propuesta de transporte ecológico del Café de Ocata: la recuperación del vehículo diseñado en Francia en 1875 con el nombre de "cynosphere". Podría apuntarse un buen tanto Monsieur José Bové con este carricoche de tracción animal. Por cierto que ayer -y lo digo sin sorpresa, pero con cierta amargura- quienes mayoritariamente secundaron el apagón, al menos en Cataluña, fueron las instituciones, es decir, aquellos que tienen en sus manos la capacidad de legislar. ¡Ah, que se me olvidaba, también la compañía Unión Fenosa apagó la iluminación de sus sedes! ¡¡¡Manda voltios!!!

Pedagogía negativa

“Siempre y cuando guardasen silencio, los estudiantes [de la Universidad de Chicago] podían asistir a seminarios avanzados. Matricularse con Leo Strauss: ‘Damas y caballeros, buenos días. En esta clase no se mencionará el nombre de …, que por supuesto es estrictamente incomparable. Ahora podemos ocuparnos de la República de Platón”. “Que por supuesto es estrictamente incomparable.” Yo no logré captar el nombre en cuestión, pero aquel “por supuesto” me hizo sentir como si un rayo luminoso, frío, me recorriese la espina dorsal. Un amable postgraduado escribió el nombre para mí al terminar la clase: un tal Martin Heidegger. Corrí a la biblioteca. Esa noche intenté hincarle el diente al primer párrafo de Ser y tiempo. Era incapaz de entender incluso la frase más breve y aparentemente directa. Pero el torbellino ya había comenzado a girar, el presentimiento radical de un mundo absolutamente nuevo para mí. Prometí intentarlo una vez más. Y otra. Ésa es la cuestión. Llamar la atención de un estudiante hacia aquello que, en un principio, sobrepasa su entendimiento, pero cuya estatura y fascinación le obligan a persistir en el intento.”

George Steiner, Errata, Siruela, 1998, pp 64-65.

Según Anne Norton (Leo trauss and the Politics of American Empire, Yale University Press, 2004) Strauss defendía que un profesor debe impartir sus clases pensando que entre sus alumnos hay uno más inteligente que él y otro más virtuoso.

jueves, 1 de febrero de 2007

Por qué voy a tener la luz encendida

Basta echar un vistazo al calendario para darse cuenta de que el viejo santoral está siendo sustituido por una sucesión creciente de días internacionales dedicados a las más diversas y magnánimas causas. No hemos hecho más que dejar atrás el Día escolar de la paz y la no violencia y ya se anuncian el de la Lengua Materna (21 de febrero) y la avalancha de marzo (día de las Naciones Unidas para los derechos de la mujer y la paz internacional; día internacional de la eliminación de la discriminación racial; semana de solidaridad con los pueblos que luchan contra el racismo, etc.). A este calendario hay que añadir la emergencia más o menos espontánea de jornadas de “concienciación”, como la del apagón convocado por diferentes organizaciones ecologistas para esta tarde.

Hay en todas estas campañas –además de la evidente buena fe que las promueve- un componente que me parece, más que bueno o malo, inevitable: la necesidad de constatar ante la propia conciencia (que es la mirada del otro interiorizada) que nos hallamos en el lado bueno de la humanidad. Desde Platón sabemos que el hombre no sabe vivir sin sentirse orientado hacia el Bien. Tradicionalmente esta orientación la proporcionaba la propia comunidad política, que a cambio exigía del ciudadano su predisposición a soportar, incluso con la propia vida, la continuidad histórica del ámbito de copertenencia que lo había acogido. Formaba parte del sentido común la conciencia de que nada recibido de la comunidad podía ser gratis, porque ésta no hacía más que redistribuir lo que cada ciudadano ponía a su servicio.

Las cosas han ido cambiando a medida que se ha ido confundiendo el derecho ciudadano y el capricho del individuo. Si el ciudadano sabe que no hay derecho sin el correspondiente deber, el individuo, carente de toda conciencia de deuda hacia su comunidad de acogida, se considera no sólo propietario de todos sus caprichos, sino, sobre todo, perplejo si alguien pone en cuestión la legitimidad de sus pretensiones.

Para el Credo de la religión laica imperante, el poder es evidentemente malo, mientras que la espontaneidad individual y, sobre todo, la espontaneidad rebelde, es siempre buena. Por lo tanto, los medios que fomentan la espontaneidad no mediatizada por institución alguna, son los más democráticos (mensajes por teléfonos móviles, Internet, etc.). Lo paradójico es que los poderes públicos, como si para hacer creíble que son públicos tuvieran que renunciar a la representación de su poder, se apunten tan alegremente a las protestas de la espontaneidad inocente. Tanto la ministra Cristina Narbona como la Generalitat y los ayuntamientos catalanes han apoyado con entusiasmo el apagón de esta tarde, sin, por lo que parece, pararse a pensar que ese filantrópico gesto ecologista, tan romántico y desprendido, podía estar echando un pulso a la infraestructura energética del país.

Hay elementos para sospechar que el discurso político de la responsabilidad está siendo barrido por el discurso antipolítico del narcisismo del gesto. Es antipolítico porque nos exime del compromiso con la gestión directa de lo concreto mientras estimula el derecho al pataleo del ciudadano con la complicidad de los poderes públicos. Pero si ignoramos la necesidad de acompañar las reivindicaciones justas con renuncias necesarias, estamos educándonos a nosotros mismos y a nuestros hijos en la irresponsabilidad política. Por ello quizás debiéramos atrevernos a convocar el día internacional de la bondad irresponsable. Su objetivo, evidentemente, sería, simple y llanamente, el de animarnos a nosotros mismos a llamar a las cosas por su nombre.

La bruja Marcel·la

Como de bien nacidos es ser agradecidos, tengo que hablar hoy, sin falta, de la bruja Marcel·la. Ya pensaba hacerlo, ya, pero lo he ido posponiendo por esto y por lo otro. El motivo inmediato es que ayer me preguntaron, “¿Oye, de aquello de tus pies, qué?”. Yo ya ni me acordaba. “¡Si hombre, si no podías ni andar!”. “Fue la bruja Marcel·la, que me dijo ‘¡Levántate y anda!’”. Y claro está, tuve que explicar la historia que ahora os explico a vosotros.

El dolor comenzó un verano, en Dinamarca. Era un dolor tan intenso que a veces no podía ni andar. Los especialistas me dijeron que, para comenzar, plantillas, y que no debía ir descartando un deterioro del ligamento plantar. Añadieron lo peor: tenía que perder peso drásticamente.

Ni las circunstancias ni las perspectivas eran para dar saltos de alegría. Al verme decaído, unos amigos de Premiá, Celia y Joan me aconsejaron acudir a la bruja Marcel·la. Evidentemente desprecié su consejo. Se supone que los que nos dedicamos a esto de la filosofía alguna deuda tenemos con el racionalismo.

Pero al día siguiente la bruja Marcel·la me llamo por teléfono. Celia me había traicionado vilmente. Y yo, que soy más apocado que educado, la escuche en silencio.

Mira –me dijo- no te voy a dar ninguna medicina, no tendrás que tomar nada. Ni tan siquiera te tocaré. Me limitaré a ponerte las manos por encima, a un palmo más o menos de los pies y te diré si puedo ayudarte o no. Ah, y no te cobraré ni un céntimo. Yo no cobro nunca”.

Y fui. Eso sí, sólo. Nadie tenía que ser testigo de mi defección.

La bruja Marcel·la vivía en un tercer piso de un edificio bastante céntrico de Premiá. Esperaba encontrarme, no sé, con una parafernalia de excentricidades, pero me abrió la puerta una chica de unos diecinueve años ante la que me sentí absolutamente indefenso.

Me hizo pasar al cuarto de estar, donde estaba su novio viendo la tele. El muchacho aprovechó la presentación para ponerme al corriente.

Lo que tiene es un poder. Lo ha recibido del cielo, como una gracia. Puede comunicarse con las fuerzas cósmicas y curar muchas cosas que los médicos no entienden. Pero sólo emplea esta gracia para el bien y de gratis, porque no es como una carrera que haya tenido que sacarse hincando los codos, sino un don”.

Mientras el muchacho hablaba la bruja Marcel.la apagó la tele y me pidió que me sentara en el sofá, que me descalzara (¡Ay, Wolfowitz!) y que pusiera los talones sobre un taburete de fornica*. A continuación puso las manos sobre mis pies, sin tocarlos. No habían pasado ni diez segundos cuando me dijo: “Esto tiene cura, te lo digo yo. Serán tres sesiones, tres días seguidos, de diez minutos cada una. El primero te pondré las manos y tú sólo notarás un alivio ligero y pasajero, en cuanto salgas de aquí te volverá el dolor. El segundo día mientras te ponga las manos notarás mucho calor en los pies y durante el resto del día apenas sentirás unas leves molestias. El tercer día el calor será mucho más intenso, pero cuando acabe, ya estarás curado, el dolor se te habrá ido para siempre.

Y así fue. Y aquí estoy, dando testimonio “urbi et orbi” de mi bienestar fisiológico y de mi perplejidad ideológica.

Nunca he vuelto a ver a la bruja Marcel·la. Y de esto hace al menos quince años. Ella me llamó por teléfono a la semana de concluir las sesiones interesándose por mi estado. Le dije la verdad: estaba perfectamente. Tanto es así que no me he vuelto a poner las plantillas.

Tengo una deuda pendiente con esta mujer. La próxima vez que vea a Celia y a Joan les preguntaré por su paradero. Como mínimo se merece un buen ramo de flores.

* La Cel·lia me corrige desde Japón: "Formica" (marca registrada: material muy resistente revestido por una de sus caras con una resina artificial, decorativa y brillante), no "fornica". ¿En qué estaría pensando yo? ¡Tengo que consultar con Sor Kasandra!

El guionista caprichoso

 I A eso de las cuatro de la tarde ha sonado el teléfono. Era una de esas llamadas que esperas que nunca lleguen y que cuando llegan, siempr...